Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

domingo, 6 de diciembre de 2015

Pinturas rupestres, misiones y oasis

Misión de Santa Rosalía de Mulegé.
La semana pasada, el día 2 para ser exactos, el archivo Histórico Pablo L. Martínez presentó su reciente publicación de la autoría de la maestra Elizabeth Acostas Mendía, la doctora María de la Luz Gutiérrez y el licenciado Leonardo Varela Cabral.

El libro que lleva por título “Pinturas rupestres, misiones y oasis de la Baja California” es bilingüe, editado en español e inglés e ilustrado con numerosas fotografías a color y blanco y negro. De gran formato, la edición fue patrocinada por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, el INAH, y la propia institución archivística.

El tema de las pinturas rupestres de las sierras de San Francisco y Guadalupe en la región central de la península siempre ha llamado la atención, no solamente de investigadores mexicanos sino también de científicos extranjeros. Pero inexplicablemente permanecieron ignoradas durante mucho tiempo, aunque ya los misioneros jesuitas habían hablado de ellas, incluso con la opinión de que las pinturas plasmadas en las cuevas de esas sierras habían sido grabadas por un grupo primitivo de gran estatura que llegaron a la península hace doce mil años.

En la presentación del libro se hizo alusión a la temática desarrollada por los autores y, en el caso de las pinturas, la doctora Gutiérrez, autora de un ensayo sobre ellas, centró su atención  en la influencia  del paisaje como elemento mágico que originó esas muestras de arte pictórico. Los recursos naturales como el agua en los oasis, los animales del desierto y del mar, incluso los volcanes donde se proveían de los pigmentos para sus creaciones, formaron parte simbólica de los grupos indígenas que habitaron, no se sabe si temporalmente, esas agrestes regiones de la Baja California.

Por su parte, la maestra Acosta Mendía se refirió a las misiones jesuitas y dominicas que se fundaron a partir de 1697, cuando el padre Juan María de Salvatierra fundara la misión de Loreto. Como antecedente citó las primeras expediciones a la península, desde que Hernán Cortés tomara posesión de la misma  en el puerto y bahía de Santa Cruz, el 3 de mayo de 1535. En el texto aparecen los planos de algunas misiones y fotografías inéditas de algunas de ellas.

En el capítulo sobre los oasis, Leonardo Varela coincidió con la doctora Gutiérrez de que el agua fue un elemento vital en la vida de los grupos primitivos que llegaron a la península, no solamente los que originaron las pinturas rupestres hace miles de años, sino también en la supervivencia de los grupos aborígenes que encontraron los españoles a su llegada a esta tierra.

Lo significativo en este caso es que los oasis sirvieron como referencia para fundar las misiones jesuitas y dominicas a todo lo largo y lo ancho de esta región de nuestro país. Misiones que pasados los años se convirtieron en ciudades y pueblos como el propio Loreto, Mulegé, San Ignacio, La Paz y San José del Cabo.

El libro publicado bajo la responsabilidad del Archivo Histórico Pablo L. Martínez viene a llenar un vacío en la historiografía de nuestra península. Aunque hay otros textos que se refieren a las pinturas, misiones y oasis, muchos de ellos en lengua extranjera, lo cierto es que en nuestro idioma y con la información relevante sobre estos vestigios culturales, solamente  contábamos con las obras de Enrique Hambleton, Miguel Mathes y Salvador Hinojoza Olivas.

Cierto, el INAH tiene publicados varios libros interesantes sobre este patrimonio, pero no han tenido la divulgación necesaria.  Es por eso la importancia de la obra que el Archivo presentó recientemente


Diciembre 04 de 2015.

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