Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

miércoles, 11 de abril de 2018

La montaña sagrada de los Pai Pai

En un libro que escribí en1992 incluí la leyenda “La Piedra Larga”, un centro ceremonial de los guaycuras, una de las tribus que poblaron esta región del valle de La Paz antes del descubrimiento de la península en 1533, por Fortún Jiménez de Bertandoña.

El lugar se localiza en la sierra de Las Cacachilas más arriba de los ranchos de Los Divisaderos y Agua de los López, cerca de una cañada cubierta con arbustos y cactus que hacen difícil la ruta hacia esa estructura rocosa. En realidad la Piedra Larga son dos grandes piedras, una encima de la otra, pero que a la distancia semejan una sola y que, por estar situada en lo alto de un promontorio, se puede observar desde lejos.

La leyenda cuenta que cuando los primeros expedicionarios españoles llegaron a la península, llevando consigo la religión católica y sus imágenes sagradas, los indígenas sintieron el rechazo a sus creencias representadas por su dios Guamongo y obligados en cierto modo a aceptar la de los recién llegados.

Fue por eso que buscaron un lugar donde practicar sus ritos ancestrales fuera de la mirada de los conquistadores. Allí, en ese sitio el Guama o hechicero invocaba a su dios tutelar para que los defendiera de esa gente extraña que había invadido sus dominios y pretendían acabar con sus costumbres y creencias.

La referencia viene al caso porque en la región norte de la península, casi en la frontera con los Estados Unidos, existe una sierra conocida como Cuchumá que es parte de la montaña de la Rumorosa, al este de la ciudad de Tecate. Esa sierra como toda la Rumorosa eran lugares sagrados para los antiguos habitantes de esa región, los K´miai, los Pai Pai, los Yumanos y los Cochimíes; era la región donde veneraban a las deidades que regían sus vidas invocadas por los chamanes.

Pero fue Cuchumá el centro ceremonial más importante al que acudían los miembros de las diversas tribus en busca de protección, a la vez que afirmaban su veneración a sus dioses tutelares. En ese lugar se encontraron utensilios y pinturas que confirman la existencia de estos indígenas antes de la colonización española. Ellos, evitando las intromisiones de los hombres blancos seguían conservando sus tradiciones milenarias.

Unas tradiciones que tenían que ver con la mitología de esos grupos aborígenes, razón de ser de sus actitudes ante la vida y el universo. Así, los Pai Pai conservaban sus leyendas como “Las hijas del tecolote” y “La muerte del padre de Miabkiak y los animales”. O las que sustentaban las creencias de los K´miai conocidas como Maija Awi Dios serpiente de agua y La creación.

De esas ceremonias en el cerro de Cuchumá solo queda el recuerdo y de los Pai Pai y los Kumai también. A principios de este siglo solamente quedaban 300 indígenas de la segunda tribu diseminados en las comunidades de San José de la Zorra, San José de Tecate, Juntas de Nejí, La Huerta y San Antonio Necua.

Por cierto, Carlos Lazcano Sahagún en su libro “Pa-Tai, la historia olvidada de Ensenada” describe las formas de vida de los Kumiai incluyendo su vestimenta, su alimentación, su aspecto físico, creencias y ritos y costumbres funerarias. Habla también del ocaso de ese grupo debido a la colonización y al despojo de sus tierras.

Cosas parecidas las de los Pai Pai. Ellos fueron dueños milenarios de la zona montañosa del norte de Baja California. Ahora, con cerca de 400 habitantes, radican en Santa Catarina y otras rancherías aledañas, pero es una etnia que está en peligro de extinción.

Este grupo tenía o tiene dentro de sus tradiciones un mito que se conocía como la Piedra Larga. Según su creencia esa piedra no era como las demás, le tenemos que tener miedo porque es muy peligrosa. ¿Quieres ser bueno para robar? Ve a la piedra larga. ¿Quieres ser un mentiroso? Ve a la piedra larga. ¿Quieres tener mucho dinero? Ve a la piedra larga.

Como se verá, todos los indígenas que poblaban la península bajacaliforniana creían en un universo mágico dador de bienes y maleficios, Y fueron los guamas, los hechiceros y los curanderos los guías espirituales, tal como se hace en las religiones del mundo.

Abril 11 de 2018

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