Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

sábado, 20 de abril de 2019

Las casas de madera

Siempre causa admiración las casas que fueron construidas de madera en nuestra ciudad de La Paz en el siglo pasado y que todavía existen desafiando el tiempo y la polilla. Lo digo porque en esta región árida del país no existen bosques suficientes para extraer las maderas de construcción, así es que tuvieron que traerlas del interior de la república, incluso de los Estados Unidos.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando La Paz se iba transformando en ciudad, es posible que hubiera construcciones de madera, pero el paso de los años las destruyó y ahora solo quedan unas pocas del siglo XX. Desde luego, un caso especial son las casas construidas en la población de Santa Rosalía a fines del siglo XIX cuando comenzó a funcionar las minas de El Boleo en ese lugar. También en el poblado de Santo Domingo, al extremo norte del Valle del mismo nombre, las primeras casas se construyeron de madera.

Y fue precisamente por la escasez de madera por lo que desde que se comenzó a fundar la ciudad se utilizaron materiales como el adobe y techos de palma. Después fueron los ladrillos y la cal, y posteriormente el cemento. Es por eso que en la actualidad existen muchas casas así construidas, sobre todo en el centro de La Paz. Eran residencias de los principales comerciantes y navieros como Antonio Ruffo, Santiago Viosca, Miguel González, Ignacio Cornejo y Eduardo Labastida. De todas ellas, las casas de Ruffo y de Cornejo son las más antiguas pues fueron construidas en 1850.

Y ya que hablamos de las construcciones de esa época no podemos olvidar los edificios públicos como el antiguo palacio de gobierno que fue edificado en el año de 1881, el palacio municipal en 1910, la logia masónica en 1869, el teatro Juárez en 1910, el hospital Juan María de Salvatierra en 1890 y la catedral de Nuestra Señora de La Paz en el año de 1850.

Como esos años todavía no se conocía la técnica del “colado”, es decir construir el techo con hormigón, se utilizaban vigas de madera traídas de Sinaloa y de Colima y sobre ella se colocaban tablas del mismo material, o bien ladrillos un poco más grandes de los que hoy se conocen. Cuando la casa era de dos pisos, el primero se cubría con madera. Tal fue el caso de la Perla de La Paz, llamada también Casa Ruffo, la Torre Eiffel ya desaparecida, el antiguo palacio municipal y la que se conocía como Casa de Gobierno. Quien visita la segunda planta del edificio del palacio municipal aún puede caminar sobre el piso de madera.

Hoy son raras las casas de madera de la ciudad. Todavía por los años setenta, por la calle 16 de Septiembre, en el centro, se encontraba el hotel Moyrón construido todo de madera. Como era de dos pisos y con una fachada muy original era un atractivo para los residentes y los turistas mexicanos. Y en cuanto a hoteles, a principios de 1900 uno de ellos estaba en el malecón, casi a un lado del muelle y se conocía con el nombre de hotel Palacio el que, por fotografías antiguas, fue construido con madera.

En el cruce de las calles Reforma y Héroes de la Independencia se encuentran dos casas gemelas, ambas en las esquinas contrarias y las dos construidas de madera, con techo de cuatro aguas. En una de ellas vive la familia Miranda desde principios del siglo pasado, aunque ahora las paredes están revestidas de material diferente. La otra también fue de su propiedad pero ahora está rentada y esta si tiene la madera original.

Por la calle 16 de Septiembre, una de las más antiguas de la ciudad de La Paz, todavía se ve la casa de madera de la familia del señor Amadeo Gregorio Verdugo; otra localizada en las esquina de la calle Serdán donde funcionaba hace poco una ferretería. Asimismo, en la esquina de la calle Guillermo Prieto existía otra convertida en tienda de abarrotes que era atendida por un cubano llamado Marcos Prado Uribe. Por la calle Aquiles Serdán, entre las calles Navarro y 5 de Febrero existen dos casas de madera y una de ellas, según el catálogo de monumentos arqueológicos de INAH, su construcción data del siglo XIX. 

