El viernes pasado, 23 de
noviembre, asistí a Ciudad Constitución para presentar el libro “Salvador
González Moreno, pionero del Valle de Santo Domingo”, de mi autoría. Como en
anteriores ocasiones el evento se efectuó en la Casa Amarilla y fue organizado
por uno de sus hijos Rubén y el ayuntamiento de Comondú.
A las cinco de la tarde con un
numeroso público, los familiares de don Salvador entre ellos y la presencia del
presidente del ayuntamiento de Comondú, el doctor Walter Valenzuela y otros
funcionarios, dio principio la presentación a cargo del profesor Leobardo Arce
González y del cronista José Soto Molina.
Leobardo expuso parte del
contenido del libro y José, por su parte, hizo mención de la importancia de
conocer la historia de los hombres que a base de esfuerzos lograron hacer
producir la tierra del Valle de Santo Domingo. También hizo mención de mi
carrera como escritor y recordó otro libro anterior que escribí sobre esta
región del estado de Baja California Sur.
El evento fue cálido y emocionó
a los presentes cuando Irazema Arce, una de sus nietas e hija de María del
Refugio González, cantó un corrido de su inspiración que fue ovacionado por el público.
La composición se llama “A los González” y termina así: “Vuela, vuela,
palomita/ por todos los pastizales/ ve y dile a mis abuelos/ que orgullosos
estamos/ del apellido González.
Como en toda presentación, como
autor autor hice uso de la palabra y en esta ocasión, llevado de la presencia
de las hijas e hijos de don Salvador, Juanita, María del Refugio, Evarista,
Beatriz y desde luego Rubén, además de nietos y bisnietos, solo tuve palabras
de agradecimiento por haberme permitido escribir un poco sobre la vida y la
obra de uno de los primeros pioneros que llegaron al Valle de Santo Domingo en
el año de 1950.
--“El libro lo escribí con amor —les
dije a los presentes— como un reconocimiento al hombre, quien junto con su
familia y los demás colonos que fundaron el poblado Sebastián Allende, me
aceptaron, me respetaron y me comprendieron como un maestro que por primera vez
ejercía mi trabajo docente con los niños de ese poblado.
Y ahí, con la emoción reflejada
en mi rostro, hice mención de Rubén, Evarista y Beatriz quienes fueron mis
alumnos y hoy estaban presentes en este homenaje a su padre y de su querida
madre, doña María. Después, al terminar la presentación, saludé a muchos
familiares de don Salvador, entre ellos a Juan José, quien radicado en la ciudad
de Guanajuato, viajó especialmente a fin de estar en este acto en honor a su
abuelo. Así como también a la esposa e hijos de Adolfo González que viven en
Puerto San Carlos.
--Soy María —me dijo al
saludarme— la hija de Juana. Y entonces recordé que durante mi estancia en el
poblado Sebastián Allende, fue la primera que nació en ese lugar para alegría
de todos los colonos. Ella también se convirtió en la primera sudcaliforniana
descendiente de padres jalicienses, un hecho de relevante importancia por todo
lo que significa la identidad de los habitantes de esa región.
Y de una tierra que los acogió y
les abrió sus entrañas para que la hicieran fructificar. Una región generosa
que abrió sus brazos para recibir los despojos de muchos colonizadores —y también
sus esperanzas de vida— pero que dejaron para la posteridad, además de su
ejemplo de tenacidad, hijos y nietos que hoy forman las nuevas generaciones de
comundeños.
El libro que se presentó incluye
texto de la vida y la obra de don Salvador, fotografías y documentos inéditos,
además de la letra del corrido compuesto por Irazema. Al final del texto
escribí:
“Salvador González Moreno está
sepultado en una tierra ajena a la que nació. Pero tengo la convicción de que
eso hubiera preferido ya que fue la tierra donde logró con creces el bienestar
de su familia y de otras que lo acompañaron al Valle de Santo Domingo, en 1950.
Es la buena tierra que abriga a las mujeres y los hombres en agradecimiento por
convertirla en una fuente de vida. Es la buena tierra que cada año florece,
para reflejar, en sus frutos, la presencia de hombres valientes como don
Salvador González Moreno”.
Noviembre 25 de 2018.