Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

lunes, 3 de agosto de 2015

Un deseo para cumplirse

Ya han pasado muchos años y el grave problema de los baches de las calles de nuestra ciudad no se ha podido solucionar. Pese al programa de pavimentación aplicado por el actual gobierno estatal, lo cierto es que en esta temporada de lluvias los hoyancos en las calles se multiplican para desesperación de los automovilistas que le sacan la vuelta a uno para caer en otro.

El ayuntamiento de La Paz ha tratado de solucionar el problema por medio de sus brigadas de mantenimiento que recorren las principales calles de nuestra ciudad tapando los baches con asfalto prensado y, las más de las veces, cuando no dan abasto, los rellenan con arena. Pero son medidas provisionales, como quien dice para salir del paso.

Desde luego, en las calles donde se aplicó el programa de pavimentación y que fueron construidas con cemento, han resistido los impactos de las lluvias; pero en cambio en las que utilizaron asfalto los baches están a la orden del día.

En otras, pendientes de pavimentar—como es el caso de un tramo de la calle Reforma—los hoyos forman ya parte de su fisonomía. Y si a esto agregamos las calles donde se ha hecho excavaciones para instalar el drenaje o las redes de agua potable y no se han reparado como es debido, pues ya tenemos un panorama un tanto desolador para los habitantes de La Paz.

Y ante un problema de esta naturaleza que rebasa las diligencias de las autoridades, se necesita la participación de todos los que habitamos en esas calles laceradas, contribuyendo individual o colectivamente para tapar los baches de los respectivos tramos donde tenemos nuestras viviendas.

¿Cómo hacerlo? Dirán algunos. He aquí la propuesta: Mediante un comunicado a la ciudadanía, el ayuntamiento paceño haciendo alusión al daño que causa el deterioro de las calles y, desde luego, que afecta la buena imagen de la ciudad, solicitarle su cooperación de la forma siguiente:

En lugares estratégicos de los tramos dañados y de acuerdo con su gravedad, se dejarán cantidades de asfalto a fin de que las personas lo utilicen para tapar los baches, apisonando el material para fijarlo al pavimento. Es una buena solución al problema.

Ahora bien. Habrá muchas personas que se negarán a participar, aduciendo que es obligación de las autoridades y que por eso pagan sus impuestos. Otras argumentarán que les vale porque no tienen vehículo. Los menos permanecerán indiferentes como el que ve llover y no se moja.

Lo ideal sería que en un día predeterminado por las autoridades y previa publicidad por los medios de comunicación, todos, adultos, jóvenes y niños incluso, salgan simultáneamente a las calles a tapar los baches. Sería una demostración de lo que el pueblo es capaz cuando se trata de un bien común.

En un artículo anterior titulado “Yo tengo un sueño”, hice referencia a la calzada Forjadores de Baja California que no tiene monumentos de ellos. Ahora tengo un deseo que espero se cumpla aunque, claro, todo depende de las autoridades municipales.

Agosto 03 de 2015

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