Los
días 4 al 6 del presente mes se llevó a cabo la 1ª Reunión de Patrimonio
Cultural en Sudcalifornia, organizado por el Museo Regional de Antropología e
Historia de esta ciudad. Me llamó la atención el cartel-invitación —incluyó una
fotografía antigua de La Paz— porque sugería que en ese evento se
intercambiarían experiencias, vivencias y prácticas en torno al patrimonio
cultural regional. Y que además se contaría con especialistas del INAH quienes
impartirían conferencias sobre este importante tema.
Asistí
atendiendo a una amable invitación de los organizadores y aunque no tuve la
oportunidad de intervenir, si escuché atinados comentarios de los asistentes,
muchos de ellos jóvenes interesados en las cuestiones que se iban a tratar. Y
es que las preguntas incluidas en el cartel daban margen para analizar lo
referente al patrimonio cultural en nuestro estado.
Preguntas
como ¿en qué consiste el patrimonio cultural de Sudcalifornia?, ¿cómo
compartimos, nos apropiamos y vivimos nuestro patrimonio cultural?, ¿están
vigentes los procesos de transmisión a las nuevas generaciones?, ¿ qué papel
juegan actualmente las instituciones para su salvaguarda, promoción y difusión?
Por
supuesto los conferencistas explicaron cuál es el significado del patrimonio
cultural y sus características a nivel nacional. Y de cómo este influye en la
sociedad mexicana creando valores y actitudes que tienen que ver con la identidad
popular. Y es que el patrimonio cultural se define como el conjunto de bienes y
prácticas tradicionales que nos identifican como nación o como pueblo. Es
apreciado como un don, algo que recibimos del pasado con tal prestigio
simbólico que no debe discutirse. Las únicas operaciones posibles,
preservarlos, restaurarlos o difundirlos, es lo que nos mantienen unidos.
Baja
California Sur tiene su patrimonio cultural en el arte, en la historia, en la
industria, en la naturaleza y, de manera relevante en el patrimonio inmaterial.
Respecto a este último algunos estudiosos explican que es una cuestión un tanto
olvidada, a pesar de su importancia para afirmar los lazos entre el pasado y el
presente.
El
patrimonio inmaterial, conocido también como intangible, según la UNESCO, son
los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las
comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte
integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial que
se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las
comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza
y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad.
En
el caso específico de Baja California Sur la transmisión de ese patrimonio se
realiza o debe realizarse a través de
las artes como la danza, la literatura, la música y, sobre todo, en la
conservación y difusión de los usos y costumbres de nuestro pueblo que
conforman como fin último nuestra tradición. Pero, además, dedicar especial
atención al habla, los mitos, las leyendas, los valores, las manifestaciones
religiosas, las técnicas artesanales y alimenticias y el vestuario, entre
otras.
Poner
ejemplos excedería el propósito de este artículo, aunque si podemos afirmar que
las instituciones oficiales y privadas están dedicadas a la transmisión de este
patrimonio a las generaciones actuales. Sin embargo, y ante la intromisión
latente de otras culturas originada por la influencia del turismo extranjero —ya
hemos hablado en otras ocasiones del peligro de la transculturación— se deben
redoblar esfuerzos para mantener vigentes todo aquello que nos distingue como
pueblo que es la base de nuestra identidad.
Por
lo demás, debo felicitar al INAH en nuestro estado por su interés en el
rescate, conservación y difusión de nuestro patrimonio cultural.
Diciembre 08 de 2017.
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