Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

viernes, 30 de octubre de 2015

La elección de delegados municipales

El H. XV Ayuntamiento de La Paz ha emitido la convocatoria para la elección de delegados municipales, a celebrarse el día 08 del próximo mes de noviembre. Sustentado en el artículo 51 de la Ley Orgánica Municipal expedida por el Gobierno del Estado, serán las delegaciones de Todos Santos, San Antonio, Los Barriles, San Juan de los Planes, El Sargento, El Carrizal y Los Dolores, las que buscarán ser representadas política y administrativamente por los mejores ciudadanos de esas demarcaciones.

Las bases de la convocatoria establecen los procedimientos y requisitos a que se someterá la elección, incluyendo a los candidatos, su registro y sus campañas. Además se establecen normas para la votación, los votantes y, por supuesto, la legalidad de los comicios. Las persona electas rendirán la protesta de ley ante el H. Cabildo, el día 13 del mismo mes de noviembre.

Este ejercicio democrático da pauta para recordar algunos datos sobre las delegaciones del municipio de La Paz que tuvieron su origen en 1971, cuando el presidente Luis Echeverría decreto la reinstalación de los municipios en nuestra entidad; pero en vez de los siete que había antes de convertirse en delegaciones en el año de 1931, solamente se autorizaron tres que fueron Mulegé, Comondú y La Paz.

A La Paz le fue bien porque le correspondieron las delegaciones municipales de Todos Santos, San Antonio, Santiago y San José del Cabo. Sin embargo, por conveniencias de tipo político y económico, en el año de 1980, las delegaciones de Santiago y San José del Cabo se separaron para crear el nuevo municipio de Los Cabos. La Paz se quedó con Todos Santos y San Antonio.

El municipio de La Paz, con un crecimiento poblacional acelerado y nuevas fuentes de crecimiento económico, se vio obligado a crear otras delegaciones. Fue así como, en 1983, el cabildo acordó la creación de la delegación de San Juan de los Planes; en 1986 la de Los Dolores; en 1993 la de Los Barriles, el 2008 la del Valle de El Carrizal y hace dos años, en 2013, autorizó el funcionamiento de la delegación de El Sargento.

En el año 2008, siendo cronista del municipio de La Paz, realicé una investigación relacionada con las delegaciones en sus aspectos geográficos, la división política, los antecedentes históricos, las actividades productivas, su infraestructura, sus servicios administrativos y las personas que fungieron como delegados a partir del año de 1972.

Siempre resulta de interés saber que los primeros delegados a partir del año de 1972 fueron, por Todos Santos, Filemón Rochín González; por San Antonio, Horacio Pérez Martínez; por San Juan de los Planes, José María Castro de la Peña; por los Dolores, Rafael Santiago Guadalupe; por el Valle de El Carrizal, Pilar Cota Sánchez; por el Sargento, Arnulfo Avilés Cosío.

Por otra parte, la cabecera del municipio tiene bajo su jurisdicción las subdelegaciones de El Centenario, Alfredo B. Bonfil, El Progreso, San Juan de la Costa, San Evaristo, San Pedro, Conquista Agraria y La Fortuna. Al respecto, cabe la pregunta: ¿son subdelegaciones de qué delegación? Hay aquí una incongruencia que debe aclararse.

Por lo demás se hace necesario que tanto la Coordinación de Delegaciones y la oficina de Cabildo cuente con documentos actualizados de la situación geográfica, política, administrativa, social, cultural e histórica de todas las delegaciones del municipio, incluyendo, desde luego las correspondientes a las subdelegaciones. La población tiene derecho a ser informada.

Cuando se creó la delegación de El Sargento, el punto de acuerdo que emitió el cabildo no incluyó las características anteriores por lo que se desconocen sus antecedentes y situación actual. Habrá tiempo para realizar las investigaciones correspondientes. Mientras tanto…

Octubre 30 de 2015.

martes, 27 de octubre de 2015

Carlos Lazcano y la ruta de los misioneros

Tres días atrás en la ciudad de Ensenada se presentó el libro “Vestigios de la Antigua California” de Carlos Lazcano Sahagún. Responsable de la edición fue el Archivo Histórico Pablo L. Martínez  cuyo titular es la maestra en ciencias Elizabeth Acosta Mendía. El prólogo estuvo a cargo del doctor Miguel León Portilla, una autoridad en el conocimiento de la historia bajacaliforniana.

