Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

lunes, 26 de noviembre de 2018

Algo para recordar

El viernes pasado, 23 de noviembre, asistí a Ciudad Constitución para presentar el libro “Salvador González Moreno, pionero del Valle de Santo Domingo”, de mi autoría. Como en anteriores ocasiones el evento se efectuó en la Casa Amarilla y fue organizado por uno de sus hijos Rubén y el ayuntamiento de Comondú.

A las cinco de la tarde con un numeroso público, los familiares de don Salvador entre ellos y la presencia del presidente del ayuntamiento de Comondú, el doctor Walter Valenzuela y otros funcionarios, dio principio la presentación a cargo del profesor Leobardo Arce González y del cronista José Soto Molina.

Leobardo expuso parte del contenido del libro y José, por su parte, hizo mención de la importancia de conocer la historia de los hombres que a base de esfuerzos lograron hacer producir la tierra del Valle de Santo Domingo. También hizo mención de mi carrera como escritor y recordó otro libro anterior que escribí sobre esta región del estado de Baja California Sur.

El evento fue cálido y emocionó a los presentes cuando Irazema Arce, una de sus nietas e hija de María del Refugio González, cantó un corrido de su inspiración que fue ovacionado por el público. La composición se llama “A los González” y termina así: “Vuela, vuela, palomita/ por todos los pastizales/ ve y dile a mis abuelos/ que orgullosos estamos/ del apellido González.

Como en toda presentación, como autor autor hice uso de la palabra y en esta ocasión, llevado de la presencia de las hijas e hijos de don Salvador, Juanita, María del Refugio, Evarista, Beatriz y desde luego Rubén, además de nietos y bisnietos, solo tuve palabras de agradecimiento por haberme permitido escribir un poco sobre la vida y la obra de uno de los primeros pioneros que llegaron al Valle de Santo Domingo en el año de 1950.

--“El libro lo escribí con amor —les dije a los presentes— como un reconocimiento al hombre, quien junto con su familia y los demás colonos que fundaron el poblado Sebastián Allende, me aceptaron, me respetaron y me comprendieron como un maestro que por primera vez ejercía mi trabajo docente con los niños de ese poblado.

Y ahí, con la emoción reflejada en mi rostro, hice mención de Rubén, Evarista y Beatriz quienes fueron mis alumnos y hoy estaban presentes en este homenaje a su padre y de su querida madre, doña María. Después, al terminar la presentación, saludé a muchos familiares de don Salvador, entre ellos a Juan José, quien radicado en la ciudad de Guanajuato, viajó especialmente a fin de estar en este acto en honor a su abuelo. Así como también a la esposa e hijos de Adolfo González que viven en Puerto San Carlos.

--Soy María —me dijo al saludarme— la hija de Juana. Y entonces recordé que durante mi estancia en el poblado Sebastián Allende, fue la primera que nació en ese lugar para alegría de todos los colonos. Ella también se convirtió en la primera sudcaliforniana descendiente de padres jalicienses, un hecho de relevante importancia por todo lo que significa la identidad de los habitantes de esa región.

Y de una tierra que los acogió y les abrió sus entrañas para que la hicieran fructificar. Una región generosa que abrió sus brazos para recibir los despojos de muchos colonizadores —y también sus esperanzas de vida— pero que dejaron para la posteridad, además de su ejemplo de tenacidad, hijos y nietos que hoy forman las nuevas generaciones de comundeños.

El libro que se presentó incluye texto de la vida y la obra de don Salvador, fotografías y documentos inéditos, además de la letra del corrido compuesto por Irazema. Al final del texto escribí:

“Salvador González Moreno está sepultado en una tierra ajena a la que nació. Pero tengo la convicción de que eso hubiera preferido ya que fue la tierra donde logró con creces el bienestar de su familia y de otras que lo acompañaron al Valle de Santo Domingo, en 1950. Es la buena tierra que abriga a las mujeres y los hombres en agradecimiento por convertirla en una fuente de vida. Es la buena tierra que cada año florece, para reflejar, en sus frutos, la presencia de hombres valientes como don Salvador González Moreno”.

