lunes, 26 de noviembre de 2018

Algo para recordar

El viernes pasado, 23 de noviembre, asistí a Ciudad Constitución para presentar el libro “Salvador González Moreno, pionero del Valle de Santo Domingo”, de mi autoría. Como en anteriores ocasiones el evento se efectuó en la Casa Amarilla y fue organizado por uno de sus hijos Rubén y el ayuntamiento de Comondú.

A las cinco de la tarde con un numeroso público, los familiares de don Salvador entre ellos y la presencia del presidente del ayuntamiento de Comondú, el doctor Walter Valenzuela y otros funcionarios, dio principio la presentación a cargo del profesor Leobardo Arce González y del cronista José Soto Molina.

Leobardo expuso parte del contenido del libro y José, por su parte, hizo mención de la importancia de conocer la historia de los hombres que a base de esfuerzos lograron hacer producir la tierra del Valle de Santo Domingo. También hizo mención de mi carrera como escritor y recordó otro libro anterior que escribí sobre esta región del estado de Baja California Sur.

El evento fue cálido y emocionó a los presentes cuando Irazema Arce, una de sus nietas e hija de María del Refugio González, cantó un corrido de su inspiración que fue ovacionado por el público. La composición se llama “A los González” y termina así: “Vuela, vuela, palomita/ por todos los pastizales/ ve y dile a mis abuelos/ que orgullosos estamos/ del apellido González.

Como en toda presentación, como autor autor hice uso de la palabra y en esta ocasión, llevado de la presencia de las hijas e hijos de don Salvador, Juanita, María del Refugio, Evarista, Beatriz y desde luego Rubén, además de nietos y bisnietos, solo tuve palabras de agradecimiento por haberme permitido escribir un poco sobre la vida y la obra de uno de los primeros pioneros que llegaron al Valle de Santo Domingo en el año de 1950.

--“El libro lo escribí con amor —les dije a los presentes— como un reconocimiento al hombre, quien junto con su familia y los demás colonos que fundaron el poblado Sebastián Allende, me aceptaron, me respetaron y me comprendieron como un maestro que por primera vez ejercía mi trabajo docente con los niños de ese poblado.

Y ahí, con la emoción reflejada en mi rostro, hice mención de Rubén, Evarista y Beatriz quienes fueron mis alumnos y hoy estaban presentes en este homenaje a su padre y de su querida madre, doña María. Después, al terminar la presentación, saludé a muchos familiares de don Salvador, entre ellos a Juan José, quien radicado en la ciudad de Guanajuato, viajó especialmente a fin de estar en este acto en honor a su abuelo. Así como también a la esposa e hijos de Adolfo González que viven en Puerto San Carlos.

--Soy María —me dijo al saludarme— la hija de Juana. Y entonces recordé que durante mi estancia en el poblado Sebastián Allende, fue la primera que nació en ese lugar para alegría de todos los colonos. Ella también se convirtió en la primera sudcaliforniana descendiente de padres jalicienses, un hecho de relevante importancia por todo lo que significa la identidad de los habitantes de esa región.

Y de una tierra que los acogió y les abrió sus entrañas para que la hicieran fructificar. Una región generosa que abrió sus brazos para recibir los despojos de muchos colonizadores —y también sus esperanzas de vida— pero que dejaron para la posteridad, además de su ejemplo de tenacidad, hijos y nietos que hoy forman las nuevas generaciones de comundeños.

El libro que se presentó incluye texto de la vida y la obra de don Salvador, fotografías y documentos inéditos, además de la letra del corrido compuesto por Irazema. Al final del texto escribí:

“Salvador González Moreno está sepultado en una tierra ajena a la que nació. Pero tengo la convicción de que eso hubiera preferido ya que fue la tierra donde logró con creces el bienestar de su familia y de otras que lo acompañaron al Valle de Santo Domingo, en 1950. Es la buena tierra que abriga a las mujeres y los hombres en agradecimiento por convertirla en una fuente de vida. Es la buena tierra que cada año florece, para reflejar, en sus frutos, la presencia de hombres valientes como don Salvador González Moreno”.

Noviembre 25 de 2018.

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