Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

jueves, 8 de julio de 2021

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

    “Artículo 19” es una organización independiente de derechos humanos que trabaja alrededor del mundo para proteger y promover el derecho a la libertad de expresión. Ese artículo aparece en la Declaración de los Derechos Humanos que dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones y el de difundir sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

    Este derecho aparece en la mayoría de las constituciones de los países incluyendo a México, aunque en los momentos actuales tal parece que se está olvidando. Países gobernados por dictadores siempre han obstaculizado las corrientes críticas de opinión poniendo diques a empresas y periodistas o en el peor caso exponiéndolos a la picota pública para desacreditarlos.

    Lo anterior viene al caso por un complemento a la información proporcionada por el presidente de nuestro país que todas las mañanas comunica a gran parte de la población. Se trata de “Quien es quien en las mentiras” en el que se pone en evidencia a la prensa de oposición, citando nombres de periodistas críticos del gobierno actual.

    Al respecto, en una reciente reunión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el relator Pedro Vaca dijo lo siguiente: “El problema no es que se cuestione a la prensa, sino que sea la cabeza del Estado la que defina los criterios bajo los cuales la prensa mienta o no. Además de estigmatizar promueve la censura previa mediante la inhibición o el amedrentamiento, afectando así a la libertad de expresión, la pluralidad mediática y el derecho de informar e informarse de la sociedad”.

    En esa misma reunión, el representante de Artículo 19 expresó que “La estrategia y estigmatización pretende desviar la atención pública de temas apremiantes para la sociedad como son la violencia, la impunidad, la corrupción y la falta de efectividad para solucionarlos. Se anula el mensaje atacando al mensajero”.

    La prensa en entredicho, sujeta a la opinión del mandamás del palacio y sus seguidores, alucinados por sus mensajes no de concordia, sino más bien de odio, puesta en práctica para atacar y reprimir la disidencia pacífica. Ante esta nueva arremetida contra los medios de información, un periodista Carlos Loret de Mola, contestó tajante “No me callarán”.

    Ojalá y esta situación no vaya más allá, porque se puede llegar a prohibir los libros de escritores como Roger Bartra, Laurie Ann Ximenez, Carlos Elizondo, Luis Antonio Espino, Francisco Martín Moreno. Y a lo mejor otros como los de Ece Temelkuran y Esperanza Casullo.

    El 10 de mayo de 1933 es una fecha de ignominia en Alemania. Fue el día en que se inició la quema de libros por orden del partido nazi por considerarlos nocivos a la nueva ideología del nacional socialismo. Fueron miles y miles de libros calcinados de autores consagrados, tanto de la propia Alemania como de Francia, Estados Unidos y Rusia. En la hoguera las juventudes hitlerianas desaparecieron los nombres de Bertold Brecht, Sigmund Freud, Franz Kafka, Karl Marx, Stefan Sweig, André Guide, Ernst Hemingway, Jack London, León Tolstoi, Máximo Gorki, Lenín y otros muchos más.

    Un caso similar ocurrió en Argentina durante la dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, que implantó el terrorismo de estado, de censura y represión. El 30 de agosto de 1980 y días posteriores se quemaron más de millón y medio de libros los más de autores extranjeros. Otro país. Chile, también sufrió durante la dictadura de Augusto Pinochet, quien en 1973 ordenó la quema de libros considerados subversivos como los textos marxistas.

    Desde luego, en la historia mundial existan muchos casos de la destrucción de libros por medio de la hoguera, pero en Latinoamérica son contados los países que se valen de este medio para acallar las voces de descontento, por lo que es válido pensar que eso no sucederá en México, pese a la actitud un tanto impositiva del presidente.

    Vale la pena contar una anécdota al respecto. En una ocasión, los militares chilenos encontraron en la biblioteca del poeta Pablo Neruda unos libros sobre cubismo, y creyendo que se referían a Cuba, en ese entonces con un gobierno socialista, los incautaron y los quemaron. 
Julio 7 de 2021

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