Seguramente existen otras más en la ciudad, aunque no tantas que no se puedan mencionar. Pero lo importantes es conservar su recuerdo ya que formaron parte de la imagen arquitectónica de nuestra capital, así como los molinos de viento los cuales, durante muchos años, calmaron la sed de los habitantes de La Paz. 


lunes, 8 de abril de 2019

Félix Ortega y José María Maytorena

Gral. Félix Ortega Aguilar
Los dos generales y los dos revolucionarios. El primero en Baja California Sur y el segundo en el estado de Sonora. Los dos exiliados en los Estados Unidos en el año de 1915. Son historias hermanadas al vaivén de la política de esos años, cuando se rebelaron contra la dictadura de Victoriano Huerta, en 1913. Los dos, en su momento, fueron gobernadores de sus respectivas entidades.

La vida revolucionaria de José María Maytorena es muy interesante dado que se inicia en 1911 cuando se rebela contra la dictadura del general Porfirio Díaz. Con el triunfo del movimiento armado es electo gobernador de Sonora y en esa posición lo encuentra el golpe de estado de Huerta y el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez.

Cuando en el norte del país Venustiano Carranza y Francisco Villa inician la lucha contra el gobierno usurpador, Maytorena encabeza la rebelión en su estado, apoyado en principio por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, quienes años después, cuando triunfó la Revolución, fueron presidentes de nuestro país. Sin embargo, en el transcurso del movimiento esa relación se rompió originando la desconfianza de Carranza y el desprecio al gobierno de Maytorena. Esa división entre los grupos armados tuvo su efecto cuando, en 1914, se llevó a cabo la Convención Revolucionaria de Aguascalientes convocada para tomar acuerdos benéficos para nuestro país.

En Baja California Sur, Félix Ortega Aguilar con un pequeño grupo de simpatizantes se sumó a la causa revolucionaria y a través del Plan de las Playitas de la Concepción, se levantó en armas secundando a Venustiano Carranza. Fue una lucha desigual pero, con todo, defendieron la causa en los pueblos de El Triunfo, San Antonio y Miraflores. Al triunfo de la Revolución estuvo presente en la Convención de Aguascalientes, donde seguramente conoció a los principales caudillos como Carranza, Villa, Zapata, Obregón y, por supuesto a José María Maytorena.

Desgraciadamente, la Convención no logró sus propósitos. La pugna por el poder, la lucha por los mandos militares y las desavenencias entre Villa y Carranza fueron las causas principales del fracaso de esta reunión. Por supuesto esto influyó en los destinos de Maytorena y Ortega quienes, por convicción, se afiliaron al gobierno emanado de la Convención al igual que lo hizo Francisco Villa.

Maytorena continuó como gobernador de Sonora mientras que Ortega se hacía cargo de la Jefatura Política de nuestra entidad. Pero la situación fue de mal en peor. En el centro de la república se enfrentaban dos fuerzas armadas, las llamadas constitucionalistas y las convencionistas. Las primeras con Carranza y Obregón y las segundas con Francisco Villa. Indirectamente esto llevó al fracaso a los gobiernos de Maytorena Y Ortega.

Pero en su exilio hubo una diferencia. Mientras que el primero se dirigió a los Estados Unidos luego de haber terminado su periodo de gobierno en Sonora y también porque se distanció de Villa, Félix Ortega en cambió, fue objeto de una asonada que lo hizo abandonar la entidad, sumarse a las fuerzas villistas en Sonora y a la derrota de éstas refugiarse en el país vecino.

Hubo otra diferencia. Mientras que Maytorena continúo apoyando desde el exilio a los grupos opositores al carrancismo, incluso apoyando económicamente a otros desterrados como Felipe Ángeles y Rafael Buelna; por su parte Ortega Aguilar, radicado en Los Ángeles hizo llevadera su estancia desempeñando trabajos de oficina por medio de sus conocimientos de abogacía. Su familia que también tuvo que salir de la entidad estuvo con él en esa ciudad norteamericana.

En el año de 1938, Maytorena pudo regresar a México y durante años se dedicó a litigar a efecto de que le devolvieran sus propiedades incautadas por el gobierno. Su fallecimiento tuvo lugar en la ciudad de México, el 17 de enero de 1948. Murió con el grado militar de general de división. Una pequeña distinción en su carrera de revolucionario.


Por su parte, el general brigadier Félix Ortega Aguilar regresó a su tierra en 1921 e inició gestiones para la devolución de sus propiedades. Logró algunas, entre ellas el rancho de Las Playitas que le sirvió como estancia hasta su muerte, lugar donde planeó su levantamiento armado. Ahí murió el 10 de diciembre de 1929.