Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

viernes, 25 de noviembre de 2022

LOS VATICINIOS DE UN DICTAODR

    El pasado día 20, como todos los años, se conmemoró el inicio de la Revolución mexicana en todo nuestro país. Se recordó a Francisco I. Madero y a los que con él llevaron adelante la oposición armada contra el general Porfirio Díaz.

    La historia nacional ha recreado los acontecimientos que tuvieron lugar antes y después de la Revolución, con personajes como los hermanos Flores Magón, del Partido Liberal Mexicano y después con la férrea oposición de Francisco Villa y Emiliano Zapata, entre otros.

    Dos años antes, en 1908, el periodista norteamericano J. Creelman fue recibido por el general Díaz. En conversación con el presidente tuvo la oportunidad de comprobar en que forma en que forma se combinaba un autocrático gobierno y las alabanzas a un ideal democrático.

    Ralph Roeder en su libro “Hacia el México moderno: Porfirio Díaz” dice que: “El reportaje se revistió de valor histórico, porque en el curso de la conversación, el general Díaz se dignó defender su dictadura y anticipar al periodista su abdicación a favor de la democracia”.

    Aquí sus palabras: “Hemos conservado la forma republicana y democrática de gobierno. Sin embargo hemos adoptado una política patriarcal en la actual administración de los negocios de la nación, guiando y restringiendo las tendencias populares, con una fe completa en que una paz forzada permitirá a la educación, a la industria y al comercio desarrollar elementos de estabilidad y unidad en un pueblo que es por naturaleza inteligente y sensible”.

    Y remató: “He esperado pacientemente el día en que el pueblo de la República Mexicana estuviera preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas y sin daño para el crédito y el progreso nacionales. ¡Creo que ese día ha llegado ya!

    Las opiniones del general Díaz causaron expectación en todo el país y los grupos opositores se organizaron en partidos políticos, uno de ellos bajo el lema de Sufragio Efectivo No Reelección. Los resultados fueron los previstos porque se obligó al dictador a renunciar y la aceptación de Francisco I. Madero como presidente de la república.

    Y aunque el cambio se vio frustrado por la traición de Victoriano Huerta originando un nuevo movimiento armado, lo cierto es que a partir de 1917, el respeto a la Constitución y la No Reelección fueron los garantes de un país en constante progreso hasta la fecha.

    Hubo intentos de permanencia en el poder por algunos mandatarios —Obregón, Alemán, Salinas de Gortari— pero los antecedentes dejados por los que lucharon en el pasado, lo impidieron.

    En el México de hoy, muchos comentaristas políticos creen que el presidente López Obrador pretende perpetuarse en el poder. Lo justifican por el sometimiento del Congreso de la Unión y de la Suprema Corte de Justicia. Lo vaticinan cuando quiere desaparecer al INE y buscar el apoyo incondicional de las fuerzas armadas.

    Y lo peor, en sus afanes de dominio ha polarizado a los mexicanos dividiéndolos entres buenos y malos, entre conservadores y adictos a la cuarta transformación. Para él los opositores son hipócritas, cretinos, oligarcas, racistas, clasistas y además fifís. Ofensas que solo llevan el intento de desprestigiar a los contrarios los que, por cierto, algunos son intelectuales y políticos de prestigio, y no digamos de periodistas canalizadores de la verdad.

    Así las cosas, cuando López Obrador afirma que las dictaduras no garantizan la paz y que su gobierno cuenta con el respaldo de la mayoría de los mexicanos. ¿Porque entonces no gobierna para todos y solo por los treinta millones que votaron a su favor en el 2018?

    Los mexicanos buscamos reencontrar el camino que nos lleve de nueva cuenta por los caminos de la democracia y la unidad de propósitos, en un ambiente de concordia y paz, alejados de autoritarismos y ansias de poder generadores de autocracias y dictaduras. 

Noviembre 23 de 2022.

martes, 22 de noviembre de 2022

EL DÍA DE LA CALIFORNIDAD

    Para mí el lunes pasado no fue un día cualquiera. Invitado por el presidente municipal de Los Cabos acudí a Cabo San Lucas a fin de estar presente en el acto conmemorativo del Día de la Californidad, evento realizado en el Sector Naval de esa población. Pero, además, porque me fue entregado un Reconocimiento por el “Estudio, difusión y fortalecimiento de la cultura originaria de la California Mexicana”.

