Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

miércoles, 17 de mayo de 2017

Un personaje con historia

La maestra Elizabeth Acosta Mendía me obsequió el libro que describe la vida y la obra del general Agustín Olachea Avilés. Ella participó en la investigación, junto con Cristina Ortiz Manzo, Marisol Ochoa García y Laura Silva Castañón. Con un texto inédito e interesante y con numerosas fotografías alusivas también inéditas, el libro es un referente obligado  cuando se trata de conocer la participación de este sudcaliforniano en la vida social, política y militar no sólo de Baja California Sur sino en el ámbito nacional.

Cuando estaba leyendo el libro vino a mi memoria el día que se trasladaron los restos del general a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres de esta ciudad de La Paz. Fue el 13 de noviembre de 1986 ante la presencia de sus familiares, de las autoridades civiles y militares y grupos escolares que hicieron valla en el recibimiento.

En ese tiempo yo era miembro de la Comisión de la Rotonda por lo que me tocó vivir de cerca los preparativos para ese acto de gran solemnidad.

Además, tuve la oportunidad de elaborar un folleto al que puse por título “Gral. Agustín Olachea Avilés, Apuntes para una biografía”. Incluí algunas fotografías y el decreto expedido por el Congreso del Estado.
El impreso fue editado con oportunidad y por eso fue posible que se distribuyera entre los presentes al acto. Como no fue una investigación formal —faltó tiempo— decidí poner las acciones más relevantes del general, sobre todo cuando llevó a cabo la tarea más significativa de su gobierno: La apertura a la agricultura de los valles de Santo Domingo y Los Planes.

Y conté la anécdota que se hizo famosa entre los campesinos que llegaron al valle de Santo Domingo. Fue en el mes de abril de 1951, cuando el presidente Miguel Alemán, junto con el general y varios funcionarios federales visitaron esa región y, en su momento, su avión aterrizó en la pista improvisada de la colonia María Auxiliadora. Con la noticia se habían reunido campesinos de las colonias cercanas y, desde luego, la mayoría de ese lugar.

A media escalerilla del avión, el presidente Alemán se detuvo pues los campesinos, ondeando una bandera nacional, comenzaron a cantar el himno nacional. Y en el folleto que escribí, dije: “Los más haciendo el saludo y el resto en actitud marcial y descubiertos lanzaron al espacio las notas vibrantes de nuestro canto patrio, frente al hombre que gobernaba al país y quien, con la sorpresa y la admiración reflejada en su rostro, repetía también la letra del himno que allí, en la soledad del valle, representaba el más claro ejemplo del amor y la fe que sentían por México…”.

Fue un acto inusitado que yo presencié pues en ese año trabajaba como maestro en el poblado de Sebastián Allende, alejado unos tres kilómetros de la colonia sinarquista. Si el presidente tenía dudas sobre el surgimiento del valle como emporio agrícola, allí, escuchando los problemas de los campesinos, reafirmó su convicción de seguir respaldando la colonización de esa región bajacaliforniana. Pero también fue una prueba palpable de la confianza que le tenían al general Olachea el que, en las reuniones con ellos, siempre les repetía “Tengan confianza hijos, yo no los abandonaré”. Y lo cumplió con creces.

Por eso, cuando la nueva generación de profesionistas se interesan en dar a conocer las acciones de mujeres y hombres en favor de  nuestra entidad, no podemos menos que felicitarlos, sobre todo cuando se trata de sudcalifornianos como el general Olachea, un personaje distinguido de Baja California Sur.

Y a propósito, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura acaba de editar un libro que se refiere a los sudcalifornianos ilustres de la Rotonda, entre ellos el general Agustín Olachea Avilés. Enhorabuena.


Mayo 17 de 2017.

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