Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

miércoles, 20 de abril de 2016

Los veneros del diablo en Baja California

Hace una semana, un funcionario del gobierno federal declaró que en la península de la Baja California y en el Golfo existía petróleo y que se tenía como una reserva para el futuro. Al menos así lo demuestran los trabajos que llevaron a cabo las brigadas de PEMEX allá por los cincuenta del siglo pasado.

En el valle de Santo Domingo, en la zona de La Purísima y a la altura de Las Pocitas estuvieron varios meses realizando exploraciones bajo tierra y los pozos que perforaron los clausuraron con materiales de fierro y cemento. Todavía se pueden observar, aunque algunos quedaron en propiedades privadas. También se efectuaron muestras en el Golfo de California, por la zona de la isla de Cerralvo.

Los jefes de las brigadas nunca dieron explicaciones sobre los resultados de esos trabajos. Levantaron sus campamentos y de seguro los informes los rindieron a la gerencia de Petróleos Mexicanos, en la capital de la república.

Resulta extraño que sea ahora cuando se divulgue la existencia de petróleo en Baja California. Aunque con eso de la reforma energética que da oportunidad para que empresas extranjeras participen en la explotación del oro negro, no sería casual el querer convertir esta región en un gran campo petrolero con la intervención de compañías petroleras norteamericanas y europeas.

La idea en sí puede ser benéfica para el desarrollo del estado, dada la gran estructura económica y social que significaría esa industria. Pero, por otro lado, entrañaría un serio peligro al conceder la entrada del capital extranjero y los numerosos equipos humanos que emigrarían a nuestra península. Y eso sin contar el enorme interés que siempre se ha tenido para adueñarse de esta región de nuestro país.

Según el anuncio, la explotación de este valioso recurso, si se autoriza, tendrá que someterse a los lineamientos de las áreas naturales protegidas, como son los casos del propio Golfo de California y las que se crearán en la región norte de nuestro estado. Aunque, al modo viejo, les valdrá lo que el viento a Juárez, aduciendo que es por el bien de la nación.

Por sí o por no, es aconsejable que los habitantes de nuestro estado y del vecino del norte adquieran amplia información de cómo se la mascan las compañías transnacionales en eso de apoderarse de las riquezas de nuestro país. Harán bien en leer el libro de Francisco Martín Moreno “México Negro” que narra la historia de los orígenes de la explotación petrolera en los estados de Veracruz y Tamaulipas.

En el año de 1995, el maestro Ángel J. Hermida Ruiz, me obsequió un libro titulado “La batalla por el petróleo en Veracruz” que no tiene desperdicio. Dice en él que las compañías que se establecieron crearon muy serias dificultades a nuestros gobiernos y explotaron sin medida a nuestra riqueza y a los trabajadores mexicanos, al grado de que un presidente de la república, Plutarco Elías Calles, lamentó que México hubiera tenido petróleo.  Fue por eso también que el poeta Ramón López Velarde, en su hermoso poema “Suave Patria” expresara: “El niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros del petróleo, el diablo.”

Y por coincidencia, la semana pasada Sandino Vázquez, de la coordinación de Fomento Editorial del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, me regaló el libro “El cronista” de José Ángel Riquer; y cuando lo empecé a leer me di cuenta que su contenido se refiere al comienzo de la explotación petrolera en la zona rural de Las Choapas, en el estado de Veracruz.

Así es que debemos tener mucho cuidado con eso del petróleo. Sin ánimos de poner en tela de juicio la reforma energética, creo saludable que se piense en las opciones que ofrece nuestro estado para continuar con su desarrollo como son el turismo, su industrialización y la pesca.

Abril 20 de 2016

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