    Pero no fui el único en recibir esta distinción. También se hicieron merecedores Rosa María Mendoza Salgado, Armando Trasviña Taylor, Gilberto Ibarra Rivera, Hugo Francisco Payén Izabal y en ausencia al distinguido historiador doctor Miguel León Portilla. La presencia de su esposa, la doctora Ascensión Hernández Triviño dio realce a este Día de la Californidad.

    Gracias a la buena disposición del H. Ayuntamiento de Los Cabo que aprobó esta conmemoración y de las asociaciones Raíces Cabeñas y Yenecamú fue posible que a partir del año de 2021 se iniciara el reconocimiento, cada 14 de noviembre, como el Día de la Californidad. Igual mérito de ello corresponde al cronista de Los Cabos, Gabriel Fonseca Verdugo, quien no ha escatimado esfuerzos para el mejor éxito de este evento.

    Los que tomaron la palabra, entre ellos el presidente municipal profesor Oscar Leggs Castro, hicieron énfasis en la necesidad de salvaguardar la identidad que nos heredaron nuestros antepasados y reafirmar los lazos de hermandad que nos une en un solo propósito: defender nuestra tierra de las acechanzas del exterior y coadyuvar al progreso de nuestra entidad.

    El concepto de californidad se define como la pertenencia a un lugar y la identificación con su historia, tradiciones, costumbres y defensa de las virtudes que les son propias como el respeto a los demás, la convivencia pacífica, la honestidad en las acciones y una similitud en las formas de pensar y de sentir.

    La californidad tiene sus raíces en el pasado pero deviene en el presente. A través de los siglos este vocablo tiene su origen a partir del descubrimiento de la península en 1534 y la defensa de los grupos indígenas —pericués, guaycuras y cochimies— a invasiones extrañas. Durante la estancia de los misioneros jesuitas, quienes fundaron misiones convertidas después en pueblos, la californidad comenzó a emerger entre los habitantes de esos lugares como señales de pertenencia.
    
    Pasados los años, en el periodo independiente, los californianos defendieron esta tierra de las invasiones extranjeras y de aventureros. Y fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando la identidad se acentuó con la publicación de los primeros periódicos, cuyo contenido reflejaba los intereses sociales y culturales de los habitantes de la península.

    En el transcurso del siglo XX, además de la difusión de la cultura y las artes regionales, la población sudpeninsular pugnó para lograr sus derechos políticos, defendiendo el derecho de gobernarse por sí mismos. La presencia del Frente de Unificación Sudcaliforniana y periódicos como El Eco de California defendiendo el arraigo y el nativismo, fueron muestras identitarias de los bajacalifornianos.

    Y de nueva cuenta se renovó la californidad al convertirse nuestra entidad en estado libre y soberano a partir del año de 1974. Se afirmaron las raíces y se dio la apertura para que otros mexicanos llegaran a esta tierra y se identificaran con nosotros. Fueron los casos de los colonizadores de los valles de Santo Domingo y Vizcaíno, cuyos descendientes son ahora californianos por nacimiento y ponen sus esfuerzos al progreso de nuestro estado.

    Hoy, la californidad es un concepto hecho realidad que nos une y defiende contra los intentos de socavar lo que por tanto tiempo ha sido nuestro. Ante las ofensas de llamar Baja a nuestra península y Baja Sur a nuestra entidad, la californidad se hace presente para defender el nombre que por derecho histórico nos correponde: CALIFORNIA.

    En la conmemoración del “Día de la Californidad” se escucharon dos propuestas: Qué al archivo histórico del municipio de Los Cabos, se le imponga el nombre del doctor Miguel León Portilla. Y la otra, solicitar la intervención del gobierno del estado, para que se incluyan en los programas de estudio de la educación básica los conocimientos relacionados con la historia de la Baja California.