Vestigios es la crónica de un recorrido a pie que realizó Carlos en compañía de dos amigos, desde Cabo San Lucas hasta la ciudad de San Diego, California. A través de 2,400 kilómetros, caminando por las antiguas rutas que otrora transitaron los primeros exploradores españoles y posteriormente los misioneros jesuitas, Carlos hace un relato pormenorizado de los lugares por donde pasaron, las dificultades que tuvieron que sortear, la cordialidad de los rancheros y personas de los pueblos, así como  las maravillas del desierto peninsular.

Aunque el recorrido lo efectuaron en el año de 1989, el texto es de actualidad porque muchos de los aspectos geográficos no han cambiado y en ellos está inmersa la historia cautivante de la Baja California. Son las rutas que siguieron Isidro de Atondo y Antillón, en 1684; Francisco María Píccolo, en 1716; Clemente Guillén en 1720; Ignacio María Nápoli, en 1721; Fernando Consag, en 1751 y Wenceslao Linck, en 1766. Los cinco últimos misioneros jesuitas. También tomaron en cuenta las exploraciones de Fernando Rivera y Moncada, en 1769 y las de Joaquín de Arrillaga, en 1796.

Ellos, en su afán de descubrir y encontrar lugares apropiados para fundar misiones, con excepción del último,  llegaron hasta los límites de la península al sur y al norte, y recorrieron parte de sus costas hasta la altura del río Colorado. Los diarios que escribieron de sus recorridos y descubrimientos son los que utilizaron Carlos y sus amigos para su caminata de 148 días en ese año de 1989.

A propósito, en el año 2000 Carlos escribió un libro titulado “La primera Entrada” en el que incluye los diarios de estos exploradores,  documentos muy útiles para valorar el recorrido que realizaron hace 26 años. Los diarios, que se encuentran dispersos en archivos y bibliotecas, fueron concentrados en este libro, lo que habla muy bien de este historiador ensenadense.

Vestigios de la Antigua California es un reencuentro con el pasado de esta tierra. Independientemente de sus crónicas, llama la atención las numerosas fotografías que fue tomando al través del recorrido—son un poco más de cuarenta, que aparte de hacer más atractiva la narración, solaza a quien las contempla porque son reflejos de las bellezas incomparables de esta región de México.

Habrá oportunidad de adquirir este libro de Carlos Lazcano cuando lo presenten en esta ciudad. Estoy seguro que tendrá el reconocimiento de todos aquellos que, interesados en conocer nuestra historia, encontrarán en esta obra una parte importante de la Antigua California.

Ya lo dijo el autor en la introducción:”En buena parte la caminata fue nuestro refugio; salimos de nuestra realidad cotidiana y nos introdujimos en un presente,  una geografía y una historia que nos cautivó. Descubrimos un mundo tan ajeno al nuestro, pero tan fascinante que nos unía más a las raíces de esta tierra. Después de la caminata sabía que ya nunca volvería a ver igual a  mi tierra, a Baja California…”.

Octubre 24 de 2015.

lunes, 26 de octubre de 2015

Murcia y la misión de La Purísima

Fotografía del rostro de La Purísima Concepción.
Dice Antonio Botías en su libro “Murcia, secretos y leyendas” que en el año de 1931 la iglesia dedicada a la virgen de la Purísima Concepción fue consumida por el fuego. “Los querubines que la rodeaban, como si imploraran clemencia, abrazaban sus divinos pies, aunque la algarabía de gritos y maldiciones impedían escuchar sus voces diminutas y cristalinas. Solo el dragón que a uno de ellos hería, henchido de gozo, esbozó una mueca de victoria antes de convertirse en cenizas. Fue cuando Murcia perdió su más preciado tesoro”.

Aquí en la Baja California, en la época de los misioneros jesuitas, fue fundada la misión de la Purísima Concepción en el año de 1720 por el padre Nicolás Tamaral. Cuando se construyó la iglesia, en el altar mayor se colocó una imagen de talla de la virgen, como de 1.60 centímetros de alto con su base de material. Al menos así está escrito en el inventario que fray Francisco Palou entregó a su sucesor, el fraile dominico Vicente de la Mora, en 1773.

