No es
la primera vez, en múltiples ocasiones y con cierta intencionalidad, muchos
medios publicitarios utilizan el término “Baja” para referirse al nombre de nuestro
estado que es Baja California Sur. Uno de los últimos es el aparecido en los
periódicos promocionando el festival “Hecho en la Baja” en el que artistas
locales e internacionales participarán en un evento artístico al que llaman
Artes Escénicas de Los Cabos.
Dicho
festival se desarrollará el día 27 de este mes de enero en el Pabellón Cultural
de Cabo San Lucas y el evento es organizado por Lacirco, Cabo Entertainment
Company y WheelsOp. Hasta eso que en el cartel de la propaganda aparece, en
letras mínimas, el nombre de Baja California Sur, pero en la parte central del
mismo, con letras grandes el nombre del festival “Hecho en la Baja”.
Por
supuesto, el pabellón debe estar abierto a todas las manifestaciones
culturales, siempre y cuando no vayan en contra de la cultura propia de nuestra
entidad. Y lo menos que debieron hacer los encargados de ese centro era exigir
que cambiaran el nombre del festival, toda vez que no se identifica con el
pueblo sudcaliforniano. De lo contrario se antojan cómplices de tal desacato.
Y el
rechazo a la palabra Baja no es de ahora. En el año de 1975, cuando nuestra
entidad se convirtió en un estado más de la federación y con ello el nombre con
que se identificaría, Francisco Arámburo Salas escribió un artículo proponiendo
varios nombres, entre ellos el de Sudcalifornia. No estaba a favor del de Baja
California Sur por ser demasiado largo y un tanto despectivo por lo de baja y
sur. Y vaticinó que se corría el peligro de, andando el tiempo, la llamarían
con el término Baja y a nosotros abajeños.
Le
atinó en parte, porque ahora, sobre todo los extranjeros, le llaman así, pero
también como Baja Sur, lo cual es el colmo de la ignorancia. Ya en varios
artículos de mi autoría he criticado la indiferencia de las autoridades ante
este hecho que atenta con la identidad de nuestro pueblo. Pero el tiempo ha
pasado y no se ve que pongan remedio, antes al contrario parece que las propias
dependencias oficiales comulgan con ello.
El año
pasado escribí una crónica titulada “Otra decepción más” donde hacía alusión a
la participación de un alumno del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar
localizado en Cabo San Lucas, en un concurso de declamación a nivel nacional
donde obtuvo el primer lugar. Pero cuando me enteré del nombre de la poesía,
como quien dice “el gozo se fue al pozo” Y es que el poema llevaba el nombre de
“ La juventud y mi Baja Sur”. Lo peor de todo es que el autor fue un maestro de
la propia institución.
Y esto
duele, sobre todo porque los mentores tienen la responsabilidad de proteger los
valores de nuestra tierra a través de su ejemplo. Y de que sus alumnos deben
conocer las raíces de su nacionalidad y de cómo, a través de los siglos, esta
región comenzó a llamarse California.
Por
eso también es loable el interés de los miembros de un asociación civil —CAHEL—
los cuales han solicitado al congreso del estado a través de la diputada Diana
VonBorstel, su intervención, a fin de que se castigue a todas las empresas,
asociaciones artísticas y deportivas, medios de comunicación y otras más cuando
utilicen el término Baja en vez de la correcta que es Baja California Sur. Y
que el secretario general de Gobierno aplique las sanciones que establece el
Decreto correspondiente.
Mientras
tanto, la influencia enajenante de extraños sigue y sigue. Como un correo
electrónico que con el nombre de KSsap mes por mes inserta la guía de eventos
en Baja Sur. Y así, cómo.
Enero 24 de 2018.