Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

domingo, 28 de agosto de 2016

El Pabellón y el X Encuentro de Escritores

Rafaela Vizcaíno, escritora.
En varias ocasiones había transitado por el bulevar Paseo de la Marina de Cabo San Lucas y contemplado el majestuoso edificio del Pabellón Cultural de la República, pero no había tenido la oportunidad de conocer su interior. Fue con motivo de la realización del X Encuentro de Escritores Sudcalifornianos que tuve la oportunidad de visitarlo dado que ahí se llevó a cabo la primera reunión de esa asociación.

Fue el día 25 del presente mes de agosto, cuando un numeroso grupo de escritores llegaron a ese recinto, para intercambiar experiencias sobre una de las artes que más contribuye a la cultura  de esta región del país. En el programa participaron escritores de prestigio como Gilberto Ibarra Rivera, Raúl Antonio Cota, Leticia Garriga. Víctor Ramos Pocoroba y Francisco López Gutiérrez. 

Y también jóvenes escritores que se van abriendo camino en el arte de la creación literaria como Gustavo de la Peña Avilés, Marcos de Jesús Roldán, Karla Karina Sotelo, Alba Monroy y otros más. Se contó además con la presencia de dos escritores invitados de estados vecinos, Juan Manz y Julio Gutiérrez Galaviz.

El X Encuentro estuvo dedicado a Rafaela Vizcaíno Soto, escritora radicada en Ciudad Constitución, del Valle de Santo Domingo. Es autora de un hermoso libro al que tituló “Con fragilidad de cacto” en el que incluye datos autobiográficos, relatos de su estancia en el valle y poemas a los que llama Cantos de Rebeldía.

Escritora un tanto ignorada tal vez por su modestia o la indiferencia de los encargados de la difusión de la cultura en ese municipio, lo cierto es que la asociación de escritores tomó el acuerdo hace dos años de que Rafaela merecía un homenaje por su entrega y pasión por la literatura. Y el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, a través de la Coordinación de Fomento Editorial le publicó su libro en el año de 2014. 

Y hoy, durante los días 25 y 26 de agosto, ante su presencia —es una mujer de 85 años— recibió el homenaje de los más de cuarenta escritores reunidos en ese importante evento cultural Y claro, con el reconocimiento de las autoridades culturales del estado y de los municipios de Comondú y Los Cabos.

Edith Villavicencio Garaizar, la editora y biógrafa de Rafaela, por cierto en un estilo ameno y atrayente, dice que ella y su esposo Guillermo Orendáin llegaron al valle de Santo Domingo en los primeros años de la década de los cincuenta del siglo pasado —1952— y por tanto la considera como fundadora de esa región. Pero al igual que ella y tres años anteriores, llegaron otras mujeres acompañadas de sus familias y se asentaron en diversas colonia agrícolas que la historia conoce como Nueva California, Jalisco Álvarez, Las Delicias, Teotlán y otras más.

Recordar a esas pioneras a estas alturas es difícil. Pero mencionamos las que llegaron en 1949, doña María, esposa de Felipe Carrillo y Luisa Bravo “la abuelita”, de la Nueva California. De doña María González, esposa de don Salvador González, del poblado Sebastián Allende; y también de las señoras Damiana y Antonia, esposas de colonos del mismo lugar, familias que llegaron en 1950. Y mencionar también a doña Dolores Rico, de la colonia Álvarez, esposa de don Félix Álvarez quienes arribaron en 1951. 

Todas, al igual que los hombres, merecen un reconocimiento por su valor ante  la adversidad y lograr un mejor medio de vida. Ellas no se olvidan, como la homenajeada Rafaela Vizcaíno, la cantora del Valle de Santo Domingo.

Agosto 27 de 2016. 

viernes, 26 de agosto de 2016

Un policía mordelón

Abogado Bernabé Jurado
El lunes pasado, en la sección de Los Cabos, apareció en el periódico “El Sudcaliforniano” una gacetilla dando noticia de un agente de policía de la Piura, Perú, que al ser sorprendido recibiendo un soborno, se llevó el billete de 100 soles a la boca, lo mordió, lo masticó y se lo tragó con el fin de borrar las evidencias.

