Ayer,
los medios informativos dieron una triste noticia: un incendio generado en el
edificio que ocupa la Dirección Municipal de Cultura y donde también estaba el
archivo general en la planta baja, acabó con gran parte del acervo documental
que ahí se resguardaba.
El
archivo tenía bajo su protección y conservación la documentación de las
administraciones de los ayuntamientos de los últimos quince años y unos cuantos
de los gobiernos de Adán Ruffo Velarde y Leonel Cota Montaño. De las
administraciones anteriores no existen documentos, pues es del dominio público
que se destruyeron o fueron a dar al basurero.
Y fue
precisamente por este descuido que en el año de 2007 se creó el Archivo General
Municipal, con el exclusivo fin de resguardar toda la documentación generada
por las administraciones municipales. A partir de ese año se comenzó a
inventariar los expedientes y clasificarlos conforme a las dependencias que los
expidieron.
Nomás
que el local proporcionado por el ayuntamiento no era de su propiedad sino que
pertenecía al gobierno del estado. Fue por eso que en el periodo de gobierno de
Estela Ponce Beltrán, el edificio fue requerido por las autoridades estatales y
no hubo más remedio que desalojarlo. Lo malo es que se hizo con premura, por lo
que los documentos ya clasificados fueron amontonados sin ton ni son y
trasladados a la planta baja del local ocupado por la Dirección Municipal de Cultura.
En
varias ocasiones visité el archivo en busca de información y me di cuenta que
solamente una secretaria y el encargado lo atendían. Personal insuficiente para
proseguir la clasificación y valoración de los documentos. Y claro, el ordenamiento
de las cajas con expedientes estaba retrasado.
Pero
aun así, las condiciones del inmueble no eran las apropiadas para la seguridad
de los documentos, dado lo reducido de los dos espacios que ocupaban. Como
persona interesada, insistí ante funcionarios del ayuntamiento que era
necesario encontrar un local más adecuado, incluso construir uno para uso
exclusivo de ese repositorio. Pero dadas las carencias financieras eso no ha
sido posible.
Ahora,
ante lo irremediable, es necesario saber cuántos expedientes desaparecieron y a
que ayuntamientos correspondían y levantar el inventario de los que se
conservan. Esto con el fin de informar a los funcionarios municipales y a los
investigadores que asisten a ese centro cultural.
Fue el
20 de abril de 2007 cuando el boletín oficial del gobierno del estado publicó
el acuerdo que creaba el Archivo General Municipal de La Paz, como encargado de
la recepción, conservación, clasificación y depuración documental de las áreas
y dependencias municipales. Además, la concentración de leyes, reglamentos,
actas de cabildo y demás publicaciones inherentes al municipio de La Paz y del
estado de Baja California Sur.
Me
tocó en suerte ser el promotor y fundador del Archivo General del municipio de
La Paz. De sortear muchas dificultades hasta lograr que el municipio tuviera un
lugar donde se conservaran las acciones más relevantes de las administraciones
pasadas y que esas acciones pudieran ser conocidas por los estudiantes e
investigadores los que a su vez las
divulgarían a través de sus publicaciones.
Ahora,
con la amarga experiencia de la pérdida de importantes documentos, hay que
volver a insistir sobre la necesidad de contar con un local apropiado y seguro
para el Archivo. La historia de La Paz y sus pueblos lo merecen. Para la
memoria de nuestro pasado, vale la pena.
Octubre 12 de 2017.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario