Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

jueves, 25 de junio de 2015

La mala espina

El martes pasado asistí a la presentación de un libro editado por el Archivo Histórico Pablo L. Martínez. Se trata del libro “A toque de campana” cuyo autor es el estimado amigo Raúl Antonio Cota. Ante un público numeroso se refirieron a él los escritores Eligio Moisés Coronado, Sandino Gámez y Juan Pablo Rochín.

La novela de Raúl —fue publicada por primera vez en el año 2000— recrea la presencia de un sacerdote jesuita alemán que permaneció 17 años atendiendo la misión de San Luis Gonzaga y las experiencias vividas con sus feligreses que formaban parte de la tribu de los indígenas guaycuras.

Juan Jacobo Baegert fue uno de los padres que llegó a California con la misión de llevar el evangelio a los pobladores de esa desértica región de la península. Cuando regresó a su país natal en 1768, escribió un libro al que tituló “Noticias de la península americana de California”, mismo que apareció publicado en 1772. Muchos años después, en 1942, la antigua Librería Robredo de la ciudad de México la editó en español, con un prólogo del antropólogo Paul Kirchhoff.

La presentación del libro de Raúl Antonio reviste especial importancia porque da a conocer gran parte de la vida y la obra de este misionero. Y también porque hace especial énfasis en el nombre de la península: California. Un nombre histórico que tal parece muchos quieren olvidar, como si no fuera la raíz primigenia de sus pobladores de antes y de ahora.

En efecto, unos años después de que Hernán Cortés llegara a la península en 1535, a esta región se le comenzó a llamar California y así fue conocida por navegantes, exploradores, colonizadores y posteriormente, gracias a los mapas, su nombre fue la carta de presentación en todo el mundo.

Cuando los misioneros franciscanos se establecieron al norte de la península y fundaron varias misiones, entre ellas la de San Diego, Monterrey y San Francisco, las autoridades virreinales oficializaron los nombres de Baja o Antigua California y la Alta o Nueva California. Y fue así, como resultado de la guerra con los Estados Unidos en 1846 a 1848, este país se quedó con más de la mitad de nuestro territorio nacional, incluyendo la Alta California a la que le llamó simplemente California, mientras que nosotros nos quedamos con la Baja California.

Y ese es el nombre que nos pertenece, aunque en mala hora cuando nos convertimos en un nuevo estado de la federación en 1974, determinaron que se llamara Baja California Sur. Quedamos entre dos vocablos, baja y sur y ahora, por intereses inconfesables, tratan de llamar a nuestra entidad BajaSur.

Y no son cualquier cosa los que pretenden hacerlo. Son grupos de poder y dinero, publicistas del boato turístico, inversionistas que por medio de la adquisición ilegal de tierras buscan a mediano o largo plazo apoderase de lo que por muchos años ha sido patrimonio de los bajacalifornianos. Su territorio.

Y no vamos muy lejos. En comentario anterior aparecido en “El Sudcaliforniano”, señalé la pretensión de un conductor de la NBC, con el apoyo del Fideicomiso de Turismo de La Paz, de grabar un programa de pesca deportiva al que llamará “Destination, Baja Sur”. Y ahí dije que era una aberración dado que el nombre correcto es Baja California Sur o Sudcalifornia.

Pero, como siempre nadie hace caso a nuestras protestas. Ni las autoridades de gobierno, ni las instituciones de cultura, ni alguna ONG se han sumado para defender lo que legítimamente nos pertenece. Tal parece que se ha perdido el orgullo de ser bajacaliforniano. Definitivamente es una mala espina clavada en el corazón de los que amamos esta tierra.

Junio 24 de 2015.

domingo, 21 de junio de 2015

Un nuevo mito: Baja Sur

El sábado pasado, por la noche, asistí a un espectáculo multicultural que llevó el nombre de “Calafia: el mito, una celebración”, que se llevó a cabo en el centro cultural —antiguo palacio municipal— de esta ciudad. La invitación por teléfono me la hizo la señora Green, quien se disculpó por no entregarme la invitación personalmente por falta del tiempo.

No me arrepiento de haber asistido. Fue un evento muy bien preparado, con una escenografía adecuada y con la participación de grupos de danza y modelaje. La representación de la reina Calafia fue excelente, con su vestuario y ornamentos de gran lujo. Y a un lado, sobre una manta que pendía del techo, una contorsionista nos maravilló con su destreza y actos sorprendentes.

Como parte del espectáculo se hizo un reconocimiento a la señora Lupita Cosío, quien durante muchos años ha sido la diseñadora de la vestimenta de la reina Calafia.  Se le hizo entrega de un diploma por parte del Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

Uno de los conductores del programa narró de manera general como se generó el mito de la reina Calafia que ha venido a formar parte de los festejos de fundación de La Paz. Hizo alusión al libro de caballería Las sergas de Esplandian escrito en el siglo XVI que habla sobre una isla California, sus tesoros y su hermosa reina.