Los testigos y el fiscal le pidieron que escupiera el billete pero sabiendo las consecuencia se negó a hacerlo. De todas maneras fue puesto a disposición de la justicia para la investigación correspondiente. Pero a falta de la prueba principal lo más seguro es que la pena fue breve, aunque a lo mejor causó baja del departamento policíaco. 

El caso, por inédito, motivó que el gobierno emitiera leyes más severas para acabar con la corrupción, no solamente en la policía sino en todas las dependencias públicas. Este caso es semejante a otro que ocurrió hace muchos años en la ciudad de México.

Allá por los años cincuenta del siglo pasado existió un abogado litigante llamado Bernabé Jurado. Los que lo conocieron dieron fe de su forma elegante de vestir, de sus muchas conquistas femeninas, de los saraos que organizaba en su departamento a los que asistían políticos, abogados, artistas y, a veces, a personajes que tenían cuentas pendientes con la justicia.

Y es que Bernabé fue un abogado que se sabía de todas, todas. Actuó como de muchos acusados y logró su liberación. Lo señalaron muchas veces de defender a delincuentes, pero se justificaba diciendo que no importaba quien fuera siempre y cuando le pagaran sus honorarios que no eran pocos.

No era muy escrupuloso cuando se trataba de ganar veredictos a favor de sus defendidos. En una ocasión uno de sus clientes fue acusado de haber girado un cheque sin fondos por la cantidad de cien mil pesos. Durante el proceso, el juez sugirió que para exonerarlo del delito debería entregar el monto del documento expedido.

El llamado abogado del diablo, al escuchar el veredicto del juez, solicitó examinar el cheque pues según él la firma no era la de su cliente. Al tenerlo en sus manos, lo estrujó hasta hacerlo una bolita y se lo tragó. Entonces inició un alegado diciendo que como no existía la prueba del delito, el proceso debía suspenderse y declarar la absoluta libertad del acusado. Total, al fin de cuentas solamente se autorizaron cinco mil pesos como indemnización. Así se las gastaba Bernabé Jurado.

Quiero creer que el policía piureño se enteró de alguna manera de la acción ilegal del abogado mexicano y de cómo, a falta de pruebas, es difícil emitir una sentencia condenatoria. Lo malo es que fue en otros tiempos, si no Bernabé lo hubiera dejado libre.

José Ramón Garmabella, autor del libro “El güero Téllez, reportero de policía”, Incluye una semblanza completa de este personaje. Los últimos años de Bernabé fueron una tragedia. Acusado del robo de unas joyas tuvo que huir al extranjero, pero al regresar al cabo de varios años su prestigio se había acabado. Alejado de los tribunales se dio a la bebida y en un día aciago, después de una terrible discusión con su esposa, la asesinó y después se pegó un tiro en la sien. 

Agosto 23 de 2016.

lunes, 22 de agosto de 2016

La perrita Tula y la peste amarilla

La historia de Baja California registra que en el año de 1804 una epidemia de viruela hizo estragos entre la escasa población de ese entonces. Ante tal contingencia, el gobierno central envió a don José Francisco Araujo, licenciado, médico cirujano y botánico, para que se combatiera la enfermedad.

Por principios de cuentas mandó pedir una cantidad suficiente de pus vacuno mediante el cual, inyectado a los que sufrían ese mal, daría fin a la epidemia. Ya en otra crónica hice referencia de cómo se aplicaba la vacuna: --“En una aguja gruesa se ensartaba una mecha de algodón que humedecían en el pus. Y luego, como quien cose un lienzo, pasaban esta aguja entre cuero y carne, cortaban el pabilo dejando la mecha adentro y a los pocos días alma a la eternidad…”.

Cuarenta años después, en 1844, la misma enfermedad se sintió en La Paz y el jefe político coronel Maldonado, imitando el tratamiento médico anterior, mandó muchos enfermos a la tumba. Para salvarse, muchas familias se internaron en el monte para evitar ser vacunados.
(http://relatosdelahistoriasudcaliforniana.blogspot.mx/2011/11/la-vacuna-milagrosa.html)

En 1886 —años más años menos— una nueva epidemia pero ahora de fiebre amarilla cobró la vida de muchísimas personas, sobre todo en la ciudad de La Paz. Las personas fallecidas fueron sepultadas en los antiguos panteones, uno de ellos donde están actualmente los estadios Arturo C, Nhal y el Guaycura. Cuentan que cuando desaparecieron esos panteones llevaron los restos al nuevo panteón de Los San Juanes, menos los que habían muerto de ese mal.

