El día 25 de este mes de mayo,
el profesor y licenciado Jesús Manuel Flores Díaz Bonilla y yo, viajamos a
Ciudad Constitución con el fin de participar en un panel organizado por el A
yuntamiento de Comondú y el Instituto Tecnológico de ese
lugar. Allá nos esperaban Rubén González González y Leobardo Castro Arce
quienes también tomarían parte en ese
encuentro histórico.
El tema central fue la
colonización del Valle de Santo Domingo y los temas desarrollados por los
panelistas fueron Las primeras colonias agrícolas en el periodo de 1933 a 1949;
La colonización del Valle en los años de 1949 a 1954 y El comercio y la
industria en los primeros años de la colonización.
En mi carácter de moderador del
encuentro me tocó fijar los tiempos de las intervenciones y hacer la
introducción de cada uno de los temas. Así, me referí al descubrimiento de la
bahía y de la isla de Magdalena por Francisco de Ulloa en 1539 y después las
reconocieron Juan Rodríguez Cabrillo en
1542 y ya en 1602 Sebastián Vizcaíno le puso el nombre de Bahía Magdalena.
Frente a la bahía se encontraba
una extensa región que fue conocida como los Llanos de la Magdalena y también
como los llanos de Hiray. Este vocablo es de origen guyacura y fue el padre
jesuita Clemente Guillén quien le dio el nombre de San Benito Arui. Asimismo
les relaté las concesiones de esa región otorgadas a compañías extranjeras
norteamericanas para fines de colonización, en una superficie de dos millones
de hectáreas que abarcaban desde la altura de la ciudad de La Paz hasta los
límites con Ensenada.
A punto de declarar nula la
concesión por incumplimiento delcontrato, los dueños de la concesión se
dedicaron a la explotación de la orchilla en un periodo de un poco más de 25
años. Pero agotado este recurso, en 1933, el presidente Abelardo Rodríguez
recuperó para la nación esa extensa faja de tierra.
En las preliminares del segundo
tema hice alusión al Acuerdo del presidente Miguel Alemán declarando aptos para
la agricultura los terrenos del Valle de Santo Domingo. Fue asi como, partir de
1949, muchas familias del interior de la república llegaron a esta región y
fundaron colonias cuyos pobladores se dedicaron a la siembra de algodón y
trigo.
Por último, en el tercer tema
recordé los ranchos del camino viejo donde los viajeros podían descansar y
alimentarse. El Médano, El Refugio, Buena Vista y Santo Domingo, ranchos que
dejaron de ser útiles cuando se terminó la carretera transpeninsular que pasa
por el Valle de Santo Domingo.
Y también de los comerciantes que
llegaron al valle desde los Comondú y La Purísima llevando diversos productos
como frutas frescas y en conserva, mercería, petates y sombreros. Doña
Marillita en su recua de burros y don José Arce en un camioncito modelo T.
Por su parte, los panelistas
desarrollaron sus temas con abundancia de información procedente de sus
vivencias como descendientes de los primeros colonos que llegaron a esta región
central de Baja California Sur. Rubén González como hijo de Don Salvador
González de la colonia Jalisco; Leobardo como nieto de don Teófilo Arce de la
colonia Matancitas y Jesús Manuel, hijo de un funcionario de gobierno que
radicó en varias comunidades del Valle de Santo Domingo.
Al término del panel se invitó a
los presentes para las preguntas y comentarios correspondientes y todos
estuvieron de acuerdo en que esta clase de eventos son útiles para el
conocimiento y reconocimiento de las mujeres y los hombres que, con sus
esperanzas a cuestas lograron, a base de sacrificios y esfuerzos, crear una
región agrícola para bien de sus familias y sus descendientes.
Por lo demás, la presencia de
estudiantes, personal del Ayuntamiento, agricultores e invitados especiales, le
dieron realce a este encuentro con la historia del Valle de Santo Domingo.
Mayo 26 de 2018.
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