Noviembre 25 de 2018.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Los talleres gráficos del municipio de La Paz


La noticia me causó sorpresa, aunque era previsible por la situación económica del ayuntamiento de La Paz: los talleres gráficos han sido suspendidos debido a que ocupaban un local rentado y el personal que lo atendía fue reubicado en otras dependencias del ayuntamiento. Y la maquinaria, maquinaria moderna guardada en el área de Comunicación Social.

Los talleres gráficos del ayuntamiento siempre han sido una parte importante de su administración. En ellos se imprime la papelería de diversas dependencias como la dirección de tránsito, la tesorería, oficialía mayor y el cabildo. También elabora folletos de información y en ocasiones, con la autorización del presidente municipal, la impresión de libros de diferente contenido.

A partir del año de 1972 en que se reinició la vida municipal de La Paz, el ayuntamiento contó con una modesta imprenta para sus necesidades más urgentes. Pero, además, atendió aspectos de difusión cultural elaborando folletos relacionados con la historia de nuestro estado y del propio municipio.

En el primer ayuntamiento presidido por el ingeniero Alfonso González Ojeda se editaron 14 cuadernos de divulgación histórico-cultural, entre ellos La Paz de Antaño de Rogelio Olachea, La calle en que vivimos de Eligio Moisés Coronado y Vergel Poético de Baja California Sur.

En el segundo ayuntamiento en la Colección Cabildo apareció el texto Descripción de la Antigua California de Joaquín Velásquez de León y el libro Las Misiones de Baja California de Miguel Mathes, edición en español e inglés. Y así, cada uno de los ayuntamientos hasta el año de 2018, publicaron textos de autores paceños, aunque unos lo hicieron más que otros.

Al respecto es necesario aclarar que algunas obras no fueron impresas en los talleres gráficos del municipio, pero formaron parte de su programa editorial. Tal fue el caso del libro Reglamento para el gobierno de la Provincia de Californias, 1781, de Felipe de Neve, editado en España y patrocinado por el VIII ayuntamiento. O la colección de cuatro libros de la autoría del licenciado Manuel Torre Iglesias, en la administración del III ayuntamiento.

En lo particular estoy agradecido por la oportunidad que me brindaron varios ayuntamientos a fin de publicar algunos de mis libros. En el 2001, a raíz de mi nombramiento como cronista del municipio de La Paz, los talleres gráficos imprimieron Calles y monumentos de la ciudad de La Paz y “Casos y cosas del municipio de La Paz. En el XI ayuntamiento aparecieron los libros La Paz y sus historias y Mitos, leyendas y tradiciones sudcalifornianas. En el XII ayuntamiento se editaron Historia del Municipio de La Paz y Narraciones de ayer y de hoy. Y en el IX ayuntamiento aparecieron El P. Gabriel González y otros ensayos y Relatos de la California Mexicana.

Por cierto este último ayuntamiento adquirió la moderna maquinaria con impresoras computarizadas y durante la administración del licenciado Armando Martínez Vega, se publicó mi libro Aconteceres de Baja California Sur, en el año de 2017.

Ahora, con la suspensión de la imprenta municipal desconozco si se le buscará un local adecuado que no afecte las finanzas del ayuntamiento que preside Rubén Muñoz Álvarez. O sí, como lo proyecta el actual director del Instituto Municipal de Cultura, Rolando Placier, formará parte de esa dependencia como apoyo fundamental de su programa editorial-

Yo he externado la opinión de que el costo de mantenimiento de los talleres puede solucionarse por medio de maquilas, tal como lo hace le imprenta del gobierno del estado el que, apoyado en el reglamento de esa institución, permite la impresión de obras mediante un presupuesto adecuado. El personal capacitado ya lo tienen, por lo que debe considerarse el funcionamiento de los talleres gráficos que han formado parte, desde siempre, de la administración municipal. Habrá que esperar.