Algunos investigadores dicen que la iglesia quedó casi destruida por la creciente del arroyo que pasaba cerca de la misión y que ya para los primeros años del siglo pasado se encontraba en ruinas. Así es como se observa en una fotografía tomada por Aurelio de Vivanco, en 1924.

A la fecha no es posible determinar el lugar donde estaba la misión y que fin tuvo la escultura de la virgen de la Purísima Concepción. En la actualidad, la iglesia del pueblo de La Purísima resguarda una imagen de ella que se cree corresponde a la época colonial.

En la ciudad de Murcia, España, sus habitantes expresaron su pesar por la pérdida de su protectora. La talla, obra del escultor Francisco Salzillo, por su perfección, era comparable a las mejores de su época. Pero lo peor era que no se tenía una visión clara de la fisonomía de la virgen.

Seis meses después, tras una intensa búsqueda, se localizaron dos fotografías de la madona, una de cuerpo entero y la otra de su rostro. Con esas fotografías fue posible reconstruir la talla y colocarla en una nueva parroquia que lleva ese nombre Parroquia de la Purísima Concepción, inaugurada en 1964.
                                                                       
Esta virgen es la patrona del país de Nicaragua. En el año de 1562, don Lorenzo de Cepeda salió de España rumbo al nuevo reino de Perú, pero el mal tiempo obligó a la embarcación a buscar refugio en un puerto de la costa de ese país centroamericano. Don Lorenzo llevaba consigo una escultura de la virgen, pero debido a la humedad del lugar se trasladó a la población de El Viejo que fue donde quedó definitivamente la talla. Con el paso de los años la veneración de la virgen fue en ascenso hasta convertirse en el símbolo religioso de los nicaragüenses.

Tanto en ese país como en el pueblo de La Purísima cada 8 de diciembre se realizan las festividades en honor de la Purísima Concepción. Pero allá, como tienen a su virgen en escultura, la llevan en procesión, en medio del tradicional “griterío” y la famosa “gorra”.

Los creyentes salen y gritan frente a las casas: “ ¿Quién causa tanta alegría? Y les responden: “¡Concepción de María! Y a los gritones les ofrecen la gorra o sea un brindis consistente en dulces típicos, frutas, chicha de maíz, arroz en leche, cajetas de coco, etc.

Cuando, en no tan lejano día, los purismeños tengan su imagen de talla de la Purísima Concepción, habrá que gritar: ¿Quién causa tanta alegría?, y nos obsequiarán con dátiles, queso de cabra, frutas en conserva, puñados de aceitunas y otros regalos propios de ese inolvidable pueblo de origen jesuita.

Octubre 22 de 2015.

domingo, 18 de octubre de 2015

La ladrona de libros

Con motivo de su cumpleaños le regalé a mi hija Marta Patricia el libro “La ladrona de libros” que después lo reprodujeron en película. En su tiempo —hará unos  siete años— fue un éxito de librería y creo que hasta la fecha.

Es el relato de una niña de escasos ocho años que se introduce en la casa del alcalde cuando no hay nadie y se apodera de libros que después lee en compañía de un refugiado judío. Fue en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial y la persecución de los judíos era incesante. La niña, Liesel Meminger, adoptada por la familia con la que vivía, después de un bombardeo queda abandonada y la esposa del alcalde le da su protección.

Me viene el recuerdo —guardada toda proporción— ahora que apareció la noticia de que una escuela preparatoria del municipio de Los Cabos tiró a la basura una cantidad apreciable de libros diversos, mismos que formaban parte de la biblioteca de esa institución. Los motivos se ignoran pero el hecho es a todas luces reprobable.

Aquí en La Paz sucedió algo parecido, en una institución educativa superior. Nomás que la explicación que se dio fue la de haberlos donado a otras bibliotecas. Lo cierto es  que un amigo mío, que había entregado para su resguardo varios de esos libros, protestó enérgicamente ante tal descabellada decisión.

El desprecio por los libros no es nuevo. Desde la época de la Inquisición, allá por el siglo XVI, la iglesia elaboró un índice, el Index Librorum Prohibitorum, de los textos que no debían leerse por ir en contra de los principios cristianos. Y a través de los años ese Índice les dio palo —los quemó— a los libros del Talmud, de astrología, los de Martín Lutero y vaya hasta los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, y no digamos los de Maquiavelo, Dante, Rabelais y Tomás Moro. Y en el colmo de la persecución hasta Fray Luis de León quien estuvo preso cuatro años, por desacato a la Iglesia.

