Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

jueves, 25 de marzo de 2021

PABLO L. MARTÍNEZ, EL HISTORIADOR

En el año de 1990, con motivo de la muerte de este personaje y el traslado de sus restos a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, escribí unos apuntes alusivos a su vida y su obra. El texto de 25 páginas fue editado por el gobierno del Estado de Baja California Sur a través de la Secretaría de Bienestar Social.

En el año de 2016 el texto se incluyó  en el libro “Los sudcalifornianos ilustres de la rotonda” publicado por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura. En sus páginas aparece el resto de las personas cuyos restos se encuentran también en ese recinto: Gral. Manuel Márquez de León, la maestra Rosaura Zapata Cano, los maestros Domingo Carballo Félix y Jesús Castro Agúndez, el Gral., Agustín Olachea Avilés, así como Ildefonso Green Ceseña y el mismo Pablo L. Martínez.

En los apuntes hago mención de los libros que escribió, en especial la Historia de Baja California (1956) y la Guía Familiar de la Baja California (1965). Además tiene en su haber “El magonismo en Baja California” y “Efemérides californianas”. Sin olvidar su experiencia como maestro, publica dos textos didácticos; el método Comondú para la enseñanza de la gramática y “Las lecciones de historia de Baja California”, dedicadas a la niñez de la península.

El texto de las lecciones fue publicado en 1958 y está dedicado a la autora de sus días. Así lo dice: “MADRE: a ti que desde que recuerdo me hablabas de las epopeyas de la Patria; a ti, que me enseñaste a cultivar la verdad por sobre los peligros y las conveniencias; a ti, que eres testigo de mis sacrificios para dar a la Baja California, nuestra amada tierra, una historia fehaciente y confiable, dedico esta obra, que servirá a los niños para conocer el pasado de la región peninsular en que viven, porque ella es el producto de tus prédicas, de tu pensamiento y de tu inmenso amor a México y a todo lo mexicano”.

Cuando este libro don Pablo lo presentó al gobierno del Estado de Baja California, el entonces Director General de Acción Cívica y Cultural lo recomendó como libro de texto para todas las escuelas de educación primaria de esa entidad. Ignoro las causas por las que aquí no se tomó en cuenta.

Pero ahora, con las críticas en torno al libro de texto de tercer año que trae poca información de nuestro pasado, se antoja que la SEP estatal  pudiera reeditar las lecciones y utilizarse como libro de texto para los alumnos de ese grado. O al menos que la edición fuera suficiente y se distribuyera a los maestros quienes, con esa valiosa información, sean capaces de enseñar a los niños los aspectos más importantes de la historia de Baja California.

Ello sería un homenaje permanente hacia un sudcaliforniano que entregó gran parte de su vida a la investigación, tal como lo hizo Agustín Cué Canovas en el Primer Congreso de Historia Regional realizado en el año de 1956: “Yo estoy grandemente impresionado por el gigantesco y noble esfuerzo de Pablo L. Martínez. Si en boca del licenciado Herrera Carrillo el elogio es difícil, en la mía es casi imposible y lo digo porque temperamento crítico por excelencia, inconforme tenaz, en esta ocasión tengo que arriar bandera, proclamar que si hay alguna persona en esta península que haya estudiado y conozca tan profunda y entusiastamente la historia de Baja California es Pablo L. Martínez, y estoy pidiendo en este momento al Congreso Mexicano de Historia  se le envíe una mención especial y se le dirija una comunicación al señor gobernador, en que se indique que el Congreso felicita al gobierno del Estado por haber acreditado como representante suyo a un maestro normalista humilde y sencillo, pero que ha realizado una de las obras más valiosas para desentrañar el pasado en la península de la Baja California”

En los apuntes que escribí dije en el último párrafo: “Pablo L. Martínez forma parte ya de la historia bajacaliforniana. Su vida y su obra han sido expuestas al juicio de los hombres y las mujeres de esta tierra y ha resultado favorable. Por eso, porque no vivió en vano, sus restos mortales descansarán, a partir del 14 de mayo de 1990, en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres.                

Marzo 25 de 2021.

martes, 9 de marzo de 2021

LÁGRIMAS AMARGAS

 


A través de mi larga vida, nunca he llorado tanto como en los último nueve meses. Cada vez que la recuerdo, mis ojos se llenan de lágrimas amargas y la angustia por haberla perdido golpetea mi viejo corazón. No me causa vergüenza al confesarlo porque sé que otros, en mi caso, también sufren por la ausencia del ser querido que los abandonó para siempre.