Los anteriores antecedentes dan pie para narrar un extraordinario caso que sucedió en la ciudad Murcia, España. Fue durante la epidemia de fiebre amarilla en el año de 1811.- “Los primeros indicios de que una enfermedad rondaba en la ciudad —dice el cronista Antonio Botías— fue cuando en el otoño de ese año muchos murcianos cayeron enfermos sin causa aparente. Pronto se dieron cuenta que la peste había llegado a esa región. Y desde luego sus efectos fueron catastróficos…”.

Las autoridades cerraron calles enteras en las que la epidemia había hecho mayores estragos. Cuando tapiaron una de ellas, los trabajadores sacaron a la última víctima, una joven señora, pero no se dieron cuenta de que tenía una bebé de escasas semanas de nacida la cual quedó abandonada. Por suerte, una perrita que se encontraba en la calle se acercó a la niña y sin más la comenzó a amamantar para salvarle la vida. Lo siguió haciendo hasta que pasó el peligro de la peste y fue entonces cuando los habitantes de Murcia se enteraron de la fantástica historia de la niña y la perrita a la que bautizaron con el nombre de Tula.

Desde luego, el noble animal adquirió una popularidad inusitada. Y lo mejor, en todas las casas le daban comida y la mimaban. No era para menos, ya que muchos pensaron que su acción ayudó para que terminara la peste. 
Como toda historia convertida en leyenda, nos sorprende y alegra por increíble que parezca. Recordemos otras, como la de Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad de Roma, que fueron amamantados por una loba. Ellos fueron hijos de Marte, el dios de la guerra y de Rea Silvia, pero amenazados de muerte con tal de salvarlos los arrojaron en una canasta al río Tiber. Al encallar la loba los encontró. 

Agosto 21 de 2016.

viernes, 19 de agosto de 2016

Los cambios en la Dirección de Tránsito

Los cambios, dijo alguien, son para mejorar, aunque otros más pesimistas dicen que son para empeorar. Al menos en lo que respecta a la Dirección de Tránsito las cosas van mejor de lo que se creía, sobre todo por lo que toca a las personas de la tercera edad. Y mire usted porqué.

La semana pasada acudí a las oficinas de esa dependencia del gobierno del estado —antes pertenecía al ayuntamiento— a fin de dar de baja un vehículo que acababa de comprar y, desde luego, a darlo de alta a mi nombre. Los trámites duraron menos de lo que esperaba gracias a la ayuda de una dama que atiende los asuntos de las personas jubiladas y pensionadas. 

De principio a fin ella se encargó de todo. Ordenando los documentos necesarios, gestionando las autorizaciones en la ventanilla de pagos y, por último, entregar los recibos en la oficina de placas y revisiones mecánicas. Al cabo de más o menos media hora ya tenía en mi poder la tarjeta de circulación y el engomado del año 2016.

Bueno, pero aparte de la agilización de los trámites —antes se perdían dos o tres días— me sorprendieron los cambios de esa dependencia hechos con el fin de prestarle un mejor servicio a los dueños de los vehículos. Por ejemplo, frente a las ventanillas de cobro colocaron filas de butacas para comodidad de los que van a hacer los pagos. En un extremo de las ventanillas una empleada expide por medio de una computadora el talón con el número que corresponde a la persona que está en la lista de espera. Y a su tiempo, un magnavoz electrónico avisa la ventanilla adonde debe acudir la persona.

Pero eso no es todo. Cuando se llega al lugar donde se expiden las tarjetas de circulación la tardanza no importa, pues también han colocado sillas y, además, por medio de un tablero electrónico avisan cuando le toca el turno de presentarse en la ventanilla correspondiente.-“Como ya lo hacen —le comenté a un señor sentado a un lado— en Hacienda y en otras dependencias públicas y privadas.”