Noviembre 19 de 2018.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Una oposición firme

No, no se trata de cuestiones partidarias, la oposición se refiere al establecimiento de industrias mineras a cielo abierto a las que se les ha dado en llamar “minerías tóxicas”. Y es a propósito de lo dicho por el gobernador Carlos Mendoza Davis en su tercer informe de gobierno.

En su comparecencia afirmó “Mi posición es indeclinable: no validaré ningún proyecto que comprometa nuestros recursos naturales. Ninguna inversión lo vale. El patrimonio ambiental de nuestros hijos no tiene precio. No está a la venta” La alusión era clara, refrendó su oposición a la minería tóxica y a la depredación de los mares sudcalifornianos y sus lechos marinos.

Instituciones y grupos de ciudadanos se han identificado con esta enérgica postura del gobernante, entre ellos los senadores por Baja California Sur, miembros del congreso local y, de manera radical las asociaciones civiles como El frente ciudadano en defensa del Agua y de la Vida. Y, de manera particular, el pronunciamiento de los diputados Elizabeth Rocha Torres y José Luis Pérpuli Drew.

En ocasión de la visita al pueblo de Loreto en el pasado mes de octubre, presentaron ante el pleno de la XV Legislatura una iniciativa a fin de modificar los artículos 2 y 148 de la constitución política del estado, con el objeto de que los gobiernos municipales no autoricen el uso del cambio de suelo a proyectos mineros metalúrgicos alguno, y que utilice en su proceso de lixiviación cianuro, mercurio y cualquier otra sustancia que pueda contaminar los suelos y las aguas.

Los habitantes de todo el estado han estado pendientes de este intento de establecer ese tipo de minas en el suelo sudcaliforniano. Y va ya para varios años en que renuevan esos aviesos propósitos llevados de las ganancias que obtendrán a costa de depredar la naturaleza de esta región de nuestro país. Con sus influencias ante las autoridades mineras del gobierno central, están tercos y dispuestos a establecer ese tipo de minas en nuestro suelo. En contubernio con empresas extranjeras han conseguido concesiones mineras a todo lo largo y ancho de nuestra península.

Pero como ha expresado el gobernador Mendoza Davis la explotación de la minería tóxica no se va a poder, porque todos los buenos sudcalifornianos nos opondremos a ella. Así que es mejor que le busquen por otro lado, porque aquí nanay.

Por cierto, la iniciativa con proyecto de decreto de los diputados Rocha Torres y Pérpuly Drew está muy bien fundamentada. En los considerandos llaman la atención sobre la contaminación de los suelos, del agua superficial, del agua subterránea, de la flora y de la fauna, además de los cambios en el microclima y el impacto social y económico en la población.

Ojalá la legislatura local apruebe esta iniciativa y se reformen y adicionen los artículos 2 y 148 de nuestra constitución. Ojala, porque a veces, la codicia origina lamentables decisiones que afectan la conservación de nuestro medio ambiente. La iniciativa convertida en decreto será el sustento legal para que los ayuntamientos nieguen el cambio de uso del suelo, un requisito que invalida todo intento de explotar la minería a cielo abierto en Baja California Sur.

De cualquier forma, se debe permanecer vigilantes ya que los grandes consorcios mineros siempre buscarán los resquicios para lograr sus maquiavélicos fines. Pero ante ello, el pueblo sudcaliforniano a una sola voz exclamará. ¡No pasarán! Y es que sin esperar la consulta ofrecida por el próximo presidente de nuestro país, nosotros,; los habitantes de Sudcalifornia ya decidimos: ¡No a la minería tóxica!

Mi reconocimiento a los diputados Elizabeth Rocha Torres y José Luis Pérpuli Drew por su manifiesta defensa de lo nuestro.

