Guardo
un lejano recuerdo de los años que fui director de la escuela primaria Benito
Juárez de la colonia Los Olivos de esta ciudad de La Paz. Un recuerdo que de
pronto se hizo presente por causa de un grupo de exalumnos egresados de esa
institución en los años sesenta quienes, con mucho entusiasmo, están
organizando una ceremonia en la que se recordarán los años que estudiaron en
esa institución, conocida como la generación 1962-1968 y a los maestros que les
impartieron clases en los diversos grados de su aprendizaje.
Será
un acto conmemorativo sencillo pero lleno de significación por el solo hecho de
reconocer, después de 50 años, a una escuela y sus mentores que forjaron una
parte esencial de su educación, misma que posteriormente les fue útil para
continuar sus estudios en escuelas superiores donde algunos llegaron a ser
profesionistas.
La
escuela Benito Juárez fue de las que se fundaron en el período de gobierno del
general Agustín Olachea Avilés en los años cincuenta del siglo pasado, con el
fin de atender a la población infantil de esa zona de la ciudad cuya población
iba en aumento. Se cree, la SEP deber tener el dato preciso, que la maestra
fundadora de esa escuela fue la profesora Leticia Peláez Sánchez, quien atendía
a los alumnos de primero, segundo y tercer año.
Con el
paso del tiempo, el plantel aumentó su personal y se construyó el edificio con
seis aulas y la dirección. Cuando me hice cargo de la escuela, en 1965, los
maestros de grupo fueron Rosario Núñez, Rosaura Estrada, Adolfina Olivares, María
Elena Calderón, Humberto Fong y Rodolfo Valle Núñez. Después, con el aumento de
alumnos, se sumaron otros más como Gilberto Ibarra Rivera, Jesús Antonio Cota
Osuna, José Salgado Pedrín, Miguel Murrieta Luna, José Frausto Ávila, Socorro
Savín, Egriselda Higuera y Franco Domínguez Verduzco.
Esos
años de mi estancia en la escuela Benito Juárez fueron de mucha actividad. Con
el respaldo de los padres de familia —Lupita Castillo, Juan Ignacio Martínez y
Ricardo Lieras, entre otros— se logró que el CAPFCE construyera dos aulas más;
que la escuela adquiriera prestigio como una de las mejores de la ciudad por la
calidad de su personal docente; que obtuviera primeros lugares en las tablas
gimnásticas en los desfiles cívicos, que su grupo de poesía coral triunfador en
certámenes, se presentara ante el gobernador Hugo Cervantes del Rio para
declamar la poesía “Calafia” de Fernando Jordán.
Pero
para mí lo más importante: fue en esos años, cuando me inicié como escritor de
temas históricos, con la publicación de tres folletos dedicados a la vida y la
obra de don Benito Juárez, uno de ellos titulado “Benito Juárez, el educador”
que fue prologado por el entonces director federal de educación, Rafael
Hernández García. Dos años antes, en 1970, escribí la “Geografía del Territorio
de la Baja California” un texto para los alumnos de tercer año de primaria.
Traigo
estos recuerdos ahora que ese grupo de exalumnos recrea su estancia en esa
institución educativa. Son un poco más de 15 las que harán acto de presencia en
esa conmemoración, entre ellas —mis disculpas por no mencionarlas a todos— Reyes
Guadalupe y Rafaela Lieras Castro, Consuelo Sepúlveda Quiroz, Carmen Sepúlveda
Arriola y Alfonso Arce Castro.
Cuando
el próximo 21 de marzo, natalicio de Benito Juárez, se lleve a cabo ese emotivo
acto, al presenciar ese grupo de exalumnos, traslaparé la imagen de unos niños
con la luz de la inocencia y la alegría recorriendo los pasillos de esa escuela
a la vez que aprovechaban la enseñanza de sus maestros: un recuerdo
imperecedero.
Febrero 26
de 2018.