viernes, 29 de marzo de 2019

La invasión de los apellidos

Estela Davis Garayzar
No sé si usted se habrá dado cuenta de los nombres de los periodistas y divulgadores de noticias de ADN 40 de Televisión Azteca, de la ciudad de México. Aunque no son los más, se distinguen por llevar apellidos extranjeros aunque, por descendencia son nacidos en nuestro país, con todo lo que significa la idiosincrasia propia de su comportamiento social o personal.

Uno de ellos, Hannia Novel, es la conductora principal de noticias y la acompañan Hernan Hochstrassen, Alejandro Broft, Luciana Vainer y Cinthya Francesconi. En el espacio de Todo Personal acompaña al periodista Fernández, Viviana Belsalsso. Como se verá son apellidos de origen europeo, aunque ignoramos el apellido materno el que seguramente tiene origen español, es decir, son descendientes de madres mexicanas.

En la Ciudad de México existen algunos barrios habitados por franceses, chinos, japoneses, coreanos y libaneses. Y diseminados por la ciudad familias de alemanes, italianos, ingleses y de otras naciones, lo que originan los apellidos extranjeros a que hacemos referencia. Además, también son comunes los que proceden de países latinoamericanos como Chile, Argentina, Colombia y Cuba, entre otros los que, en su mayoría son de descendencia española.

A propósito de familias españolas, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas llegaron como refugiados a nuestro país entre 20 mil y 25 mil personas, entre ellas intelectuales, militares, obreros, hombres de empresa, quienes venían huyendo de la Guerra Civil española y de la dictadura del general Francisco Franco el que, en 1936, se opuso con las armas al gobierno republicano de ese país, estableciendo un régimen fascista.

Por cierto, en mi época de estudiante de secundaria, me dieron clases cuatro de esos intelectuales. En el Instituto Técnico Industrial de Agua Caliente, de Tijuana, Laureano Sánchez Gallego quien fue rector de la Universidad de la ciudad de Murcia y Alfonso Vidal y Planas, un poeta y escritor notable de España. Y durante mis estudios en la Escuela Normal Urbana de esta ciudad de La Paz, el licenciado Manuel Torre Iglesias y su hermano el doctor José del mismo apellido.

Y en eso de los apellidos extranjeros Baja California Sur no va a la zaga, pues existen en la actualidad muchos descendientes de personas que llegaron a estas tierras, entre ellos aventureros, marinos, trabajadores de minas y comerciantes. Algunos apellidos como Davis, Collins, Green, Taylor y Fisher son comunes en toda la entidad e incluso en otras partes de la república y los Estados Unidos. Muchas personas que llevan ese distintivo han sido y son políticos, revolucionarios, escritores, maestros, grandes comerciantes, deportistas y luchadores sociales.

Solo por mencionar algunos recordamos a Estela Davis y Armando Trasviña Taylor, escritores; Luis Yee Zumaya, Humberto Fong Márquez, León Cota Collins, maestros; Antonio Wilson González, Manuel Macklis Fisher, Jorge Miguel Cota Katzentein y Yuan Yee Cunningham, políticos; Isidoro Scholnik, Salomón Tuchman y Antonio Ruffo, comerciantes; Ricardo Canett y Emilio Mendoza Mouet, deportistas; Lucía Trasviña Waldernat de Fisher, luchadora social.

Corre la anécdota de que un funcionario de la Ciudad de México, al enterarse de las autoridades del gobierno municipal en ese tiempo a cargo de Maklis Fisher, preguntó: “Oigan, ¿qué su estado ya pertenece a los Estados Unidos? También otra cuando se hacía un homenaje a don Benito Juárez en la Escuela Normal Superior de Tepic, Nayarit y fueron los hermanos Collins a quienes les correspondió izar la bandera nacional, los alumnos presentes les comenzaron a gritar: “¡Fuera esos gringos, aquí somos mexicanos!”. Y es que, además de tener apellido extranjero los dos se distinguían por ser güeros, altos y pecosos.

Allá por los años cincuenta, el centro de nuestra ciudad tenía varios comercios cuyos dueños tenían nombres extranjeros. La Palma, La Ciudad de Viena, La Perla de La Paz, La Fama, eran tiendas que surtían a la población de ese entonces. Años después, aprovechando la zona libre se establecieron comercios atendidos por familias chinas en los que se vendían artículos de ese país y también de Estados Unidos e incluso de Europa.

Desde luego, todas estas personas llegadas de otros países emparentaron con gente nativa y hoy son sudacalifornianas de hecho y por derecho. Muchas familias a través de generaciones han conservado esos apellidos, mientras que otras solo les queda el recuerdo de sus antiguos ancestros que llevaban apellidos extranjeros.

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