Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

domingo, 28 de febrero de 2016

Una bandera bajacaliforniana

Bandera de los defensores de la Baja California. 1847.
Cuando tuvo lugar la invasión norteamericana a nuestro país en los años de 1846 a 1848, las tropas extranjeras se apoderaron de varias banderas mexicanas, entre ellas una que enarbolaron los patriotas defensores de la península de Baja California.

Después de cien años, en 1947, las banderas fueron devueltas a México y quedaron depositadas en el museo nacional de historia en el Castillo de Chapultepec. Entre ellas la que perteneció a las fuerzas de Manuel Pineda, el heroico defensor nuestra tierra.

Y ahí hubiera permanecido ignorada, si no es que la buena disposición del profesor e historiador Pablo L. Martínez organizara en 1962 un homenaje en su honor. Invitando a bajacalifornianos que se encontraban en la ciudad de México para llevar a cabo la conmemoración. Ahí estuvieron los profesores Jesús Castro Agúndez, Armando Trasviña Taylor, Victoria Meza Olmos y el estudiante Rafael López Green, entre otros.

El acto que se desarrolló en el museo de historia fue emotivo. Durante el desarrollo del programa —dice la crónica “los estudiantes sudcalifornianos  hicieron guaridas a la bandera, la Secretaría de la Defensa Nacional envió una numerosa representación encabezada por el Oficial Mayor, General Fernando Pámanes Escobedo, Las ofrendas florales que se depositaron ante la bandera nacional  fueron numerosas y se dio lectura a un documentado trabajo del profesor Pablo L. Martínez”.

En los años siguientes, cada 13 de agosto, los residentes en la ciudad de México recuerdan esa conmemoración en el Castillo de Chapultepec.  A la fecha no estamos enterados si lo siguen haciendo o si los gobiernos de los dos estados bajacalifornianos han tomado parte en este acto de trascendencia histórica.

Lo que sí es verdad fue la inauguración el 30 de septiembre de 1996, del espacio museográfico dedicado a “La defensa de la Soberanía en Baja California Sur” en el Museo Nacional de las Intervenciones de  la ciudad de México. En esa memorable fecha estuvieron presentes el licenciado Guillermo Mercado Romero, gobernador de nuestro estado, varios legisladores del congreso local, el licenciado Andrés Cota Sandoval director del archivo general y yo, en mi carácter de director del Archivo Histórico Pablo L. Martínez.

El  espacio museográfico se formó con una réplica de una de las banderas que perteneció a las tropas californianas en 1847, de documentos facsimilares referentes a la lucha armada contra las fuerzas invasoras, un retrato al óleo del capitán Manuel Pineda, un paisaje de La Paz de esa época y una frase de Mauricio Castro que dice: “Estos pueblos se han propuesto de exterminar a nuestros enemigos, o de sepultarse entre sus ruinas antes que sufrir el yugo extranjero”.

Con motivo del homenaje a nuestras banderas —fueron dos —en 1963— el profesor Armando Trasviña Taylor le dedicó un poema al que tituló “La aldea tricolor” cuyos últimos versos dicen: Por eso Patria Grande/la Baja California no es yacija/es ariete/Por eso, Patria Grande/la Baja California no es península/ ¡es espada!

Mañana se conmemora el día de la Bandera Nacional y el acto oficial será en la ciudad de Iguala con la presencia del presidente Enrique Peña Nieto porque fue ahí donde se originó nuestra enseña tricolor, como un símbolo de la nueva patria que nacía después de tres siglos de dominio español. Aquí en nuestra ciudad y tenemos entendido que en todo nuestro estado, las ceremonias cívicas se llevarán a cabo con la participación de las autoridades del gobierno, de las instituciones educativas y de la sociedad civil.

El acto conmemorativo en nuestra ciudad será en las instalaciones del 49 batallón de infantería, con la presencia del gobernador Carlos Mendoza Arámburo. Por su trascendencia ahí estaremos.


Febrero 23 de 2016.

miércoles, 17 de febrero de 2016

El doctor Miguel León Portilla

Invitado por Alfonso Gavito, director de Comunicación Social del Congreso del Estado, ayer asistí a la sesión de la Comisión de Asuntos Educativos y de la Juventud de la cual la diputada Diana Guadalupe Vonborstel es la presidenta. Ahí saludé a varios amigos entre ellos a Francisco López Gutiérrez, Gilberto Ibarra Rivera, Edith González Cruz y Dante Salgado quienes, al igual que yo, habíamos acudido para escuchar un pronunciamiento importante.

Y fue la diputada Maritza Muñoz Vargas la que presentó un punto de acuerdo tendiente a convertirse en decreto, a fin de que el Congreso del Estado haga un reconocimiento público al doctor en historia Miguel León Portilla. En sus considerandos, la legisladora hizo alusión al gran interés que siempre ha demostrado el doctor por la Baja California y su historia.