Pero cada quien tiene sus sentimientos propios y el mío tiene motivos muy especiales. Se trata del recuerdo de una mujer quien durante 64 años fue mi compañera y la madre de mis seis hijos. Mucho tiempo en los que los avatares de la vida no se olvidan fácilmente. Muchos años de convivencia respaldados por una sensación de bienestar, de seguridad, de amor compartido.

Tuve que perderla para darme cuenta de lo mucho que significó en mi vida. Con los hechos cotidianos lo menos que uno piensa es en las desgracias y solo se vive el presente como si éste durara para siempre. Cuando se es feliz y más aún cuando la vejez no aspira a otra cosa, los días, los meses y los años transcurren sin medir el tiempo, sin pensar que la muerte algún día nos cobrará el precio por vivir.

Cuando pienso en ello, en la pérdida de mi esposa, me revelo contra ese destino inevitable. Y una pregunta marca los límites de m tristeza: ¿Por qué no permaneció a mi lado más tiempo? Se fue cuando menos lo esperaba, cuando compartíamos los pocos años que nos quedaban, con el olvido de los aconteceres pasados.

Nos comprendíamos de tal manera que habíamos agotado las palabras después de tanto tiempo de estar juntos. Bastaba una mirada cómplice, una fugaz caricia o descansar por las tardes saboreando una taza con café que ella preparabas con sus manos incansables, para reencontramos con la felicidad que tanto no costó lograr al lado de nuestros hijos.

Sí, ahora las lágrimas son mis compañeras todos los días y solo acabarán cuando la vida me diga ¡Hasta aquí! Será entonces cuando este dolor que las causa cesarán, porque estaré con ella de nueva cuenta y todo volverá a ser como antes, pero ahora en el más allá. Mientras eso suceda, el llanto será el homenaje a la mujer ausente, esa que me entregó su amor durante tantos años.

Han pasado nueve meses y aún su recuerdo no cede, antes se aviva. Y  más en este día  cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer. Al parejo de sus protestas, de sus derechos por la igualdad y la indiferencia ante sus reclamos, la presencia de la mujer como núcleo de la unión familiar confirma su importancia y la hace acreedora al reconocimiento de todos los que la rodean. Es por eso la imposibilidad de olvidarla.

Cuando leí el libro “La peor parte. Memorias de amor” de Fernando Savater, no creí lo que él declaraba en sus páginas porque decía que después de cinco años de la muerte de su esposa aún derramaba lágrimas al recordarla. Y eso lo llevó a decir que ya no iba a escribir más libros, pero lo hizo, sobre todo recordando las palabras que en una ocasión le dijo su mujer: “Si tú no lo haces nadie podrá recordarme”.

Claro, mi situación es diferente —ellos no tuvieron hijos— el recuerdo permanece en sus descendientes y en el mío. Además, como lo hicimos este día, visitamos su tumba, la adornamos con flores y juntos, hijos, nietos y bisnietos, agradeciendo a la vida el habernos dado la dicha de estar junto a ella, para ofrecerle nuestro amor inextinguible.

En el hogar que fue suyo adornan las paredes de la sala y de las recamaras fotografías de diferentes momentos de su estancia entre nosotros, Cuando cumplimos los 50 años de matrimonio, cuando cumplimos los 60 y esperábamos llegar a los 65, de ella con sus hijos, nietos y bisnietos. La última cuando fuimos a regar las plantas en la finca campestre que hoy lleva su nombre y saboreaba una guayaba, de las primeras que produjo ese árbol.

Dicen los que saben que al escribir hay que hacerlo con la cabeza fría. Me perdonan, pero no es cierto. En el transcurso de este escrito la emoción me gana y con los ojos humedecidos nacen las palabras, como si con ellas volviera a tenerla junto a mí, al lado de un esposo que está lastimado y llora por su ausencia.

Marzo 08 de 2021.