    Y la invitación para que los otros municipios de la entidad decreten el “Día de la Californidad” al igual que lo ha hecho el municipio de Los Cabos. 

Noviembre 16 de 2022.

martes, 15 de noviembre de 2022

NO NOS PONEMOS DE ACUERDO

    Mi estimado amigo Eligio Moisés Coronado ha estado divulgando hace meses la palabra California que aparece en comercios, empresas, instituciones privadas, como constancia de su identificación de nuestro estado. Lo hace en un intento de convencer a los habitantes de esta región de que es su nombre original avalado por la historia y motivo de identidad como californianos.

    La intención no es menor. Se trata de oponerse a que nuestro estado se llame Baja Sur, tal como se va siendo costumbre entre una parte considerable de la población, además de aparecer en diversos medios publicitarios y empresas públicas. Tal como lo dijo en una ocasión un periodista, llegará el momento que seamos “bajeños” en vez de californianos.

    El año pasado, varias asociaciones civiles del municipio de Los Cabos instituyeron el “Día de la Californidad” fijando como fecha de la conmemoración el 14 de noviembre de cada año. Ante la presencia de autoridades civiles y militares se reiteró el compromiso de defender nuestra identidad contra todo intento de socavarla insistiendo en que nosotros somos californianos de origen.

    Un grupo de escritores, periodistas, historiadores se han sumado a esta propuesta y están divulgado por los medios a su alcance el rechazo a que se utilicen otros vocablos denigrantes en vez del término California. Además, como un homenaje a los antiguos habitantes de la península, el grupo cultural del poblado El Triunfo, a través de diversas actividades —conferencias, exposiciones, artesanías— están reafirmando el sentido de pertenencia de todo lo que atañe a nuestras formas de ser y de pensar.

    Apenas hace unos días, gracias a su iniciativa, se inauguró el Museo del Vaquero de las Californias, como una muestra más de la importancia de salvaguardar las costumbres y tradiciones de esos rancheros los que, a base de tenacidad, han logrado ser parte del desarrollo económico de esta región de nuestro país.

    Por otro lado, existen publicaciones —libros, revistas, folletos— donde se explica la necesidad de evitar los síntomas de la transculturización como es el caso de la insistencia de utilizar el vocablo Bajasur en vez de Baja California Sur como es el nombre oficial de nuestro estado. Utilizando los medios electrónicos —Facebook, Twitter, Whats App, Messenger y otros— diversos cibernautas están insistiendo en utilizar el nombre de California para identificarnos.

    En lo particular, en mis libros Aconteceres de Baja California Sur, Pasado y Presente de la Antigua California y Visión de Sudcalifornia, han aparecido crónicas referentes a este problema de la pérdida de identidad y de cómo, las autoridades hacen caso omiso y no ponen remedio. En el primero de ellos, escribí:

    “Un gringo, con el aval del Fideicomiso de Turismo de La Paz, es el autor de la serie televisiva “Destination Baja Sur”, y hace días llegó a San José del Cabo para vanagloriarse del gran éxito que ha tenido ese programa a nivel mundial. Ante la presencia de funcionarios —nos gustaría saber quiénes estuvieron presentes— Bill Boyce, de la cadena televisiva NBC Sport se mostró eufórico por el éxito de este documental ya que ha sido visto por más de seis millones de espectadores”.

    En el año de 2016, el Archivo Histórico Pablo L. Martínez me publicó el libro “Pasado y presente de la Antigua California”. Entre las diversas crónicas apareció una con el título de “Estado de California, México”. En él dije de la conveniencia de cambiarle el nombre a nuestro Estado para llamarle California o bien Antigua California. Así no habría posibilidad de modificarlo o agregarle vocablos que no tienen razón de ser.

    Por supuesto, fue una opinión personal basada en los antecedentes históricos de esta región de México. Los agregados de Baja y Sur se dieron después de 218 años (1804-2022) y 48 años (1975-2022) con el agregado Sur a raíz de la conversión de Territorio a Estado. En cambio, el término California data de 1535 y a la fecha son nada menos que 487 años.

    Así es que por antigüedad somos californianos, habitantes de la California Mexicana. 

Noviembre 09 de 2022.