Recordó los libros que ha escrito referentes a la península, entre ellos “La California Mexicana, ensayos acerca de su historia”, “Las cartas fundacionales de Juan María de Salvatierra”, “La cartografía de la Baja California” y otros en los que ha sido responsable de la edición como la Historia natural y crónica de la antigua California, de Miguel del Barco, así como los Testimonios sudcalifornianos de la fundación de Nuestra Señora del Pilar de La Paz, por los padres jesuitas Jaime Bravo, Juan de Ugarte y Clemente Guillén, en el año de 1720.

En lo personal he escrito varias crónicas alusivas a este historiador mexicano. De cómo, desde que era niño, se interesó por esta región de nuestro país. Y la anécdota que cuenta da cuenta de su interés: en clase de primaria la maestra les explicó que la California se encontraba en los Estados Unidos y no en México. De regreso a su casa, preguntando a sus familiares y hojeando una geografía de nuestro país, se dio cuenta que existía una California mexicana que se encontraba en la península del mismo nombre.

Al día siguiente con las pruebas en la mano le demostró a su maestra que sí había una entidad en nuestro país llamada Baja California. Congruente con su interés, cuando fue adulto, efectuó un recorrido junto con su esposa por toda la extensión de la península, desde Cabo San Lucas hasta la frontera con los Estados Unidos.

Fue en esos años cuando hizo amistad con incipientes historiadores nativos, como Eligio Moisés Coronado, Ignacio del Río, José Andrés Cota Sandoval, Francisco Javier Carballo y de manera especial con Armando Trasviña Taylor.

Armando en los años sesenta del siglo pasado ocupaba el puesto de director de Acción Social, Cívica y Cultural en el gobierno del licenciado Hugo Cervantes del Río. En ocasión de una visita a la ciudad de La Paz, llevó al doctor al edificio donde se resguardaban, mejor dicho se amontonaban, los miles de documentos generados por las administraciones de gobierno desde el siglo XIX hasta mediados del XX. En ese momento y con la aceptación del gobernador, León Portilla mandó dos archivistas, --mujeres-- que organizaron los expedientes, para tiempo después fundar el Archivo Histórico de Baja California Sur.

Alguien me comentó que la UABCS tiene el propósito de otorgarle el grado de Doctor Honoris Causa en el mes de mayo próximo. Bien lo merece y qué bueno que nuestra máxima casa de estudios lleve a cabo ese homenaje. Así tendremos la oportunidad de saludarlo y expresarle nuestro reconocimiento, porque Miguel León Portilla es investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM y miembro del Colegio Nacional, que no es poca cosa.

Y sería un excelente colofón que con este motivo, tanto el Congreso del Estado o la UABCS, reeditaran varios de sus libros que ya están agotados, entre ellos la Historia de la Baja California 1850-1880, de Adrián Valadez y Los Testimonios Sudcalifornianos que fue editado por el gobierno de nuestro estado en 1989.


Febrero 18 de 2016.

domingo, 14 de febrero de 2016

La Secretaría de Educación Pública

Gracias a una iniciativa promovida por la diputada Guadalupe Rojas Moreno, la recientemente llamada Secretaría de Educación volvió a su nombre original: Secretaría de Educación Pública del Estado de Baja California Sur. Para ello fue preciso reformar de nueva cuenta la Ley Orgánica de la Administración de la entidad a fin de corregir ese error que a nadie tenía contentos.

De seguro, pronto corregirán otro, el que se refiere a la decisión de que el Instituto Sudcaliforniano de Cultura dependa de la SEP, dado que con la creación de la Secretaría de Cultura como una dependencia del gobierno federal, todas las instituciones culturales que estaban adheridas a la SEP pasarán a ser parte de esa secretaría.

Lo anterior me hace recordar el proyecto de ley para la creación de una Secretaría de Educación Pública Federal, presentada por el ejecutivo de la unión a la XXIX Legislatura, en el año de 1920. En ese año el presidente de México era Álvaro Obregón y el proyecto fue presentado por José Vasconcelos quien era el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El proyecto presentaba tres grandes departamentos que eran el Escolar, el de Bibliotecas y Archivo y el de Bellas Artes. Desde luego, centró su atención en el primero, que establecía escuelas especiales para la educación de los indios; la creación de escuelas rurales; de primaria y primaria superior; la creación de escuelas preparatorias anexas a las universidades; el establecimiento de escuelas industriales e institutos técnicos.

El decreto que creó la Secretaría de Educación Pública fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de octubre de 1921 y su primer secretario fue el licenciado Vasconcelos que se convirtió en una de las principales figuras de la educación en nuestro país.

Al frente de la SEP inició una campaña contra el analfabetismo, impulsó la escuela rural, estableció bibliotecas en todo el país, inició la edición de libros gratuitos y se distribuyeron desayunos escolares a los niños más necesitados. Además atendió en lo posible el desarrollo de las bellas artes.