Pero la Iglesia no era la única que cantaba mal las rancheras. En el inicio del nacional socialismo de Hitler, en la tercera década del siglo pasado,  el ministro de propaganda del partido nazi, Joseph Goebbels, ordenó el saqueo de bibliotecas y librerías y en desfile con antorchas —fue en la noche del 1.º de mayo de 1933— arrojaron a la hoguera más de 25,000 libros. Entre ellos estaba los de Albert Einstein, Sigmund Freud, Jack London, Ernest Hemingway, Lewis Sinclair y hasta los de Hellen Keller, la escritora norteamericana que superó sus deficiencia de la sordera y la ceguera.

Dicen los bien informados que cuando Goebbels oía hablar de cultura sacaba la pistola. Lo cierto que en esos años de la Segunda Guerra Mundial, los únicos textos permitidos en Alemania eran los dedicados al nazismo. Vaya usted a creer.

Y mire lo que son las cosas. Un día cualquiera, mi bisnieta Frida Yucari recogió unos libros que una persona ignorante arrojó a la basura. Me enseñó  algunos y cuál no sería mi sorpresa cuando me di cuenta que formaban parte de una colección de grandes biografías editada por W. M Jackson, en 1954. De esa colección, valiosa en sí misma, conservo seis que compré hace muchos años a la estimada amiga Consuelo Montes López.

Los libros, como portadores del conocimiento universal, no se tiran a la basura. Lo mejor es regalarlos a los alumnos que se interesen por ellos, o donarlos a otra institución que los necesite. Pero deshacerse de los libros así como así, merece la repulsa de la sociedad.

Octubre 16 de 2105.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El encuentro de dos mundos

En el año de 1966 compré un libro de los que ahora llaman de bolsillo, en 6 pesos. Lleva por título “Cristóbal Colón, Marino”, y su autor es Samuel Eliot Morison. Fue la primera edición en español y por eso ocupa un lugar preferente en mi biblioteca.

Morison no es un historiador cualquiera. En 1942 ganó el premio Pulitzer por su biografía en dos tomos de este navegante. Y años antes apoyado por la Universidad de Harvard recorrió la ruta que en 1492 realizara Cristóbal Colón. De esa experiencia dice: “Mi punto de vista es, sencillamente, de un marino que expone las hazañas de otro al que considera uno de los más grandes navegantes, si no el más grande todos los tiempos”.

Pero, además, en la última parte del libro insertó la primera carta que Colón envió a la reyes de España, Fernando e Isabel, los que, como se sabe costearon el viaje rumbo a las Indias. En ella narra sus primeras impresiones y describe las islas a las que puso nombres: San Salvador, Fernandina, Isabela, Juana, la Española…

Da cuenta de una isla poblada solamente de mujeres —la actual Martinica— y de otra donde los indígenas eran caníbales. Uno de sus capitanes, Alonso de Ojeda le tocó corroborar esa costumbre en la isla mencionada. Cuenta que desembarcó en ese lugar en busca de sus pobladores, pero solo encontraron abandonada una aldea y los cazos de la comida en la lumbre. Como tenían hambre se dispusieron a aprovecharla y entonces se dieron cuenta que lo que había en el recipiente eran brazos, piernas y la cabeza de un ser humano…

No está de más recordar ese acontecimiento histórico: El 6 de septiembre de 1492, venciendo temores e ignorancias, el marino genovés Cristóbal Colon zarpó de un puerto del viejo mundo rumbo a la India, China y el Japón. Al mando de tres carabelas, la Niña, la Pinta y la Santa María recorrió durante más de un mes el llamado mar tenebroso —el océano Atlántico— hasta llegar a la isla de San Salvador a la que los indios llamaban Guanahaní, el día 12 de octubre de 1492.

 “Allí, —dice Morison— sobre la luminosa playa de coral blanco, tuvo lugar el famoso primer desembarco de Colón. El Capitán General (entonces ya con el consenso de todos llamado Almirante) fue a tierra en el bote insignia, desplegando al viento el real estandarte de Castilla: los dos capitanes Pinzón, en sus respectivos botes, flameando la bandera de la expedición, de color verde coronada sobre campo blanco. “Y habiendo dado todos gracias a Nuestro Señor, hincados de hinojos, besando la tierra y llorando de dicha por la inconmensurable merced que habían alcanzado, el Almirante se levantó y dio a la isla el nombre de San Salvador”.