Noviembre 14 de 2018. 

viernes, 2 de noviembre de 2018

El Archivo Histórico Pablo L. Martínez

En nuestra ciudad de La Paz existe una institución cultural que resguarda parte de la memoria del pasado bajacaliforniano. Se trata del Archivo Histórico que lleva el nombre del maestro e historiador Pablo L. Martínez. Lo menciono porque ayer, por la mañana, se presentó la plataforma digital del acervo que resguarda, consistente en fondos documentales, fotografías, mapas y libros.

Con esta innovación tecnológica, además de facilitar la consulta utilizando los recursos electrónicos, esta institución se ha convertido en una de las mejores  de nuestro país, dado que cualquier persona puede acceder a esta información sin necesidad de acudir a ese recinto cultural.

Y esto nos lleva a recordar—ya lo he hecho en otras ocasiones—los orígenes de ese archivo que contiene documentos de los siglos XVIII, XIX y XX. Para ello retomo el recuerdo del historiador Miguel León Portilla quien en los años sesenta recorrió parte de la península de la Baja California. Dice él, que en La Paz preguntó por el archivo histórico y ante la ignorancia, alguien recordó que en la azotea de la cárcel, en un cuarto, había muchos papeles viejos. Al estarlos revisando, encontró  el acta de adhesión de la California a la República Federal, de 1824, México.

Encontró otros valiosos documentos del siglo XIX, algunos con rastro de sangre. Al preguntar sobre ello le explicaron que ahí castigaban a los presos a base de golpes haciéndolos sangrar, y se limpiaban con esos “papeles”. Por la importancia de ese acervo ignorado hasta ese entonces, el doctor León Portilla le ofreció la colaboración del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM al gobernador Hugo Cervantes del Río a fin de organizar ese archivo.

Dos maestras enviadas para el efecto capacitaron al personal que se encargó del rescate y clasificación de los documentos. Así nació el Archivo Histórico de La Paz que funcionó en diversos lugares, entre ellos la Unidad Cultural Profesor Jesús Castro Agúndez, en la planta alta. Y ya a partir del 5 de noviembre del 2013 ocupa un edificio propio en la misma Unidad.

Pero los documentos que encontró el doctor León Portilla tienen una historia vieja por los continuos peligros a que se vieron expuestos en el siglo antepasado. En 1822, cuando Loreto fue invadido por corsarios chilenostripulando el barco El Araucano, muchos documentos de la época de los misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos fueron sustraídos por ellos. Después, durante la guerra con los Estados Unidos en 1847 y 1848, los invasores se apropiaron de importantes documentos que fueron a parar en las bibliotecas de ese país. Posteriormente, en 1853, el aventurero William Walker al apoderarse de La Paz, permitió que sus soldados hicieran cartuchos con ellos. Y el colmo, cuando se retiró de nuestra ciudad con rumbo a Ensenada cargó con todos los documentos, junto con el gobernador Rafael Espinoza.

Afortunadamente, Espinoza logró convencer al capitán del barco para que los regresara a La Paz. Así, entre sobresaltos e indiferencia de los gobiernos en turno, el archivo documental perduró hasta el año de 1928 cuando el general Amado Aguirre, gobernador en funciones, hizo lo posible por organizar los documentos existentes, incluso mandó editar un libro en el que se incluyeron algunos de los más importantes.

Prueba del valioso acervo documental del AHPLM son los libros publicados por investigadores de la UABCS, de la Asociación de Escritores y particulares, como los que publicaron recientemente Rosa María Mendoza, Edith González Cruz, Eligio Moisés Coronado y Gilberto Ibarra Rivera.

Cabe el privilegio de la maestra Elizabeth Acosta Mendía, directora del AHPLM, dirigir una institución que resguarda una parte trascendente del pasado de Baja California y, en especial, de Baja California Sur. Acervo que con la plataforma digital podrá ser consultada en todo el mundo.

Por otro lado, vale la información que el 11 de enero de 1972 se le impuso el nombre del historiador Pablo L. Martínez, como un homenaje permanente a su calidad de ilustre sudcaliforniano y cuyos restos descansan en la Rotonda de esta ciudad de La Paz.

Noviembre 01 de 2018.