A partir de 1921 hasta la fecha ha llevado ese nombre aunque ha sido sujeta de reformas en sus objetivos y el contenido de sus programas. El más sobresaliente fue durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas cuando el Congreso de la Unión aprobó la reforma socialista de la educación. Y además de la nueva doctrina, por primera vez las escuelas particulares debieron sujetarse a los programas escolares.

En el gobierno del licenciado Adolfo López Mateos (1958-1964) se aplicó el Plan de Once años, con la finalidad de mejorar la educación primaria y crear escuelas de ese tipo en todo el país. Le tocó a Jaime Torres Bodet, como secretario de Educación Pública, llevar adelante esa reforma.

Pero fue en el periodo de gobierno de Luis Echeverría (1970-1976) cuando se efectuó una reforma muy amplia ya que se modificó el marco jurídico, los programas educativos fueron reformados, se dieron a conocer nuevos métodos de enseñanza y se reforzó la formación y actualización del magisterio.

Y en el actual gobierno de la república está en marcha una reforma educativa, que conlleva el propósito de elevar la calidad educativa en la que los educandos adquieran conocimientos, asuman actitudes positivas y desarrollen habilidades y destrezas que les permitan enfrentarse a los desafíos del mundo actual.

Febrero 10 de 2016.

viernes, 12 de febrero de 2016

Una revista del normalismo sudcaliforniano


Con el riesgo de pescar un resfriado cuate, el martes pasado asistí a la presentación de la revista Caudel en el ágora de La Paz. Fue a las seis de la tarde con un vientecillo frío que calaba mi flaca humanidad. Por cierto llegué un poco tarde apenas para escuchar a uno de los presentadores el que, con el entusiasmo a cuestas, no tomó en cuenta la baja temperatura y por eso se excedió en el tiempo de su exposición.

Cuando el estimado amigo Francisco López Gutiérrez me obsequió un ejemplar de la revista, me extrañó el nombre de la publicación ya que ella, como lo dicen los editores, es una revista del normalismo sudcaliforniano. Pero luego lo justifican cuando afirman que como el Caudel su aparición “anuncia la llegada de fértiles lluvias y profetiza frutos.

Y como al gato que lo mató la curiosidad, de inmediato me apresté a releer ese cuento cuyo autor es el profesor Jesús Castro Agúndez, de grata memoria. Se encuentra en un folleto con el título “…Ando en mis meras nadadas” que fue publicado en el año de 1983. Por cierto, no sería mala idea de que el ayuntamiento de Los Cabos lo volviera a imprimir dado que los relatos y cuentos —son catorce— contienen temas regionales. Aunque, como creo que no tiene talleres gráficos, lo mejor sería que el Instituto Sudcaliforniano de Cultura lo reeditara.

Caudel, la revista publicada bajo la dirección de Francisco, contiene, como es natural, artículos relacionados con la educación y el papel que desempeñan las escuelas normales, tanto urbanas como rurales. De la problemática existente en su organización interna, así como en la congruencia de sus funciones con la política educativa de nuestro país.

En un mensaje que envía a los jóvenes normalistas, López Gutiérrez les dice que la revista está dirigida a los jóvenes profesores y candidatos a profesores en especial a las educadoras, profesoras y maestras, De alguna manera —las educadoras— tienen una responsabilidad compartida, dado que una educación preescolar de calidad permite a los estudiantes a superar el nivel básico de conocimientos y capacidades y seguir adelante en su preparación académica.

Me llamó la atención una parte de su Editorial cuando dice que Caudel es una revista independiente que tiene como meta la verdad de toda reflexión docente. Y que la revista pretende ser un foro abierto, plural e incluyente, donde se escuche una rica polifonía: las voces críticas y propositivas de profesionales de la educación…”.

Y tal como lo hicieron los colaboradores del primer número de la revista, tal propósito es una realidad, porque Manuel Salvador Romero Navarro, Francisco Careaga Domínguez, Mirna Guadalupe Verdugo Silva y el propio Francisco López, exponen de manera franca sus reflexiones, sus puntos de vista en torno al papel que desempeñan las escuelas normales en el contexto nacional y de cómo, a causa de la política educativa de nuestro país no participan como debieran en actividades extraescolares.

Además externan una preocupación, de que a como van las cosas en nuestro país como resultado de la reforma educativa, las escuelas normales puedan desaparecer absorbidas por las universidades. A propósito, el secretario de Educación Pública expuso ante el pleno del Senado los cinco ejes de la reforma educativa, entre ellos el referente al servicio profesional docente mediante el fortalecimiento de las escuelas normales y con evaluaciones que apoyen a los maestros en su formación y desarrollo.

Le auguramos larga vida a la revista Caudel. Que reciba el apoyo de las autoridades educativas y de la sociedad en general. Y que, como lo hizo en esta ocasión, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, a través de su Coordinación de Fomento Editorial, le de su respaldo para su publicación. Lo merece.

Febrero 12 de 2016.