Colón realizó cuatro viajes a la tierra descubierta. En el último recorrió las costas de Nicaragua, Honduras y Costa Rica. Pero ese viaje estuvo lleno de dificultades y peligros. Después de esa expedición regreso a España para informar al rey de sus descubrimientos. Sin embargo a éste no le interesaron los informes de Colón. Enfermo, desilusionado del poco interés de la corte, el llamado Almirante del Gran Océano, murió en la ciudad de Sevilla, el 20 de mayo de 1506.

Lo que ocurrió el 12 de octubre de 1492 más que un descubrimiento fue el encuentro de dos mundos que dio origen a una nueva etapa en la historia universal, con transformaciones sociales, económicas y culturales, tanto en España como en el continente americano.

Desde luego, esta conmemoración tiene sus interpretaciones. En la ciudad de México, con motivo del Día de la Raza, los grupos indígenas lo recuerdan como el inicio de una conquista que destruyó las civilizaciones autóctonas, aniquilando todo resto de las culturas que durante miles de años existieron en nuestro país y en el resto de América.


14 de octubre de 2015.

viernes, 9 de octubre de 2015

Las fiestas tradicionales de Todos Santos

Ayer me obsequiaron el programa general de las fiestas tradicionales del pueblo mágico de Todos Santos. Durante los días 9 al 12 del presente mes de octubre, se desarrollará un programa de actividades religiosas y culturales en conmemoración de la fundación de la misión jesuita de ese lugar en 1733 y de la virgen del Pilar que desde ese año es venerada por los todosanteños.

Me llamó la atención que en el programa  no se incluyeran pláticas o conferencias sobre la historia de esa comunidad de por sí importante, sobre todo la de la misión y de la iglesia que permanece hasta la actualidad. De seguro muchos visitantes desconocen esa historia y deben ser los habitantes de ese pueblo quienes puedan ilustrarlos al respecto.

Existe mucha información sobre el pasado de Todos Santos. Escritores distinguidos se han ocupado de ello, entre ellos el gran ausente el profesor Néstor Agúndez Martínez. Yo mismo, en un libro que escribí en el 2012, incluí dos crónicas referentes a esa población que llevaron los títulos de Santa Rosa de las Palmas: una misión bajacaliforniana y Todos Santos, una historia interesante.

En ese libro “La Paz y sus historias”, escribí: “En Todo Santos, la misión que se fundó por los misioneros jesuitas en 1733 llevó el nombre de Santa Rosa de las Palmas. En ese año el padre Sigismundo Taraval  se estableció en ella, a fin de continuar la obra de evangelización entre los indios de esa región. La misión conservó ese nombre hasta el año de 1749, ya que por haber desaparecido la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz  y sus escasos neófitos llevados a Todos Santos, a partir de entonces se le comenzó a llamar la misión de Nuestra Señora del Pilar de Todos Santos. La virgen fue trasladada a este lugar”.

Los jesuitas atendieron la misión hasta el año de 1767. Después lo hicieron los franciscanos y posteriormente los dominicos, entre ellos Mariano Fernández, Jacinto Fiol y de 1825 hasta 1840 el padre Gabriel González. En ese año la misión fue abandonada definitivamente debido a la escasa población de neófitos.

Respecto a la segunda crónica dije: “No podemos olvidar lo que es y ha sido esa comunidad sudcaliforniana. De sus apellidos tradicionales como los Salgado, Espinoza, Calderón, Martínez, Villarino,  Albáñez, Márquez, Domínguez, etc. De sus mujeres y hombres distinguidos del pasado y del presente como los generales Manuel Márquez de León, Clodomiro Cota, Melitón Albáñez; del padre Gabriel González que aunque nació en España se identifica con ese pueblo; de doña Dionisia Villarino, digna exponente de las mujeres de esa tierra.

“No podemos ni debemos dejar de mencionar a los todosanteños que en estas últimas décadas se han distinguido en el servicio público como autoridades municipales, diputados y funcionarios del gobierno estatal, entre ellos Esteban Pérez Espinoza, César Moreno Meza, Jorge Santa Ana González y Manuel Salgado Calderón. Y de los hacedores de la educación y la cultura como Néstor Agúndez, Oralia Fernández, Valente de Jesús Salgado, José Salgado Pedrín y Heriberto Parra Hacke”.

