domingo, 27 de septiembre de 2015

Linck y la misión de San Francisco de Borja

Desde la ciudad de Ensenada el estimado amigo Carlos Lazcano me invitó al IV Festival de la Antigua California, en honor del padre jesuita Wenceslao Linck, fundador de la misión de San Francisco de Borja Adac, evento a realizarse en estos últimos días de septiembre.

Conferencias, exposiciones fotográficas y recorridos históricos son parte del Festival organizado por el Museo de Historia de Ensenada. En esta ocasión se contará con la presencia de la historiadora Simona Binková, de la Universidad de Praga. República Checa, de donde era originario Linck.

En el folleto que se publicó con la investigación y textos de Carlos, se da a conocer que Wenceslao Linck llegó a California en 1762 y ese mismo año fundó la misión de San Francisco de Borja Adac, kilómetros más adelante de la misión de Santa Gertrudis La Magna. Estos dos centros religiosos hoy se localizan en el Estado vecino de Baja California.

Esa región de la península estaba poblada por los indios cochimí y fue a ellos a quienes les llevó la palabra de Dios a través de su conversión a la religión católica. Dicen las crónicas que la misión atendió a cientos de nuevos feligreses y que ello fue posible gracias a un manantial que permitió la agricultura en pequeña escala, la plantación de árboles frutales y la ganadería.

Cuando los jesuitas fueron expulsados de California en 1768, los franciscanos y después los dominicos se hicieron cargo de la misión, hasta el año de 1822 en que fue abandonada por falta de habitantes. De esa fecha hasta el presente la misión ha permanecido resguardada por la familia de don José Gerardo que atiende los antiguos huertos y promueve los festejos del santo en el mes de octubre.

Linck fue el último de los misioneros jesuitas que exploró la parte norte de la península hasta llegar cerca de lo que es hoy la ciudad de Ensenada. En sus correrías llegó hasta la sierra de San Pedro Mártir y la bahía de San Felipe, siempre en busca de sitios adecuados para fundar misiones y de posibles puertos para el galeón de Manila.

Después de su retiro de California, Linck siguió oficiando hasta el año de 1797 en que murió en su país natal. Para los habitantes de la Baja California la vida y la obra de Wenceslao Linck es un tanto desconocida, y es por eso que el Museo de Historia de Ensenada ha preparado esos eventos en su memoria.

En crónica anterior he hecho alusión a los padres jesuitas Jaime Bravo, Juan de Ugarte y Clemente Guillén y de su participación en la fundación de la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, en 1720. Anda por ahí un libro de mi autoría titulado “Tres hombres ilustres de Sudcalifornia” en el que hago mención especial del padre Bravo y el escaso conocimiento que se tiene de él.

Aparte de cofundadores de la misión de La Paz, Juan de Ugarte —a quien el doctor Miguel Mathes le llamó el Atlante de California— realizó una gran labor en la misión de San Francisco Javier y Clemente Guillén hizo lo propio en la misión de Los Dolores. Son personajes significativos en la historia de la Baja California. Y sin embargo…

En Ensenada existen la Sociedad de la Antigua California, la Fundación Barca, el Museo de Historia, el Seminario de Historia y muchos de sus habitantes preocupados por divulgar la historia antigua de la península. Y lo demuestran en cada ocasión con la publicación de libros, folletos, conferencias y exposiciones alusivas. Y festivales como el de ahora en memoria de Wenceslao Linck.

En cambio nosotros durmiendo el sueño de los justos. Cierto que contamos con la UABCS y otras instituciones superiores, además del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Pero ellas no tienen fines específicos relacionados con la divulgación histórica de nuestra entidad.

Para ello necesitamos una institución independiente que se encargue de dar a conocer y divulgar nuestro pasado. Y un mecenas que apoye las actividades de esa institución. ¿Será posible?

Septiembre 26 de 2015.

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