jueves, 15 de noviembre de 2018

Una oposición firme

No, no se trata de cuestiones partidarias, la oposición se refiere al establecimiento de industrias mineras a cielo abierto a las que se les ha dado en llamar “minerías tóxicas”. Y es a propósito de lo dicho por el gobernador Carlos Mendoza Davis en su tercer informe de gobierno.

En su comparecencia afirmó “Mi posición es indeclinable: no validaré ningún proyecto que comprometa nuestros recursos naturales. Ninguna inversión lo vale. El patrimonio ambiental de nuestros hijos no tiene precio. No está a la venta” La alusión era clara, refrendó su oposición a la minería tóxica y a la depredación de los mares sudcalifornianos y sus lechos marinos.

Instituciones y grupos de ciudadanos se han identificado con esta enérgica postura del gobernante, entre ellos los senadores por Baja California Sur, miembros del congreso local y, de manera radical las asociaciones civiles como El frente ciudadano en defensa del Agua y de la Vida. Y, de manera particular, el pronunciamiento de los diputados Elizabeth Rocha Torres y José Luis Pérpuli Drew.

En ocasión de la visita al pueblo de Loreto en el pasado mes de octubre, presentaron ante el pleno de la XV Legislatura una iniciativa a fin de modificar los artículos 2 y 148 de la constitución política del estado, con el objeto de que los gobiernos municipales no autoricen el uso del cambio de suelo a proyectos mineros metalúrgicos alguno, y que utilice en su proceso de lixiviación cianuro, mercurio y cualquier otra sustancia que pueda contaminar los suelos y las aguas.

Los habitantes de todo el estado han estado pendientes de este intento de establecer ese tipo de minas en el suelo sudcaliforniano. Y va ya para varios años en que renuevan esos aviesos propósitos llevados de las ganancias que obtendrán a costa de depredar la naturaleza de esta región de nuestro país. Con sus influencias ante las autoridades mineras del gobierno central, están tercos y dispuestos a establecer ese tipo de minas en nuestro suelo. En contubernio con empresas extranjeras han conseguido concesiones mineras a todo lo largo y ancho de nuestra península.

Pero como ha expresado el gobernador Mendoza Davis la explotación de la minería tóxica no se va a poder, porque todos los buenos sudcalifornianos nos opondremos a ella. Así que es mejor que le busquen por otro lado, porque aquí nanay.

Por cierto, la iniciativa con proyecto de decreto de los diputados Rocha Torres y Pérpuly Drew está muy bien fundamentada. En los considerandos llaman la atención sobre la contaminación de los suelos, del agua superficial, del agua subterránea, de la flora y de la fauna, además de los cambios en el microclima y el impacto social y económico en la población.

Ojalá la legislatura local apruebe esta iniciativa y se reformen y adicionen los artículos 2 y 148 de nuestra constitución. Ojala, porque a veces, la codicia origina lamentables decisiones que afectan la conservación de nuestro medio ambiente. La iniciativa convertida en decreto será el sustento legal para que los ayuntamientos nieguen el cambio de uso del suelo, un requisito que invalida todo intento de explotar la minería a cielo abierto en Baja California Sur.

De cualquier forma, se debe permanecer vigilantes ya que los grandes consorcios mineros siempre buscarán los resquicios para lograr sus maquiavélicos fines. Pero ante ello, el pueblo sudcaliforniano a una sola voz exclamará. ¡No pasarán! Y es que sin esperar la consulta ofrecida por el próximo presidente de nuestro país, nosotros,; los habitantes de Sudcalifornia ya decidimos: ¡No a la minería tóxica!

Mi reconocimiento a los diputados Elizabeth Rocha Torres y José Luis Pérpuli Drew por su manifiesta defensa de lo nuestro.

Noviembre 14 de 2018. 

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