Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

sábado, 15 de agosto de 2015

El patrimonio de los sudcalifornianos

Ahora con el revuelo causado por el permiso del uso del suelo por parte del ayuntamiento de La Paz, a fin de que una empresa extranjera pueda explotar una mina a cielo abierto en el área protegida de la Sierra de La Laguna, muchas personas y asociaciones no gubernamentales claman a los cuatro vientos que con ello estamos perdiendo gran parte de nuestro patrimonio.

Esas voces se refieren a lo que por derecho pertenece a los habitantes de esta región como son las playas y los terrenos colindantes a ellas. Y de cómo, para poder explotar una mina de esta naturaleza, los inversionistas tuvieron que adueñarse de miles de hectáreas en la zona donde existen ranchos y familias aposentadas ahí hace cientos de años.

Afortunadamente todavía existen autoridades lo suficiente razonables para sopesar el grado de deterioro ambiental que puede ocasionar este tipo de minería, por lo que pensamos que no será autorizada. Además, porque al cabo de varios años de explotación solo dejarán una región yerta y plagada de contaminantes.

Y con referencia al patrimonio—algo que nos pertenece por derecho y por eso debemos defenderlo--, hace unos días leí de nueva cuenta el libro que escribió Arthur W. North en 1907. Lleva por título “The mother of California” y es considerado un libro clásico en la historiografía de la Baja California.

Según él recorrió toda la península a pie y muchas veces en burro con las consiguientes incomodidades y soportando las inclemencias del tiempo. En la portada del libro se lee: Es un esbozo histórico de la poca conocida tierra de Baja California, desde los días de Cortez hasta los tiempos presentes, describiendo las misiones en ella establecidas, las minas que ahí se encuentran y los aspectos materiales, políticos y sociales del territorio.”

El contenido del libro es interesante, sobre todo cuando se refiere a los sucesos económicos y políticos de la segunda mitad del siglo XIX. Fue la época de las grandes concesiones de tierras a inversionistas norteamericanos, sobre todo en la parte norte del país y, en especial, en la Baja California. Concesiones autorizadas por los presidentes Juárez y Díaz, en un afán de llevar prosperidad a esas regiones.

North hace mención también de los continuos intentos de apoderarse de la Baja California bien por compra o por la fuerza. Incluso contando con la buena disposición de algunos presidentes norteamericanos. Narra el caso del filibustero William Walker que se apoderó de La Paz en 1853 apoyado por empresarios gringos.

En los últimos capítulos hace referencia a los recursos naturales de la península y a las minas de California, con especial énfasis en la empresa de El Boleo. Como cosa curiosa, el historiador se dio tiempo para explicar el proceso de la elaboración del mezcal, licor muy apreciado por los rancheros.

Pero yo recordaba que había algo en su libro que no me había gustado y ahora, con eso de la mina a cielo abierto, supe que era. Resulta que en la parte final de su libro, North declara paladinamente, que para lograr el progreso de la Baja California debería venderse a los Estados Unidos. Desde luego, como buen norteamericano y seguidor de la doctrina del Destino Manifiesto, no podía ser de otra manera.

Lo bueno es que a pesar de todos los intentos por apoderarse de nuestra tierra—la pérdida de nuestro patrimonio—han fracasado debido a la oposición férrea de todos lo que, en el pasado y en el presente, con valor civil y patriótico empeño han permanecido como guardianes de lo que es nuestro.

Agosto 10 de 2015.

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