Una característica
que permeo años atrás, de 1929 al año 2000, fue la elección del candidato a la
presidencia de la república. En ese largo período los presidentes en turno elegían
a su sucesor apoyándose en el partido hegemónico el PNR, después en el PRM y
por último en el PRI.
De esa forma y por
el clásico “dedazo” salieron electos Pascual Ortiz Rubio, Lázaro Cárdenas,
Manuel Ávila Camacho, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz
Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid,
Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.
A partir del año dos
mil, con la participación de otros partidos como el PAN y el PRD, la
preeminencia del presidente disminuyó, y aunque todavía intervino en la
selección del sucesor, la decisión no tuvo la suficiente fuerza política para
lograr el triunfo en las elecciones.
La oposición cambio
el panorama político de México. El PAN obtuvo la presidencia en los dos
sexenios siguientes con Vicente Fox y Felipe Calderón. En el 2012 el PRI volvió
al poder con Enrique Peña Nieto. Ahora, bajo la presidencia de López Obrador,
fundador y dueño del partido Morena las cosas vuelven a ser como antes, es
decir, ha divulgado los nombres de los funcionarios que pueden aspirar a
sucederlo después que termine su mandato en el 2024.
Pero ahora, por las
señales emitidas, el presidente tiene preferencia por Claudia Sheinbaum, la
jefa de la Ciudad de México y por Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones
Exteriores. Muy al contrario de la forma como se seleccionaba el candidato en
los tiempos del PRI.
Durante el gobierno
de Gustavo Díaz Ordaz buscaron la oportunidad Emilio Martínez Manautou, secretario
de la Presidencia; Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda; Alfonso Corona
del Rosal, jefe del Departamento del Distrito Federal y Luis Echeverría
Álvarez, secretario de Gobernación. El 20 de octubre de 1969, el entonces
presidente del PRI, Alfonso Martínez Domínguez escuchó la decisión
presidencial: “Nos vamos con don Luis, porque tiene talento, corazón y
valentía”. Y la maquinaria se echó a andar.
Un caso más sucedió
en el período de gobierno de Miguel de la Madrid. Los funcionarios que sonaban
eran Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda; Alfredo del Mazo, secretario
de Energía, Minas e Industria Paraestatal; Manuel Bartlett Díaz, secretario de
Gobernación; Carlos Salinas de Gortari, de Programación y Presupuesto; Miguel
González Avelar, de la SEP; Sergio García Ramírez, Procurador General de la
República y Ramón Aguirre Velázquez, jefe del Departamento del Distrito
Federal.
Los medios de
comunicación y los grupos de apoyo de los pretensos originaron una serie de
confusiones, pues primero dieron por seguro a Alfredo del Mazo, pero luego
aseguraron que el bueno sería García Ramírez. Al final, el presidente de la
Madrid escuchó la opinión de Fidel Velázquez, líder de la CTM: “Señor presidente,
los trabajadores de México estamos conscientes de la capacidad del licenciado
Bartlett y también sentimos que el licenciado Salinas de Gortari es un
excepcional mexicano y muy capaz en las cuestiones de política económica…
Hizo una pausa e
intentó proseguir, pero el presidente lo interrumpió: “Gracias don Fidel, me es
grato coincidir con ustedes de que el licenciado Salinas es el mejor preparado
para enfrentar los difíciles retos del próximo sexenio”. Y allá, en la sede del
PRI, Jorge de la Vega Domínguez daba la noticia a los cientos de militantes
reunidos: “Nuestro partido y los sectores campesino, obrero y popular han
decidido designar como su candidato a la presidencia de la república al
licenciado Carlos Salinas de Gortari”. No era la noticia esperada, pues todos
creían que el elegido sería García Ramírez.
El 6 de julio 1988
se llevaron a cabo las elecciones y los oponentes de Salinas fueron Cuauhtémoc
Cárdenas del Frente Democrático Nacional, Manuel J. Clouthier del PAN y Rosario
Ibarra del PRT. Los resultados fueron muy discutidos, ya que luego del triunfo
de Salinas, acusaron al gobierno de fraude con el famoso “se cayó el sistema”.
Y el principal acusado fue el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz.
Volviendo el tema de
los destapados por el presidente López Obrador, los analistas políticos
aseguran que es un nuevo distractor a propósito a fin de olvidar los graves
problemas de inseguridad que vive nuestro país, y la ocupación de varias
regiones a manos de los cárteles. Para eso están sirviendo las “corcholatas”
Julio 21 de 2021.
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