 


sábado, 6 de marzo de 2021

NÉSTOR, UN RECONOCIMIENTO OLVIDADO

Van para 12 años que murió el maestro y poeta Néstor Agúndez Martínez, un 26 de marzo de 2009. Por sus méritos culturales, el H. XVI Ayuntamiento de La Paz, secundado por la Asociación de Escritores Sudcalifornianos de la cual fue miembro distinguido, de diversas instituciones educativas y culturales, como el grupo Reflexión, elevaron una petición a la H. XV Legislatura del Estado, a fin de que los restos de este personaje descansen en el Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, erigida en la ciudad de La Paz.

Fue en el año de 2016 cuando se elevó la solicitud al Congreso del Estado, toda vez que de acuerdo con la expedición de la Ley de Símbolos y Protocolos Oficiales, corresponde a esa Legislatura dictaminar sobre la petición aludida. Sin embargo, después del año de la solicitud, todavía la diputación local no ha emitido el dictamen correspondiente.

Ignoramos las causas de la demora pues no se ha recibido respuesta a esa solicitud. No sabemos si se turnó a la Comisión para el análisis necesario y que conforme al dictamen el Pleno del Congreso someta a votación si es o no procedente la declaración de Sudcaliforniano Ilustre.

No creo que haya impedimentos para aprobarlo. En una crónica que escribí en el mes de marzo de 2018, dije: “No es terquedad que sus restos descansen en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. Lo merece y de ello deben estar conscientes el pueblo y el gobierno de la entidad. Que por alguna razón que ignoramos la indiferencia no ha hecho posible tal anhelo, no es motivo para resignarnos a olvidar al maestro y poeta, antes al contrario, cada año que pasa la figura de Néstor se eterniza y se convierte en ícono para orgullo de las presentes y futuras generaciones”.

Dije algo más en otra crónica. “Néstor Agúndez Martínez es uno de los íconos de la literatura sudcaliforniana. Poeta que hizo del soneto su fuente de inspiración, forma parte de la trilogía de artistas de este solar, junto con Filemón C. Piñeda y José Alberto Peláez Trasviña.

Néstor, todosanteño de cepa, entregó lo mejor de sí mismo a ese pueblo en su triple carácter de maestro, promotor social y defensor de la cultura regional. Fueron más de cuarenta años los que dedicó a forjar la imagen de una comunidad, una de las que guardan mejor las tradiciones de nuestro pueblo.

En su último reducto, la Casa de la Cultura Siglo XXI, mantuvo hasta el límite la defensa de lo nuestro, oponiéndose a intereses ajenos y con una actitud que a veces rayaba en la intolerancia. Pero así eras Néstor y por eso se le admiraba.

Néstor era un hombre orgulloso y tenía por que estarlo. Fue un personaje que no tenía miedo a decir la verdad. Por eso, muchas veces se encontró con la incomprensión y la indiferencia de los que tenían poder para ayudarlo. Pero, a pesar de todo, seguía adelante, porque hizo de la terquedad uno de sus sellos distintivos.

El pesimismo no formó parte de su carácter. Su optimismo se tradujo en cantarle a la vida, a la naturaleza, a la amistad y al amor. Andan por ahí varias publicaciones que hablan de su vida y su obra, con cientos de sonetos que son reflejos de su extraordinaria inspiración.

Néstor hizo de la amistad un puente de luz para darse a conocer, y que los demás supieran de él. Su correspondencia epistolar con muchas personalidades locales, nacionales y extranjeras fue el camino para que conocieran su obra poética, pero también de su calidad humana y de su bonhomía. Fue también un portavoz de las bellezas de su pueblo, de su historia, de sus tradiciones.

Desfacedor de entuertos como el Quijote de la Mancha, hizo gala de su libre albedrío. Su rebeldía ante el dogmatismo oficial lo demostró muchas veces en sus acciones. Como aquella ocasión en que colocó un busto del licenciado Colosio en el patio de la Casa de la Cultura, ante la presencia de los padres de este distinguido político. Eran los tiempos en que un gobierno perredista estaba al frente de nuestra entidad.

Pero así era Néstor y así lo recordamos. Por eso, cuando las flores que el día 26 le llevaremos se mustien, todavía nos quedará su presencia inmanente en los poemas que escribió, esos que nos hablan de un hombre que trascendió más allá de lo cotidiano para dejar su huella en la literatura sudcaliforniana.

