jueves, 10 de diciembre de 2020

LA COMPAÑERA

 Antier, día ocho, se cumplieron seis meses de tu partida. Un largo tiempo que no logra acabar con la angustia y la desolación que sigue mellando mi corazón. Pero me reconforta todas las mañanas cuando, frente a tu última fotografía que te tomé en la finca que lleva tu nombre, te doy los buenos días, te platico de como me fue el día anterior y, entre lágrimas, el desconsuelo porque ya no estás a mi lado. Y ya van seis meses que hago lo mismo. Y lo haré hasta que la muerte acabe conmigo. No en vano fuiste mi compañera durante gran parte de mi vida y por eso extraño mucho tu ausencia. En estos días, con el invierno encima, trato de abrazarte y solo el vacío encuentro a mi lado. Y la angustia renace. Mi amor de siempre me abandonó y atrás quedan miles de recuerdos de su compañía. Por eso, con palabras tristes, dedico estos versos a la se fue.

 

LA QUE SE FUE

 Te fuiste como las nubes viajeras,

como las golondrinas fugaces,

te fuiste como rosas marchitas

dejando su aroma en la orfandad.

Me abandonaste y no hay respuesta

que mitigue mi dolor por tu ausencia,

cuando los días eran nuestros amigos

y las mañanas alegraban nuestros corazones.

Te fuiste y la pregunta quema mis labios

como un triste crisol que se apaga,

¿por qué me abandonaste, por qué?

y el silencio ahoga las prisas por saberlo.

Ahora que ya no estás

extraño los años felices,

los tiempos eternos

testigos de nuestro amor.

Pero ese amor te alcanzará,

mis pasos serán los tuyos,

y entonces, como presagio,

tú y yo, juntos para siempre.

 

Diciembre 10 de 2020

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