Me llamó la atención la presencia de Rosario Marín, la tesorera de los Estados Unidos durante el mandato de Georges W. Bush, en el mitin convocado por el PAN, con la asistencia de cientos de mujeres, muchas de ellas jóvenes y de ascendencia indígena. La reunión tuvo como finalidad el respaldo a la senadora Xóchitl Gálvez en su camino a la presidencia de la república.
En su intervención, la señora Marín confesó provenir de familia humilde que la obligó a emigrar a los Estados Unidos cuando ella tenía 14 años. Ahí, después de trabajar como recepcionista, estudió por las noches la carrera Administradora de Negocios, para después encontrar empleo en la banca.
Convertida en una activista política, en el 2001 ocupó el cargo de Tesorera del gobierno de los Estados Unidos, convirtiéndose así en la primera mujer latinoamericana y mexicana en lograr ese distinguido nombramiento. Ella es autora del libro “Una líder entre dos mundos” en el que narra gran parte de su vida.
En estos tiempos, con motivo de las campañas encaminadas a las elecciones del próximo año, la pobreza en México ha sido causa de múltiples discusiones en torno a ella. Durante casi cinco años de este gobierno, se ha repetido el estribillo de “primero los pobres” y las diatribas contra los ricos, los empresarios y los que explotan a este numeroso grupo de mexicanos.
Cuando se habla de la pobreza, el gobierno de México estima que el 32.6 de la población es vulnerable (por ingresos y por carencias sociales) y que solamente un 23.5 de los mexicanos no está en situación ni de vulnerabilidad ni de pobreza, lo que lleva a que un 43.9 % de la población total que vive en México sea considerada de pobreza moderada o extrema.
No debemos olvidar que la pobreza está relacionada con la nutrición, agua potable, vivienda, educación, atención a la salud, seguridad social, ingresos, empleos y cohesión social. Esto último porque la pobreza origina distanciamientos entre los miembros de las familias, cuyos hijos abandonan sus hogares a temprana edad en busca de mejores medios de vida, aunque no sean los más aceptados por la sociedad.
La reducción de la pobreza de nuestro país ha sido preocupación de todos los gobiernos. Y el actual no ha sido la excepción. Con una política social equivocada, se han destinado muchos recursos económicos a las personas de la tercera edad, a becas para jóvenes, al programa Sembrando Vida, pero todo ello sin resultados positivos en la disminución de la pobreza.
El actual gobierno ha insistido en haber logrado disminuir la pobreza en nuestro país. Sin embargo, estudios recientes demuestran que la pobreza extrema pasó de 9.2 millones de personas en el 2018 a 11.2 millones en 2022, lo que significa que la indigencia extrema ha crecido 2 millones en el presente sexenio.
Como quiera que sea, hoy el mundo de los pobres está a la vista de todos y muchos que la han superado no sienten vergüenza de ello. Es por eso que mujeres de la talla de Rosario Marín y en especial de Xóchitl Gálvez lo confiesan como un obstáculo que han superado.
“Xóchitl Gálvez no cree “encarnar” al pueblo. Es parte natural de ese pueblo. Ahí reside su carisma. Mujer ante todo y de origen modesto, indígena y mestiza, sojuzgada, liberada por sí misma, estudiante, ingeniera, empresaria, funcionaria pública, su biografía es una metáfora del mexicano que busca una vida mejor. Nada más, pero nada menos. Alegre, valiente, firme, no se doblegará”.
Son palabras de Enrique Krauze que no tienen discusión.
Septiembre 13 de 2023.