El
domingo pasado recibí la visita del estimado amigo, el ingeniero Simón Óscar
Mendoza Salgado, quien me traía a regalar un folleto de su autoría titulado
“Francisco de Ulloa, importante personaje en la historia de California”. Lo leí
con atención, sobre todo porque me recomendó le diera mi opinión sobre su
contenido.
Desde
luego, el texto está apegado a la verdad histórica avalado por la bibliografía
que adjunta al final, lo mismo los mapas
que corroboran un aspecto importante de nuestro pasado que aclaran que esta
tierra descubierta en 1533 no era isla sino península. Y que Ulloa, al recorrer
los litorales del ahora Golfo de California en 1539, comprobó lo anterior.
Pero
hay algo más en el folleto de Mendoza Salgado, cuando afirma que el nombre
California se originó en la punta de la península a la que se comenzó a llamar
Cabo California, lo que hoy se conoce como Cabo San Lucas. Con el paso de los
años, el nombre se generalizó y así fue conocido a nivel mundial.
Al
respecto, dice Carlos Lazcano, el historiador ensenadense, que a lo mejor se lo
comenzó a llamar así, por la semejanza con los riscos de la leyenda de la isla
Califerne poblada solo por mujeres y cuyas armas eran todas de oro. En efecto,
los que llegan por barco a esa región, lo primero que divisan son los altos
promontorios rocosos, entre ellos el famoso Arco de Cabo San Lucas.
Y en
cuanto a su origen, 479 años atrás, el término California está siendo olvidado
y en su lugar se publicita BajaSur. Por eso, Simón Óscar es enfático al decir:
“Resulta inexplicable o más bien poco
entendible, el cómo es que los gobiernos mexicanos no hayan realizado el
rescate del histórico y mítico nombre de California, para la tierra que por más
de cuatro siglos, prácticamente desde su descubrimiento, ostentó dicho nombre…”
A
Mendoza Salgado lo conocí cuando, en compañía de otro estimado amigo, el
ingeniero Genovevo Cota Haro coincidimos en un desayuno que aprovechó el
primero para obsequiarme el libro “El campeador de la California” del cual es
autor y editor. Y de ahí “pal real” como dicen los rancheros, me brindó su
amistad y yo lo he reconocido como un californiano a carta cabal por todo lo
que ha luchado en la conservación de nuestras costumbres y tradiciones.
Pero
no solo son los textos que publica. Desde años atrás mantiene un blog con el
nombre de www.californax.com
en el que están incluidos aspectos de la flora y la fauna regional, de los usos
de los rancheros, paisajes, leyendas, fotos antiguas, personajes, hechos
históricos y mucho más. Es una página que niños, jóvenes y adultos deben
visitar, para ampliar su visión de la riqueza cultural de nuestro pasado y el
tiempo presente.
A lo
mejor con un conocimiento más profundo de nuestra tierra podremos evitar que
culturas ajenas hagan olvidar la nuestra, como es caso de la influencia cada
vez mayor de los extranjeros que visitan o están radicados en diferentes
lugares de nuestra entidad los que, por sus propias formas de ser y de sentir,
las trasladan vía el turismo internacional.
Para
ellos—y desgraciadamente para mexicanos malinchistas—la única California que
existe es la de Estados Unidos y es por eso de que aquí le llamen BajaSur. Y
debemos creer que es una corriente cada vez más generalizada, dado que la
indiferencia de las autoridades al no poner remedio a este desacato, da pie
para que se continúe olvidando el nombre de California.
Hace
unos días al visitar una de las tiendas OXO, en una de las paredes exteriores
apareció un cartel que dice: “Café BajaSur, delicioso”. Y las autoridades
responsables de autorizar los nombres comerciales “Dónde están”.
Californianos
de cepa como Simón Óscar hacen falta ante el avasallamiento de nuestra cultura.
Cierto, la nuestra es centenaria y tiene raíces profundas de identidad, pero
debemos protegerla y difundirla so pena de que pasados los años la añoremos por
no haber sabido conservarla.
Marzo 06 de 2018.