Me he referido en otras ocasiones al periodista Pablo Hiriart por sus agudas críticas dirigidas al presidente López Obrador. De los malos resultados de su gobierno y la división que ha causado entre la población de nuestro país. En febrero de este año publicó su libro “El destructor” y en el primer párrafo dice “que el huevo de la serpiente es transparente. A través de la cáscara se ve el embrión del reptil venenoso. Ingmar Bergman lo utilizó como metáfora para ilustrar el proceso de acumulación de poder de un solo hombre que acabaría por destruir la democracia alemana, ante la mirada complaciente de la mayoría”.
Desde luego —dice Hiriart— Andrés Manuel López Obrador no es comparable a Adolfo Hitler. Sería absurdo y falso. Aunque sí existen similitudes que dirigentes políticos, intelectuales y comunicadores quienes vieron la gestación de la serpiente tras la cáscara y negaron lo que tenían ante sus ojos…
En cinco capítulos, el autor da a conocer la trayectoria política de nuestro presidente desde los primeros intentos de ocupar puestos públicos en su natal Tabasco hasta llegar a primer mandatario de la nación. Y en las últimas páginas incluye un archivo periodístico del diario “La Crónica”
Antes que Hiriart otros intelectuales y periodistas han publicado libros haciendo mención de la forma de gobernar de López Obrador, entre ellos Roger Bartra y “El regreso a la jaula”, Francisco Martín Moreno con “Ladrón de esperanzas”, Xavier Tello autor de “La tragedia del desabasto” y Elena Chávez con “El rey del cash”.
El año pasado, Mario Schettino dio a conocer su libro “México en el precipicio” y también es autor de artículos de opinión en el diario El Financiero en el último de los cuales escribió un comentario con el título de “final inminente” en el que expresó “esta columna ha insistido en que ya perdió, aunque no quiera aceptarlo. No será capaz de extender su mandato ni siquiera por interpósita persona. Porque más allá de su megalomanía y narcisismo, más allá de su psicopatía y maquiavelismo, Andrés Manuel es un incompetente y eso en una gobernante pesa mucho”.
Duras palabras para un presidente que se encuentra en el ocaso de su mandato. Usando términos hasta cierto punto desconocidos en su significado, Macario expone las condiciones actuales de López Obrador, a fin de justificar los pésimos resultados de su actuación como gobernante.
Así, usa el vocablo megalomanía que no es otra cosa que un trastorno mental que padecen las personas que se creen socialmente muy importantes. O el narcisismo atribuido a los que sienten admiración excesiva por sí mismos, haciendo alusión al Narciso mitológico que murió a causa de su vanidad.
Pero más grave es la acusación de psicópata ya que se refiere a una enfermedad mental caracterizada por una alteración del modo de actuar y de la conducta social. Algunos de sus síntomas son: es bueno para adular y manipular las emociones de otras personas; mentir con frecuencia, incapaz de mostrar culpa ni remordimiento; no hacer caso de la ley de manera constante.
Por último, el maquiavelismo caracterizado por un modo de proceder utilizando la astucia y la hipocresía, a fin de conseguir lo que se desea. Macario Shettino se refiere a la obra “El príncipe” escrito por Nicolás Maquiavelo y que, entre otras cosas, es una crítica a la forma de gobernar. Así, en el capítulo XVIII, dice “nadie deja de comprender cuan digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez; pero la experiencia nos demuestra que son los príncipes que han hecho omisión de la fe jurada, envuelto a los demás con su astucia y reído de los que han confiado en su lealtad”.
Pablo Hiriart como Macario Schettino le están cantando las golondrinas antes de tiempo al presidente López Obrador. Sin embargo, la historia en un futuro lo juzgará.
Marzo 29 de 2023
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