Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

jueves, 23 de febrero de 2017

El museo de la maestra Rosaura Zapata



Va para tres semanas que Erika Zapata, descendiente de la maestra Rosaura Zapata visitó nuestra ciudad, con el fin de reunir toda la información posible de esta insigne educadora, para estar en disponibilidad de hacer un documental sobre su vida y su obra.

Invitados por el profesor Ricardo Fiol acudimos a saludarla Francisco López Gutiérrez, Martín Avilés Ortega y yo, a fin de escuchar sus propósitos y ofrecerle nuestra ayuda. Ella es hija de Claudio Maximiliano Zapata y Buttner. Sus abuelos paternos fueron Enrique Zapata y Lily Buttner.  Sus bisabuelos fueron Claudio Zapata y Helena Cano, padres de la maestra María Rosaura Zapata Cano.

Como bisnieta tiene todo el derecho de buscar  la información posible sobre su bisabuela, desde los documentos existentes hasta el museo que se instaló en la que fuera su casa sobre las calles Madero y Morelos, de esta ciudad de La Paz. Y de cómo el Congreso del Estado decretó que sus restos mortales descansaran en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres.

Fue durante el gobierno del licenciado Ángel César Mendoza Arámburo cuando se le hizo un emotivo homenaje a su memoria y el senador Alberto Alvarado hizo entrega de un cheque por valor de 50 mil pesos a nombre del senado de la república, para la adquisición de la casa donde vivió la maestra y convertirla en un museo a su memoria.

En efecto el museo se organizó y permaneció así durante dos décadas. Después,  con la autorización de las autoridades educativas allí funcionó el Centro de Artes Populares para Niños Preescolares, institución que fue clausurada en el año 2014 y la casa cerró sus puertas al  público.

Ignoramos quien es el propietario de la que fuera el hogar de la familia Zapata Cano. Pero deberá investigarse a fin de que vuelva a su calidad de museo. Ojalá y se conserven todos los testimonios de la vida y la obra de la maestra, entre ellos el busto que adornaba una de las salas. La restauración de la casa y su costo no debe ser pretexto para mantenerla cerrada, pues siempre habrá—así lo creo—la buena disposición de los gobiernos estatal y municipal y en último caso de la sociedad civil, ya que se trata de una acción que conlleva  el recuerdo de la insigne educadora sudcaliforniana.

Una de las primeras acciones sería colocar una placa indicando que fue la casa donde nació la maestra Zapata y que por disposición del gobierno del estado se convirtió en museo. Y que retiren la placa que dice “Centro de Artes populares para preescolares” ya que dejó de funcionar hace tres años.

Por lo demás, debemos reconocer el interés de los familiares que radican en la ciudad de México, sobre todo de los hermanos Erika y Sergio Zapata Lozano, este último un alto funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Preocupados por la falta de interés por la Casa—Museo de su ilustre bisabuela, han iniciado gestiones y solicitado información del estado que guarda el inmueble y, en caso necesario, buscar las soluciones más adecuadas para su restauración y funcionamiento.

Desde luego, ese interés debe compartirse con las instituciones educativas y culturales de nuestra ciudad, las cuales tienen el compromiso de conservar y fomentar el recuerdo de todos aquellos sudcalifornianos que han entregado parte de su vida a la educación nacional,  como es el caso de la maestra educadora María Rosaura Zapata Cano.

23 de febrero de 2017.

domingo, 12 de febrero de 2017

Los apellidos como identidad



El diario “El País” de Madrid, España, publicó hace días un mapa de la república mexicana con los apellidos más frecuentes de cada estado. No dice de donde sacó la información, pero por lo que respecta a Baja California Sur no deja de ser interesante.

De forma estadística los apellidos que más se repiten son García, con 23,782 menciones; González, con 20,574; Martínez, con 20,158; López, con 19,448; y así en orden descendente con Hernández, Castro, Sánchez, Rodríguez, Romero y Ramírez, este último con 11,746 menciones.

La lista hace pensar que los apellidos que más se repiten corresponden a personas que han llegado a la entidad en los últimos 65 años cuando el despegue de la agricultura en los valles de Los Planes y de Santo Domingo. Y después, con motivo de la conversión de territorio a estado de la federación, sumado al desarrollo intensivo del turismo como fuente de desarrollo económico.

Y los censos de población dan razón de ello. En 1950 contábamos con 60,864 habitantes y ya en 1980 habíamos alcanzado los 215,139. Y 35 años después, en el 2010, fueron 637,026 los censados. Ahora en el 2017 de seguro la cantidad será mayor.

Es por eso la profusión de apellidos que antes de 1950 no figuraban en el registro local. Desde que se inició la colonización de nuestra península por los misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos hace un poco más de trescientos años, los primeros apellidos que se conocieron correspondieron a los soldados, marinos y trabajadores que fueron llegando conforme se creaban los centros de población como Loreto, Mulegé, Comondú, La Paz, Todos Santos y San José del Cabo.

En su libro “Historia de la Baja California”, don Pablo L. Martínez anota los nombres y los apellidos de esa época. Ahí aparecen las familias de los Rodríguez, Márquez, Arce, Romero, Carrillo, Verdugo, Castro, Ceseña, Murillo, Salgado, Avilés, Meza y Angulo, entre otros. Posteriormente, debido al cruzamiento con extranjeros, perduraron los apellidos Pedrín, Gibert, Fiol, Green, Collins, Maclis, Davis, sobre todo en la parte sur de nuestra entidad.

Por supuesto, existen en la actualidad muchas familias con estos apellidos aquí y en diferentes estados de nuestro país y es notable el hecho de que, cuando uno de esos apellidos se nombra, de inmediato se relaciona con la Baja California. Así sucede en el estado de California, Estados Unidos, debido a la migración de familias bajacalifornianas al finalizar la guerra de 1846 a 1848 contra ese país vecino.

En La Paz y en Todos Santos se ha hecho costumbre la reunión de familias que llevan los apellidos de Verdugo y Salgado. De diferentes partes de la república y más del estado de Baja California asisten grupos familiares los que, además de la convivencia, buscan por medio de la identidad, que sus nombres perduren como parte de la historia de esta región del país.

Y no es poca cosa que después de más de tres siglos, todavía los Márquez, los Romero, los Murillo o los Castro mantengan su descendencia con el orgullo legítimo que les da su prosapia. Y claro, mientras existan, perdurará el recuerdo de aquellas mujeres y hombres que con la audacia y la esperanza al frente, no dudaron en venir a esta tierra en busca de mejores oportunidades de vida.

Para los que buscamos, hurgando en el pasado, las justificaciones de nuestras raíces identitarias, debemos tener presente que los antiguos apellidos bajacalifornianos son los mejores escudos contra el olvido. Y que mientras existan, serán motivo de orgullo para todos los que lleven esos distintivos, que les da derecho a ser considerados sudcalifornianos legítimos. Y es así porque la historia lo justifica.

Febrero 01 de 2107.