“Cualquier toque que se pretenda al artículo 3º debe ser el fruto de una profunda y honrada deliberación nacional. No una estocada que el poderoso en turno pretenda dar a quienes serán los ciudadanos del porvenir”.
Duras palabras del doctor en ciencias políticas Sergio García Ramírez al referirse al tema de los libros de texto gratuitos que supuestamente usarán los alumnos y maestros de la educación básica en el próximo periodo lectivo de 2023-2024.
Como García Ramírez otros intelectuales han criticado la edición de los libros de texto llamándolos basura ideológica y por su contenido socialismo matraquero y panfletos ideologizados, y todo porque Carlos Marx y Engels, los padres filosóficos del comunismo, pensaban que el proletariado debía librarse del yugo de la burguesía capitalista transformando la educación.
Aunque no con la misma intención, el gobierno de México en el año de 1934 reformó el contenido del artículo 3º el que desde 1917 estaba vigente. En ese año de 1934, bajo la presidencia del general Lázaro Cárdenas, el PRI presentó una iniciativa que entre otras cosas decía:
“La educación deberá basarse en las orientaciones y postulados de la doctrina socialista” y que “la educación socialista lejos de romper los vínculos de la institución familia encontrará en el hogar y especialmente en las madres mexicanas, la más fuerte base para su desarrollo”.
La iniciativa fue más allá cuando sentenció que “el socialismo enseñará al educando a posiciones de lucha caracterizadas por una intervención cada día más acentuada del Estado, por una dirección estatal de nuestra economía que tienda a la socialización de los medios de producción”.
Después de intensos debates en el Congreso de la Unión, la reforma del artículo 3º fue aprobada en los siguientes términos: “La educación que imparta el Estado será socialista y además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios… que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social”.
Independientemente de la educación socialista, con el tiempo y en lo político se fundaron partidos con esa ideología, aunque desde 1919 existía ya el Partido Comunista. Así aparecieron El Partido del Pueblo Mexicano, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Popular Socialista, el Partido Mexicano de los Trabajadores. En 1981, con la fusión de varios partidos nació el Partido Socialista Unificado de México (PSUM). Todavía en 1985 nueve partidos participaron en campaña, entre ellos el PSUM, el PPS, el PMT y por supuesto los partidos mayoritarios PRI Y PAN.
La influencia de la ideología socialista muchos años después permaneció en instituciones escolares. Fue el caso de la Escuela Normal Superior de Tepic, Nayarit, cuando en los años cincuenta los catedráticos recomendaban libros editados en Rusia. Fue así como adquirí varios de ellos como El materialismo histórico, La economía política, El Capital y los Cursos de Filosofía de George Politzer dirigido a la clase trabajadora.
Nuestra Constitución ha tenido varias reformas al artículo 3º. Sobresale desde luego la de 1934, la de 1946 en tiempos del general Manuel Ávila Camacho, la de 1993 en el periodo de gobierno de Salinas de Gortari. La última reforma fue en el 2019 promovida por el presidente López Obrador.
En uno de sus párrafos dice: “Los planes y programas de estudios tendrán perspectivas de género y una orientación integral, por lo que se incluirá el conocimiento de las ciencias y humanidades, la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación… entre otras”.
Ahora, con la publicación de los LTG parece que ese apartado constitucional le pasó de noche a Marx, el pigmeo ideólogo de la SEP. O bien lo hizo con toda intención a fin de continuar con la polarización de la sociedad. De ser así, bien merece ser considerado como traidor a la Patria y ser quemado en la conciencia del pueblo mexicano.
Agosto 16 de 2023.
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