Con el riesgo de pescar un resfriado cuate, el martes pasado
asistí a la presentación de la revista Caudel
en el ágora de La Paz. Fue a las seis de la tarde con un vientecillo frío que
calaba mi flaca humanidad. Por cierto llegué un poco tarde apenas para escuchar
a uno de los presentadores el que, con el entusiasmo a cuestas, no tomó en
cuenta la baja temperatura y por eso se excedió en el tiempo de su exposición.
Cuando el estimado amigo Francisco López Gutiérrez me
obsequió un ejemplar de la revista, me extrañó el nombre de la publicación ya
que ella, como lo dicen los editores, es una revista del normalismo sudcaliforniano.
Pero luego lo justifican cuando afirman que como el Caudel su aparición
“anuncia la llegada de fértiles lluvias y profetiza frutos.
Y como al gato que lo mató la curiosidad, de inmediato me
apresté a releer ese cuento cuyo autor es el profesor Jesús Castro Agúndez, de
grata memoria. Se encuentra en un folleto con el título “…Ando en mis meras
nadadas” que fue publicado en el año de 1983. Por cierto, no sería mala idea de
que el ayuntamiento de Los Cabos lo volviera a imprimir dado que los relatos y
cuentos —son catorce— contienen temas regionales. Aunque, como creo que no
tiene talleres gráficos, lo mejor sería que el Instituto Sudcaliforniano de
Cultura lo reeditara.
Caudel, la revista publicada bajo la
dirección de Francisco, contiene, como es natural, artículos relacionados con
la educación y el papel que desempeñan las escuelas normales, tanto urbanas
como rurales. De la problemática existente en su organización interna, así como
en la congruencia de sus funciones con la política educativa de nuestro país.
En un mensaje que envía a los jóvenes normalistas, López
Gutiérrez les dice que la revista está dirigida a los jóvenes profesores y
candidatos a profesores en especial a las educadoras, profesoras y maestras, De
alguna manera —las educadoras— tienen una responsabilidad compartida, dado que una
educación preescolar de calidad permite a los estudiantes a superar el nivel
básico de conocimientos y capacidades y seguir adelante en su preparación
académica.
Me llamó la atención una parte de su Editorial cuando dice
que Caudel es una revista independiente
que tiene como meta la verdad de toda reflexión docente. Y que la revista
pretende ser un foro abierto, plural e incluyente, donde se escuche una rica
polifonía: las voces críticas y propositivas de profesionales de la educación…”.
Y tal como lo hicieron los colaboradores del primer número
de la revista, tal propósito es una realidad, porque Manuel Salvador Romero
Navarro, Francisco Careaga Domínguez, Mirna Guadalupe Verdugo Silva y el propio
Francisco López, exponen de manera franca sus reflexiones, sus puntos de vista
en torno al papel que desempeñan las escuelas normales en el contexto nacional
y de cómo, a causa de la política educativa de nuestro país no participan como
debieran en actividades extraescolares.
Además externan una preocupación, de que a como van las
cosas en nuestro país como resultado de la reforma educativa, las escuelas
normales puedan desaparecer absorbidas por las universidades. A propósito, el
secretario de Educación Pública expuso ante el pleno del Senado los cinco ejes
de la reforma educativa, entre ellos el referente al servicio profesional
docente mediante el fortalecimiento de las escuelas normales y con evaluaciones
que apoyen a los maestros en su formación y desarrollo.
Le auguramos larga vida a la revista Caudel. Que reciba el apoyo de las autoridades educativas y de la
sociedad en general. Y que, como lo hizo en esta ocasión, el Instituto
Sudcaliforniano de Cultura, a través de su Coordinación de Fomento Editorial,
le de su respaldo para su publicación. Lo merece.
Febrero
12 de 2016.
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