Me pareció correcto que explicara que el nombre de Calafia es un mito, porque en realidad solamente existió en la imaginación del autor del libro.  Porque mito es eso, una narración fabulosa e imaginaria fuera de la realidad. Como, por ejemplo, el nuevo mito del término Baja Sur.

El sábado anterior, en una nota en El Sudcaliforniano, Sandra Félix directora del fideicomiso de turismo de La Paz, anunció que la cadena NBC Sport está grabando un programa que llevará por nombre “Destination Baja Sur”, el cual será trasmitido en Canadá, el Caribe, algunos países de América Latina y los Estados Unidos.

Mal estará en hacerlo, porque en primer lugar no existe un lugar que se llame Baja Sur y en segundo porque se demuestra una total ignorancia de la verdadera identidad de esta región de nuestro país. Ya lo hemos dicho en varias ocasiones: al frente de las dependencias relacionadas con el turismo deben poner a personas con preparación académica, evitando así metidas de pata de esta naturaleza.

De cierto, la publicidad y el conocimiento de nuestro estado siempre da buenos dividendos para la industria sin chimeneas que es el turismo. Pero que para ello se dé falsa información en vez de beneficiar perjudica porque, ¿dónde van a encontrar un lugar que se llame Baja Sur? Lo correcto sería “Destination Baja California Sur”

Pero las más de las veces nuestras llamadas de atención no son escuchadas, a pesar de que existe un decreto emitido por el gobierno del estado prohibiendo el término Baja Sur. En contadas ocasiones el error se ha rectificado, pero con los afanes turísticos cada día son más los eventos deportivos  y comerciales que omiten el verdadero nombre de nuestra entidad.

Por lo pronto es conveniente que al conductor del programa, Bill Boyce, se le exija que cambie el nombre del mismo, no le hace que con ello afecte los intereses económicos de sus patrocinadores. Debe hacerlo si no quiere recibir el rechazo de todos los que respetamos esta tierra porque, repito, la que pretende incluir en su programa es una verdadera utopía, como lo son la reina Calafia y la isla California.

Junio 16 de 2015

miércoles, 17 de junio de 2015

Haikus

La sensibilidad poética del profesor Leonardo Reyes Silva se manifiesta en este libro de haikus, un género que maneja con maestría.
Puede descargarlo a través del siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/0BxYWdR7T4Rp0MXpaM1FjY2t4U2s/view?usp=sharing 

También puede descargar y compartir otros títulos disponibles en este blog tocando el enlace de la columna derecha.

¡Que los disfrute!

Gerardo Ceja García
Coordinador del blog

domingo, 14 de junio de 2015

El alumbrado de La Paz

Ahora que el H. Ayuntamiento de La Paz  ha contemplado la reposición de todo el alumbrado público de la ciudad concediendo su cuidado y rehabilitación a una empresa privada,  concesión que por cierto ha sido censurada por la organización Observatorio Ciudadano, y creo que también por muchos paceños por aquello de hipotecar las finanzas del municipio durante quince años, me parece adecuado recordar los tiempos en que La Paz no contaba con ese servicio.

El periodista Rogelio Olachea en su libro La Paz de Antaño narra que allá por los años  veinte todas las casas se alumbraban con quinqués y que en los sitios públicos como el Jardín Velasco estaban instalados mecheros colgados en las ramas de los árboles los que, por causa del hollín ya no eran verdes sino negros. También dice que en las esquinas de las manzanas había farolas y un sereno limpiaba todos los días los cristales ahumados y reponía el combustible.

Por su lado, el buen amigo Jesús Cota me platicaba que en 1918 el entonces gobernador del Territorio, general Manuel Mezta, inauguró una pequeña planta eléctrica que funcionaba en el interior del palacio de gobierno y daba servicio a sus dependencias y a varias casas cercanas al edificio. En ello coincidió con Rogelio ya que este hace mención de ese hecho.

Jesús, quien trabajó toda su vida en la Comisión Federal de Electricidad, agregó que años después la planta eléctrica se instaló a un lado del malecón, sobre la calle Melchor Ocampo. Y allá por lo ochenta se cambió al lugar donde actualmente se encuentra. Cota era un buen conversador y por él supe que junto con  otros dos amigos se habían tomado el café más caro del mundo.

Fue en 1959 cuando un ciclón hizo destrozos en la ciudad, entre ellos el derrumbe de varios postes del sistema eléctrico lo que motivó la suspensión del servicio. Al día siguiente, cuando se presentaron a trabajar, se les antojó un trago de café, por lo que buscaron una parrilla eléctrica, prepararon la cafetera, y para generar energía echaron a funcionar la planta el tiempo necesario. Cumplido su antojo la pararon.

