Siempre es agradable visitar el
pueblo de Todos Santos, localizado a menos de una hora de la ciudad de La Paz.
Además de sus atractivos naturales —es uno de los oasis de la península— tiene
el mérito de que su fundación se haya debido al interés religioso de los
jesuitas que ahí establecieron la misión Santa Rosa de las Palmas, en el año de
1733.
La carretera transpeninsular al
sur pasa por ese lugar, por lo que muchos viajeros en tránsito para el
municipio de Los Cabos tienen la oportunidad de visitar la iglesia, el teatro
Manuel Márquez de León y el centro cultural Siglo XXI que lleva el nombre del
profesor Néstor Agúndez Martínez, maestro y poeta, el que por varias décadas
atendió esa importante institución cultural.
Néstor murió el 26 de marzo del
2009 y a partir de ese año, todos los días 26 de ese mes, se lleva a cabo una
ceremonia de reconocimiento a su extraordinario desempeño como maestro,
literato y promotor social. Él fue un reconocido poeta
autor de más de 300 sonetos dedicados a la vida, a la naturaleza, a la vida
religiosa, a la amistad y… al amor.
Por eso, el 27 del mes pasado,
asistimos al acto conmemorativo a su memoria, preparado por las autoridades
civiles y culturales de ese pueblo, que tuvo lugar en el patio de la que se
conoce como Casa de la Cultura. Ante la presencia de numeroso público y
representantes del gobierno y de la sociedad civil, entre estos la Asociación
de Escritores Sudcalifornianos, se desarrolló un programa alusivo con la
participación del ballet folclórico de esa institución y otro del Cecyt 02 que
atiende a los alumnos de preparatoria de esa población.
Fue un programa variado.
Interpretación de canciones que eran del agrado de Néstor; declamaciones,
discursos y la reseña de la vida y la obra del homenajeado por parte de la
conductora del evento. Por cierto, el cronista del municipio de La Paz, Luis
Bareño Domínguez, al tomar la palabra, hizo una amplia y original tesis de como
la poesía de Néstor Agúndez tiene una íntima relación con la filosofía, de las
dudas del ser humano ante la vida y el mundo.
Como todos los años desde que
murió Néstor, la Asociación de Escritores se ha hecho presente en el
aniversario de su muerte y visita su tumba para dejarle un ramo de flores, en
reconocimiento al escritor quien en vida fue un distinguido socio honorario de
esa agrupación civil. Pero, además, en el propio centro cultural en un
encuentro de escritores, se valoran los méritos y se analiza la producción
literaria de este personaje todosanteño.
En esta ocasión, en
representación de los escritores sudcalifornianos, la compañera Nora Soto, con
la emoción que le es característica, declamó tres sonetos de la inspiración de
Agúndez Martínez que aplaudieron a los ahí presentes.
Casi al final de la ceremonia,
el encargado de la Casa de la Cultura hizo un recuento de la vida y la obra de
Néstor y de cómo, resguardando su memoria, se continúan con las actividades
artísticas y culturales para beneficio de los niños y jóvenes de esa comunidad.
Recordando a sus mejores mujeres
y sus hombres es como un pueblo defiende y acrecienta su identidad. En la
medida en que se conocen y divulgan los hechos y acciones de ellos, así se
forman barreras que impiden la llegada de la transculturación. Como también,
con el conocimiento de su historia, sus costumbres y sus tradiciones, se forja
el orgullo de vivir en una tierra, en un pueblo, región o país, que como México
y Baja California Sur, tienen un pasado glorioso que se debe conservar.
Marzo
28 de 2017.
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