“La identidad todosanteña va para largo. Mientras existan sus hermosas huertas, el teatro Manuel Márquez de León, la iglesia donde se venera a la Virgen del Pilar, el edificio de la antigua escuela primaria Melitón Albáñez, las sabrosas coyotas y las crujientes melcochas, Todos Santos no debe temer al futuro. Sus mujeres y sus hombres, como en el ayer, defenderán lo que suyo porque es el patrimonio de sus familias y es la herencia que dejarán a las futuras generaciones de ese tradicional pueblo sudcaliforniano”.


09 de octubre de 2015.

domingo, 4 de octubre de 2015

El interés por la historia bajacaliforniana

Los días 1 y 2 del mes pasado, invitado por la CROC, impartí dos conferencias a los miembros de esa organización sindical en las ciudades de Cabo San Lucas y La Paz. El tema central se refirió a la historia de la Baja California desde la época precolonial hasta los tiempos presentes.

Durante hora y media expuse, de manera general, como se desarrollaron los acontecimientos históricos a partir del descubrimiento de la península por Fortún Jiménez, en 1533. Y de cuál fue el origen de la palabra California, un tema obligado cuando se habla del pasado de este región de México.

Auxiliado por imágenes variadas hice referencia a la presencia de Hernán Cortés en estas tierras y su determinación de bautizar el sitio donde desembarcó como Puerto y Bahía de Santa Cruz, por el hecho de haber arribado el 3 de mayo de 1535. Muchos años después, otro expedicionario, Sebastián Vizcaíno le cambio el nombre por el de La Paz,

Hice alusión, de manera especial, al período de los misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos que estuvieron aquí desde 1697 hasta 1840. Desde luego, correspondió a los primeros fundar las 17 misiones a todo lo largo de la península, iniciando con la de Loreto y terminando con la de Santa María de los Ángeles, en 1767. Ese año donde llegó la orden de expulsión de los jesuitas de la Baja California y de todo el país.

Antes de iniciar las conferencias, me llamó la atención la intervención del dirigente de la CROC en el estado, el señor Esteban Vargas Juárez, cuando explicó a sus compañeros de la intención de esas pláticas relacionadas con nuestro pasado. Les dijo que sabía que muchos de los presentes no eran originarios de esta región del país y desconocían en parte los orígenes de sus mujeres y sus hombres, de las bellezas naturales que la rodea y que son un atractivo para el turismo que nos visita. “Muchos de ustedes —observó— laboran en hoteles cuyos huéspedes se interesan en conocer aspectos históricos o culturales del lugar al que llegan y, muchas de las veces, son a ustedes a quienes les preguntan. Por eso necesitamos conocer más de este lugar. Y esa es la razón por la que hemos iniciado una serie de pláticas tendientes a ese fin…”.

Motivados por ese mensaje de su dirigente, las cerca de ciento cuarenta personas que asistieron a mis pláticas, escucharon con profunda atención la exposición que hice sobre las diversas épocas históricas por las que ha pasado la Baja California. Al término de ellas les agradecí su presencia y reconocí el interés de su organización para esta clase de eventos de divulgación histórica y cultural

Después me informaron que ello forma parte de un plan de actividades que ellos desarrollan en beneficio de las familias, como las tecnologías domésticas, los programas de abasto, los centros de capacitación y convivencia social y el de emprendedores en movimiento. Toda una serie de acciones que son comunes en esta clase de organizaciones sindicales.

Claro, abundando un poco sobre lo dicho por su dirigente, hice referencia a la importancia que reviste el conocer las características de nuestra región y sus habitantes, sobre su pasado y su presente, ya que ello nos permite valorar la medida de sus esfuerzos a favor de esta tierra. Y como, conociéndola, es que se forma una identidad que permitirá defender en su momento el patrimonio del pueblo sudcaliforniano. Un patrimonio que ahora es suyo por radicar, junto con sus familias, en estos hermosos lugares.

Habrá ocasión en que pueda volver a cambiar impresiones con los integrantes de este sindicato. O con cualquier otro grupo interesado en afirmar sus raíces sudcalifornianas. Vale la pena el intento.

Octubre 03 de 2015.