Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Los viejos recuerdos

Ayer, en las afueras de un banco de nuestra ciudad, saludé al buen amigo Ramón Silva López, más conocido como el “negro Silva”, y como siempre, me obsequió unas cuartillas impresas dedicadas a La Paz de los años cincuenta del siglo pasado. Le di las gracias y me retiré pensando en lo feliz que fue en su niñez y juventud de esa época, lo suficiente para recordarla.

En una ocasión anterior, cuando se presentaron los libros de Braulio Maldonado en el Instituto Tecnológico de San José del Cabo, una estudiante refiriéndose al titulado “Qué bonito era mi pueblo” le preguntó a la presentadora: “¿Cuál es la importancia de recordar cosas del pasado, sobre todo para nosotros que estamos viviendo el presente?”

Al escuchar la pregunta de pronto recordé a otros autores que han escrito libros sobre el pasado de nuestros pueblos entre ellos Lorella Castorena Davis, Rosa María Mendoza, Amelia Wilkes, Estela Davis, Edith González Cruz, Ignacio Rivas Hernández y Francisco Altable. Algunos de ellos, los autores, como testigos de ese pasado o como admiradores de esos tiempos, han recreado las costumbres y tradiciones de esas épocas con el solo propósito de evitar el olvido y cimentar de esa manera el recuerdo de lo que antaño fue la vida de esas comunidades.

En el caso de Ramón, periodista, compositor de canciones y una actitud de rebeldía que lo ha acompañado la mayor parte de su vida, tiene el don de recordar como si fuera ayer, los acontecimientos del pasado de nuestra ciudad de La Paz y de las personas que de una u otra manera han participado en su desarrollo. Pero también ha tenido el cuidado de registrar esos recuerdos a través de artículos periodísticos, de cuartillas impresas y la grabación de casetes que amigos de él guardan como un tesoro invaluable.

Y respecto al libro “Qué bonito era mi pueblo” refiriéndose a San José del Cabo, describe una época de mediados del siglo pasado con aire de nostalgia, como deseando que el tiempo se hubiera detenido y no hubiera sufrido los cambios naturales de su progreso. Pero al recordar esa época la intención es transmitir esos conocimientos a las generaciones actuales como un antecedente de cómo se transforman los pueblos conforme a las necesidades que se van presentando. Y de una evolución constante generada por los habitantes que da por resultado mejores condiciones de vida.

Así ha sucedido con todas las comunidades sudcalifornianas y la historia regional nos habla de ello. De la fundación de misiones jesuitas se formaron pueblos como Loreto, Mulegé, San Ignacio, Comondú, La Purísima y San José del Cabo. Y poco a poco fueron transformándose por iniciativa de sus habitantes. O de otros, como Cabo San Lucas y Ciudad Constitución que gracias al turismo y a la agricultura han formado pueblos de pujante progreso. Pero todos tienen su pasado. Un pasado que como sustento de la identidad y del orgullo debe conocerse.

Es por eso de la importancia de recrear las épocas de antaño. No con el afán de envidiarlas o volverlas a vivir, sino como parte de un proceso social que conociéndolo permite seguir avanzando en el presente. Creo que esas son las intenciones de todos los que se han referido a los pueblos de Baja California Sur.

Los autores de la obra “Historia cultural e imágenes de San José del Cabo”, aparecida en el 2013, nos dan la justificación: “La historia que se avecina, en apariencia avasallada por el mega-desarrollo turístico y el tráfico inmobiliario, tiene en la memoria del horizonte josefino una nítida apelación de futuro: la elemental enseñanza de que mientras el sentido de la comunidad permanezca como cultura viva, como palabra legada y recibida, la tradición prevalecerá como el espacio tras el que se orientan las dignidades del pasado y el porvenir”.

Noviembre 01 de 2017.