Todavía es tiempo de que la actual Legislatura apruebe la inhumación de los restos de Agúndez Martínez en la Rotonda. Gilberto Ibarra Rivera, a nombre de la Asociación de Escritores, reiteró la solicitud el 10 de abril de 2019 ante los diputados Homero González Medrano y Lorenia Lineth Montaño Ruiz. Ellos fueron los depositarios de toda la documentación requerida por la Ley arriba mencionada. ¿Qué más necesitan?

Estamos seguros que el actual gobernador de nuestro Estado, Carlos Mendoza Davis, estará de acuerdo con la aprobación del Congreso, y apoyará sin reservas el homenaje en honor de uno de los personajes más distinguidos de Baja California Sur.

Marzo 05 de 2021

lunes, 1 de marzo de 2021

LA UABC Y EL RECUERDO DE MIGUEL LEÓN PORTILLA

 En el marco del Día Internacional de las Lenguas Maternas, el 24 de febrero pasado, el Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC, organizó una ceremonia a distancia a fin de presentar el libro “Cinco Lienzos para mi maestro Miguel León Portilla” del poeta náhuatl Natalio Hernández.

Participaron entre otros, Diana L. Méndez Medina, directora del Instituto, la Dra. Ascensión Hernández Triviño, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM —esposa de León Portilla—, el maestro Eligio Moisés Coronado, cronista de Baja California Sur y el propio autor del libro, Natalio Hernández.

Por supuesto, la presentación giró en torno a la obra de Miguel León Portilla en la voz de su esposa, quien recordó las visitas que juntos efectuaron a la península de Baja California, su intervención para rescatar los documentos históricos olvidados en una bodega en La Paz y su apoyo que dio por resultado la creación del Archivo Histórico de nuestra entidad. Y también sus visitas a Baja California donde contribuyó a la fundación del Instituto de Investigaciones Históricas, así como la donación de miles de libros y folletos relacionados con la historia de esta región del país.

Por su parte, Moisés Coronado en un video aportó datos interesantes de este infatigable investigador, nombrando sus libros dedicados a divulgar la historia de nuestro pasado, entre ellos La California Mexicana, Cartografía y Crónica de la Baja California, Testimonios Sudcalifornianos y la Historia Natural y Crónica de la Antigua California.

Natalio Hernández en su intervención, habló con emoción de su maestro y en lengua náhuatl le dedicó varios de sus poemas. De él, en ocasión de un homenaje que se le hizo en el Palacio de Bellas Artes, el doctor León Portillo expresó: “Es un hombre necesario para el país por ser un docente comprometido, creador de instituciones y promotor y difusor de las lenguas indígenas, además de escritor y poeta”.

Desde luego, estaremos pendientes para la adquisición de su libro y también esperar la oportunidad de que venga a nuestra ciudad y hablemos de la figura de ese notable mexicano que quiso mucho a Baja California, y que constituye un ejemplo para los presentes y futuros historiadores de nuestro pasado.

Al doctor Miguel León Portilla lo conocimos en 1981 cuando vino a La Paz para intervenir en la Primera Semana de Información Histórica en la que disertó sobre “La Antigua California prehispánica”. Después en los años siguientes hasta 1985, estuvo presente en las sucesivas semanas hablando sobre temas como la Significación de la California Mexicana, Las lenguas indígenas de Baja California, Exploradores jesuitas de la península de la Baja California y Trayectoria cartográfica de Baja California Sur.

En esos años, León Portilla estaba en la cumbre de su poder intelectual, volvió a La Paz en numerosas ocasiones para dictar conferencias, Con motivo de la conmemoración de los 300 años de la fundación de Loreto, en 1997, además de publicar su libro “Loreto, capital de las Californias”, dio una amena plática sobre la importancia de la presencia de los misioneros jesuitas en la península. Por cierto, entre el público asistente se encontraban doña Carmen Boone, historiadora veracruzana y el doctor Miguel Mathes, ambos divulgadores de la historia bajacaliforniana. Y yo, por supuesto.

Ya me referí a Eligio Moisés Coronado. A lo mejor con su intervención se pueda llevar a cabo la presentación del libro de Natalio Hernández en fecha próxima. Servirá para recordar de nueva cuenta a León Portilla, el gran amigo de Baja California y a quien los habitantes de esta entidad le guardamos la estimación y el reconocimiento, por dar conocer a todo el país y el mundo la historia de esta parte de México.

Marzo 1º de 2021