Pero volviendo al tema del alumbrado público y de la empresa que se encargará de él, existe una mala interpretación al respecto. En su edición de ayer, (junio 13) El Sudcaliforniano incluye la información de Observatorio Ciudadano y de las aclaraciones del licenciado Rodrigo Serrano Castro, subsecretario de la Consejería Jurídica del gobierno del estado, donde éste último declara que no se autorizará ese contrato en tanto no lo apruebe el Congreso del Estado.

Sin embargo, en el propio El Sudcaliforniano del día 10, se insertó una nota del ayuntamiento informando que la concesión ya había sido aprobada y publicada para su ejecución en el Boletín Oficial del Gobierno del Estado. Incluso da el nombre de la empresa, Grupo Integral de Recolección y Reciclados de Occidente, S. A. de C. V.

Para los habitantes de nuestra ciudad esta concesión tiene muchos inconvenientes, tal como lo ha hecho saber Observatorio Ciudadano en una carta dirigida al presidente municipal de La Paz, sobre todo porque es necesaria la participación de verdaderos expertos, además de la opinión ciudadana.  Como sea, lo prudente será que el ayuntamiento de marcha atrás y evitar así que los próximos ayuntamientos sobrelleven una carga  más allá de sus posibilidades financieras.


Junio  14 de 2015.

lunes, 1 de junio de 2015

De un hoyo a otro

De plano a los sudcalifornianos nos va como en feria. Aparte de los hechos sangrientos y de la revolufia de las elecciones, que no son poca cosa, tenemos la amenaza de una iniciativa de ley que fue aprobada por la Cámara de Diputados en menos que canta un gallo.

Me refiero a la propuesta de dos diputados del PRI para que los extranjeros puedan adquirir en propiedad terrenos de playa para uso habitacional. Esta iniciativa la presentaron en el mes de abril de 2013 y quince días después la Cámara de Diputados la aprobó, faltando solamente ser votada en la de senadores y en la mayoría de los congresos de los estados.

No hemos salido del problema en que estamos por culpa de los inversionistas extranjeros y mexicanos que quieren la minería a cielo abierto y de la amenaza de otros pretendiendo la construcción de grandes megaproyectos turísticos en zonas protegidas de nuestra entidad. Y si a lo anterior le agregamos la pérdida de nuestras playas —las que nos quedan—, bien podemos exclamar: ¡nos está llevando la fregada!

Y no es poca la tajada que se pretende con esta iniciativa que en mala hora presentó el diputado Beltrones. Son once mil kilómetros de litoral que serán afectados de los estados de Sonora, Sinaloa, Colima, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y otros más. Desde luego dos de los más afectados son Baja California Sur y Baja California.

Dicen los que saben de estas cosas que la culpa es de la política neoliberal donde el Estado abandona las esferas del derecho público y lo sustituye por la privatización. Lo que no pensaron nuestros representantes populares es que la privatización va a generar una presión inmobiliaria especulativa sobre estas zonas hasta ahora restringidas, porque es mentira que los extranjeros van a respetar el contenido de la iniciativa. Antes al contrario, con sus derechos de propiedad podrán subarrendar y recibir huéspedes de paga.

Además, con la susodicha reforma, los extranjeros cerrarán las playas hasta ahora públicas, las que por cierto ya son muy pocas. Y de esto hay pruebas palpables. Nomás hay que ver el corredor San José-Cabo San Lucas donde los grandes hoteles cuentan con playas privadas que antes eran para el disfrute de los sudcalifornianos. Y así está pasando con el resto de los litorales de Baja California Sur.

Buena les espera a nuestros representantes en la Cámara de Senadores cuando tengan que votar esta iniciativa, porque de entrada este proyecto fue aprobado en la Cámara de Diputados con 356 votos a favor, 119 en contra y 12 abstenciones. Ojalá y los representantes de nuestro estado hayan votado en contra, aunque lo dudo.

Y cuando se trate de decidir sobre esta propuesta por los senadores, estamos seguros que los nuestros —ahora suplentes, uno del PRI y otro del PAN— sin importarles su filiación política, se opondrán con toda energía y valor ciudadano a que los extranjeros nos despojen que lo que por tres siglos ha sido patrimonio de los sudcalifornianos. Así lo esperamos, por su bien.

Además, estamos seguros que todas las legislaturas de los estados afectados por esta iniciativa no la aprobarán, por lo que siendo mayoría no podrá reformarse el artículo 27 constitucional. Repito aquí lo que escribió en su momento una persona preocupada por este grave atentado. “Es procedente pedir a los integrantes del Senado que detengan la disposición y actúen con la sensatez, el sentido nacional y la visión de sociedad y futuro que no tuvieron su contraparte de San Lázaro…”.