Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

viernes, 13 de noviembre de 2015

Estado de California, México

El miércoles pasado se presentó el libro “California del Sur para principiantes” del reconocido escritor Eligio Moisés Coronado. Al final y con las opiniones de los asistentes, uno de ellos preguntó el porqué del título del libro, cuando lo correcto hubiera sido Baja California Sur para principiantes. Ello dio motivo para que el autor diera una explicación de cómo se originó ese nombre para el estado.

En 1769 cuando los franciscanos comenzaron a fundar nuevas misiones en la región que hoy forma parte de los Estados Unidos, se le comenzó a llamar la Alta California para diferenciarla de la Baja California que comprendía de la frontera hacia el sur, es decir la correspondiente a la península. Con el tiempo se hizo común esa distinción, pero fue en el año de 1776 cuando el gobierno de la Nueva España oficializó los nombres de la Baja o Antigua California y la Alta o Nueva California.

Después, en las constituciones de 1824. 1857 y 1917 el territorio peninsular se le siguió llamando Baja California, aunque ahora dividida en los Distritos Norte y Sur. Después, se les dividió en Territorios Norte y Sur.

Así las cosas, cuando el Territorio Norte se convirtió en Estado en 1952, adoptó el nombre de Baja California. Y nuestra entidad cuando también se convirtió en estado en 1974, no le quedó otra que llamarse Baja California Sur. Y muchas personas opinan que fue en ese acto de la conversión cuando se perdió la oportunidad de ponerle un nuevo nombre a nuestra reciente denominación política.

Pero esto no es lo peor. Ahora, con eso de la influencia del turismo, se le ha comenzado a llamar Baja Sur, quitándole California que por tradición histórica nos pertenece. Y es que el nombre de nuestro estado es demasiado largo, pero vivillos como son algunos prefieren llamarla la Baja es vez de California.

Cuánta razón tenía Paco Arámburo cuando vaticinó en el mes de diciembre de 1975 que “con el nombre que tenemos actualmente nadie nos va a reconocer. Nos llamarán BAJA a secas ya lo verán y los americanos con más ganas lo harán. ¿Qué les parece? Ellos, no conformes con habernos quitado la tierra y el nombre, ahora nos quieren quitar también el apellido, haciéndonos quedar en calidad de hijos naturales…”.

En la presentación del libro en cuestión, otra persona que estuvo presente sugirió la conveniencia de cambiarle el nombre a nuestro estado para llamarle California a secas. Así no habría posibilidad de modificarlo o agregarle vocablos que no tienen razón de ser. Y en la división política de nuestro país quedaría como Estado de California, México.

Bueno, soñar no cuesta nada. Aunque hay que tener mucho cuidado para que no se vuelva costumbre el uso del término Baja. En lo personal, en varias crónicas y artículos de opinión me he referido a este problema que cada vez se va extendiendo en los círculos empresariales, deportivos y turísticos. Y he solicitado la aplicación del decreto del gobierno del estado en el que se prohíbe el uso del término Baja para referirse a nuestro estado. Pero por razones que desconozco nadie hace caso de ello.

Por otro lado, que bueno que temas como este se expongan y discutan en público. Y más cuando, como en el caso de los asistentes a la presentación, demuestran su interés por la conservación de la identidad de los californianos —los de México.

Hubo otro tema que llamó la atención y es el que se refiere al actual escudo de armas que identifica a nuestro estado. Por la importancia que reviste lo trataremos en una crónica posterior.


Noviembre 13 de 2015. 

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