Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

sábado, 28 de mayo de 2016

Valentín Castro y la Sudcalifornidad

El pasado 21 del presente mes de mayo, el Instituto municipal de cultura y las artes de Los Cabos, organizó el Primer Plenilunio Rural con la participación de las delegaciones de Miraflores, Santiago y La Ribera. Lo interesante es que este evento cultural se efectuó a un lado de  la carretera, entre Santiago y Miraflores, donde se encontraba un globo terráqueo que señalaba el paso del trópico de cáncer.

Actuaciones artísticas, --taller de música, el ballet TAMMIA, declamadores-- muestras de artesanías y  comida regional, fueron un complemento ideal que captaron el interés de las personas que asistieron a este primer plenilunio rural.

En su oportunidad, el escritor Domingo Valentín Castro Burgoin intervino con la lectura de una crónica a la que llamó “Vivir, para morir en la tierra” dedicada a su padre Saturnino Castro Sández y familiares. Es una excelente pieza oratoria que hace referencia a la vida de los rancheros y su apego a la tierra, pese a los agobios de las sequías, del abandono de los hijos y las falsas ilusiones de una vida mejor en las zonas turísticas.

Castro Burgoin con palabras francas se refiere a la propiedad de la tierra, en especial la que corresponde a los ejidos. Y reafirma lo que otros han escrito al respecto, desde que en mala hora el gobierno federal autorizó el Programa de certificación de derechos ejidales y titulación de solares: PROCEDE. Amparados en ese programa, los ejidatarios comenzaron a vender sus tierras al mejor postor, y fueron los extranjeros los que por medios no muy legales, adquirieron las que se encontraban frente a las playas.

Y lo mismo sucedió con las propiedades rústicas las cuales por muchos años atrás pertenecían a los rancheros. Afortunadamente, dice Valentín, en regiones como las de Santiago y Miraflores existen propietarios que se niegan a vender sus tierras, aferrándose a ellas como un patrimonio que se debe conservar. Se justifican diciendo que “no queremos traicionar a las tierras de mis padres, de mis abuelos, de la tierra que me vio nacer…”.

Pero el mal ya está hecho. En el año de 1998, la investigadora de la UABCS, María Luisa Cabral Bowling alertó sobre el acaparamiento de los terrenos costeros por medio de los famosos fideicomisos los cuales, hasta 1992 sumaban 395, la mayor parte en la región del municipio de Los Cabos.

Aunque esos fideicomisos tienen un plazo de 30 años, lo cierto es que la renovación de ellos puede ser indefinida, lo que los convierte —dice la autora— en derechos permanentes de los extranjeros sobre el territorio nacional. Y sigue diciendo.”Esta situación es especialmente grave en el caso de la península, pues como ya lo hemos visto es una zona que históricamente ha estado en la mira de los Estados Unidos, de tal forma que su cercanía con esta nación  y su aislamiento del resto del territorio nacional, la hacen muy vulnerable…”.

Y ahora que gran parte de las costas de Baja California Sur están en manos extrañas y que el auge turístico va en aumento propiciando que se siga con la pérdida de nuestro patrimonio, es válido pensar que no basta conservar las costumbres y tradiciones de los pueblos, sino tomar medidas urgentes para evitar que los dueños de la tierra puedan venderlas atraídos por una engañosa riqueza.

Porque, mientras existan funcionarios apátridas que poco les interesa la pérdida del territorio nacional, el problema continuará y los extranjeros seguirán adquiriendo las tierras costeras de Sudcalifornia. Pero lo peor no es eso, ahora lucran con ellas en un negocio inmobiliario que les reporta grandes ganancias. Basta ver las revistas y anuncios clasificados donde ofertan casas, condominios y aún terrenos  que pasan de unas manos a otras a precios millonarios en dólares.

Pero no todos los extranjeros son así. Los visitantes, verdaderos turistas y los residentes que han hecho su hogar en nuestra tierra, siempre serán bienvenidos. Estos últimos, de alguna manera, contribuyen al mejoramiento comunal y aportan sus buenos deseos para afirmar la cultura de los lugares donde radican. Los otros, los especuladores y los neocolonizadores  deben ser rechazados por nuestro pueblo.

Y claro, esta defensa, como lo dice Valentín, son destellos de Sudcalifornidad.

Mayo 27 de 2016

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