Pero como expresa el dicho ranchero de que no todo es miel sobre pepitas de ciruela del monte, todas esas comodidades no son suficientes, ya que las tarifas por la baja de placas, el alta del nuevo propietario y las revisiones mecánicas son prohibitivas para muchos dueños de automóviles. Y no se diga de las multas por infracciones que llegan, en algunos casos, hasta los miles de pesos. Y si le sumamos el costo de la gasolina y las reparaciones necesarias en todo vehículo, pues es un desembolso que desequilibra el mejor presupuesto. Alguien, angustiado por estos gastos, comentó que mantener un carro cuesta más que mantener una mujer. Por algo lo dirá.

Ahora que el uso del automóvil se ha convertido en un símbolo de distinción en nuestra entidad, todo joven que comienza a trabajar lo primero que hace es adquirir un vehículo, pero no una bicicleta ni una moto, sino una de cuatro ruedas y si es picap de doble tracción, mejor. Y ahí va por el malecón luciendo orgulloso su adquisición aunque no tengan un centavo en sus bolsillos y con una deuda a plazos que tendrá que pagar, con mengua de su raquítico sueldo. 

Paro así es la satisfacción de cada quien. Como la mía que adquirí un carro y ahora, junto con mi esposa—mis hijos ya tienen sus propios medios de vida—comparto los ingresos de mi jubilación. Se me olvidaba, la amable señora que me atendió en los trámites ante la dirección de seguridad y tránsito se llama Anita Crespo Arballo.

Agosto 19 de 2016. 

miércoles, 17 de agosto de 2016

Los ladrones de Pichilingue

Playa de Pichilingue en la bahía de La Paz
No, no es una leyenda, es un hecho real. El domingo, hace quince días, mi nieto Marcel, acompañado de dos parientes, salió a pescar y disfrutar de un día soleado en la bahía de La Paz. En el desembarcadero de la playa de Pichilingue bajaron su lancha y estacionaron su vehículo en un lugar apropiado. Como de costumbre, mi nieto lo dejó cerrado pues llevaba varias cosas de valor.

Cuando regresaron, después de siete horas en el mar y con dos piezas   menores, se encontraron con la sorpresa de que un ladrón o varios de ellos habían roto una aletilla de una de las puertas y saqueado el vehículo. Se llevaron tres cañas de pescar, herramientas, enseres de pesca y la billetera personal con las tarjetas de crédito y dinero en efectivo.

Pero no solo fue el carro de mi nieto. También hicieron lo mismo con otros tres vehículos estacionados después de echar sus embarcaciones al mar. Fue un robo en forma sin que nadie se diera cuenta de lo que estaban haciendo. Bueno, al menos las familias que iban llegando a ese sitio de recreo no se enteraron de lo que pasaba.

Cuando le pregunté a mi nieto si habían avisado a la policía del robo, me dijo que uno de los afectados lo había hecho, pero que a esa hora ninguna patrulla había llegado.—Tú debiste haber llamado—le dije—para que exista el antecedente en la oficina del ministerio. Y también—le sugerí- acudiera ante las autoridades para denunciar el robo. No hizo ninguna de las dos cosas.

Y es que existe la creencia de que a pesar de las denuncias es poco lo que hace la policía para investigar los casos de robo. Sin embargo, las declaraciones de lo sucedido son el punto de partida para el inicio de las investigaciones y dar con los ladrones. En muchos casos, el modus operandi de ellos los puede delatar, o bien seguir el rastro de los artículos robados. 

En una película norteamericana, un agente del FBI acusado de fraguar un complot en contra del presidente de los Estados Unidos, presenta como prueba de su inocencia un vaso de vidrio con las huellas dactilares del hombre que llevaría a cabo el atentado. Esa agencia lo identificó plenamente y procedió a su detención. Tengo entendido que aquí la procuraduría cuenta con un laboratorio especializado en huellas dactiloscópicas de muchos de los delincuentes de esta ciudad de La Paz. A lo mejor, si hubieran podido revisar los vehículos dañados encontrarían las huellas de los autores de los robos.

Por otro lado, no debe descartarse la posibilidad de que los ladrones vuelvan a hacer lo mismo en fechas posteriores, habida cuenta de que no fueron denunciados. Pero los dueños de los vehículos deberán ser más cuidadosos en no dejar cosas de valor en su interior, además de que deben estacionarlos en lugares más seguros.

