sábado, 17 de marzo de 2018

Limosna para el arte


El fin de semana en unos de los cruceros más transitados de nuestra ciudad, durante el semáforo en rojo, me tocó presenciar a cuatro niñas y una mujer vestidas con  trajes de baile que bailaban y las que, instantes después, se acercaron a los vehículos solicitándoles ayuda para su grupo de danza de la colonia La Pasión. Sin tiempo para preguntarles nada, les entregue unas monedas, unos doce pesos que tenía a la mano, y arranqué mi vehículo aprovechando la luz verde del semáforo.

Se ha vuelto costumbre que diferentes grupos soliciten limosnas a los conductores, la mayoría para causas nobles como ayudar a un enfermo, el apoyo para una casa hogar, reunir fondos para instituciones de beneficencia como la Cruz Roja. Y también cuando algún equipo de deportistas tiene que viajar a otros lugares de la república y no tienen el dinero suficiente para costear los gastos de traslado. Los menos con piruetas y juegos malabares intentan llamar la atención a fin de que los ayuden con algunas dádivas.

Pero lo de ayer me llamó la atención. Resulta que la persona que acompañaba a las niñas era su maestra de danza y ante las dificultades para conseguir el vestuario que se utiliza en los bailes regionales incluyendo las zapatillas, no le quedó otra opción que acudir a la buena disposición de los conductores de automóviles, con los riesgos que significa el tránsito vehicular.

Quiero creer que la maestra lo hace con el permiso de los padres de familia e incluso que algunos de ellos la acompañaron.  Y que tal determinación la tomaron cuando las instancias de gobierno no pudieron ayudarlas, entre ellas el ayuntamiento de La Paz a través de su instituto de cultura. O de la dependencia responsable de la difusión de la cultura a nivel estatal que tiene entre sus objetivos promover la danza en todas sus manifestaciones.

Por otro lado vale preguntar si ese ese grupo de danza forma parte de la escuela del lugar o es una academia privada dirigida por una persona interesada en difundir el arte en la niñez de esa colonia lo cual es, en principio,  una buena acción en favor de la cultura sudcaliforniana.

La colonia La Pasión es de reciente creación y se localiza al sur de nuestra ciudad a la altura de la distribuidora de gas. Ahí se han asentado numerosos grupos de familias por lo que los gobiernos estatal y municipal lo han dotado de agua potable, electricidad y otros servicios públicos, tiene jardín de niños, escuela primaria y una telesecundaria, tiendas y los camiones urbanos hacen su recorrido varias veces al día.

En cuanto al número de habitantes que tiene la colonia solo es posible calcularla al tomar en cuenta que la escuela primaria  atiende a 300 alumnos y el plantel cuenta con doce maestros y el director, el profesor Andrés León Frías. Habrá oportunidad para que INEGI me pueda proporcionar la población que tiene actualmente ese asentamiento humano, uno más de los que existen al sur de la ciudad.

Y volviendo al tema central de esta crónica, de la permanencia y divulgación de la danza regional y de los esfuerzos para llevarlas a buen término, me parece que es bueno encontrar otros caminos de ayuda como son los clubes de servicio, las empresas, las ONG o alguna fundación protectora del arte y la cultura aunque, de esta última no creo que exista en nuestro estado. El fin…

El interés por las danzas regionales se da en todas partes de nuestra entidad, como es el caso de San Miguel de Comondú, donde la maestra Jackeline Verdugo organizó un grupo de niños  para enseñarles bailables de la región, con vestuario confeccionado por las madres de familia.

Por cierto le comenté la conveniencia de crear nuevas danzas regionales tomando en cuenta  el grado de desarrollo de nuestra cultura en las diversas regiones de nuestra entidad. Y que ella como maestra en ese arte podría poner el ejemplo.

Por lo demás nos gustaría mucho que en un tiempo no muy lejano recibamos la invitación de la maestra de la colonia La Pasión, para ir a presenciar a su grupo de niñas y niños bailando el conejo o el chaverán, dos de las danzas regionales de Baja California Sur.

Marzo 13 de 2018.

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