Por lo pronto, mi nieto sufrió una pérdida de más de diez mil pesos, entre objetos diversos y dinero en efectivo. Para la próxima vez que vaya de pesca, seguramente escogerá otro lugar de desembarco que no sea la playa de Pichilingue. Y su justificación la dará diciendo:--“en esa playa no, porque hay rateros”

Es preocupante su opinión, pues Pichilingue es una playa adonde asisten cientos de personas los fines de semana. Está considerada como un sitio de interés y recreo turístico, y no es justo que por personas adictas a los bienes ajenos ese lugar adquiera mala fama. Algo tendrán que hacer las autoridades para evitar los robos a las personas y los vehículos. La seguridad de los visitantes bien lo merece.

Agosto 17 de 2016.

lunes, 8 de agosto de 2016

Llanto por el que se fue

De pronto una llamada telefónica y la voz angustiada de mi estimada amiga Estela Davis: “¿Es verdad que murió Mario Santiago?”. Y al contestarle afirmativamente se escucharon sollozos de la que mantuvo una gran amistad con el periodista desaparecido. 

--No lo sabía —me dijo— hasta que ayer un conocido me dio la noticia, pero hacía tres días que lo habían sepultado. Sabía que estaba enfermo más no en tal grado que sucediera lo inevitable. Cómo lo siento —repitió con voz quebrada— no lo podía creer.

Estela al igual que otros escritores —Armando Trasviña, Manuelita Lizárraga, Carlos Castro Beltrán— fue una colaboradora permanente en la revista Compás que Mario fundó y dirigió durante más de veinte años. Ahí leímos varios de los cuentos y relatos de Estela, siempre llenos de interés.

Yo también escribí para la revista, pero no en forma asidua, debido a mis ocupaciones. Pero aún así, cuando estaba preparando una edición me llamaba por teléfono para recordarme mi colaboración. En cierta forma me sentía comprometido ya que además de tener su amistad , existía un antecedente personal que gracias a él cambió el curso de mi vida profesional.

En 1981, recién jubilado de mi carrera de profesor, con treinta años de servicios y coincidiendo con el ascenso a la gubernatura de Alberto Alvarado Arámburo, a una invitación de Mario quien había sido nombrado jefe del departamento de Acción Cultural, acepté el puesto de subjefe de esa dependencia. A su lado estuve trabajando un poco más de un año, ya que posteriormente me comisionaron en la recién creada Unidad Coordinadora del Sector Educativo.

Durante 18 años estuve laborando para el gobierno del estado. Y fue Mario Santiago el culpable o el bienhechor de tal determinación. Desde luego siempre le dispensé un especial afecto y mantuve una relación de amistad que sólo la muerte la dio por terminada. 

Cuando lo visitaba en su oficina, después de los saludos de rigor, me preguntaba: --¿Oye Leo, cuando vamos por unas langostas? Y es que en una ocasión compramos un six de cervezas tecate y cuando un preguntón quiso indagar que estábamos haciendo, Mario le contestó: --Pues aquí comprando langostas…

En los últimos meses, imposibilitado ya para reiniciar la publicación de la revista Compás, comenzó a colaborar en la revista California Gráfica que edita Armida Torres de Caloca. En el mes de junio apareció su última colaboración redactada a semejanza de cómo lo hacía en su desaparecido medio de comunicación. Incisivo, claridoso, sin tapujos y con acertada crítica, Mario sigue las huellas del PRI en su falta de liderazgo y en su prolongado fracaso. 

Un líder, dice, que cometa errores, que los acepte y los corrija. Que sea receptivo de ideas y sugerencias. Que tenga la mente abierta a todas las corrientes internas. Que tenga sentido del humor, que sea firme en sus decisiones, que esté en contacto con seccionales y distritales…

Son pocos los periodistas en la actualidad que tengan la calidad de Mario Santiago. Sin apego a las fanfarrias y los oropeles —en el caso de los premios oficiales— se dedicó por completo a una de las profesiones más nobles, habida cuenta que es la voz de la verdad.

Bien por el amigo entrañable. Las lágrimas son el genuino reflejo del paso por esta vida de un genuino sudcaliforniano. ¿O no lo crees así, Estela Davis? 

Agosto 8 de 2016.