Ahora que las autoridades del XV ayuntamiento de La Paz
están promoviendo que los restos mortales del profesor Néstor Agúndez Martínez
sean trasladados a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, es bueno
recordar a otras figuras que se han distinguido en actos heroicos en bien de
nuestra tierra, como es el caso del capitán Manuel Pineda defensor de nuestra
soberanía en el año de 1847.
Hace unas semanas Domingo Valentín Castro Burgoin,
historiador y escritor liberal, hizo una ejemplar reseña de la batalla librada
por Pineda y sus hombres defendiendo el pueblo de Mulegé de las fuerzas
invasoras norteamericanas Fue el 2 de abril de 1847.
Con la certeza de que cualquier fecha es buena para recordar
a nuestros héroes, Valentín reproduce la información que sobre este hecho
relata don Pablo L. Martínez en su libro “Historia de Baja California” que
escribió en 1956. En ese texto, aparecen los nombres de los defensores de
Mulegé, entre ellos el capitán Matías Flores y los alféreces de la guardia
nacional Manuel Castro, Francisco Fierro y Jesús Rodríguez.
Destacada participación tuvo también el padre Vicente
Sotomayor, quien con un contingente del pueblo de Comondú defendió con valor
esa población. De igual forma el ayuntamiento del municipio respaldó la lucha
emprendida contra los norteamericanos. En ese año el ayuntamiento estaba
conformado por Domingo Aguiar, Tomás Zúñiga, José Padilla y José María Salgado.
Del primer regidor no se menciona su nombre.
Pero Castro Burgoin va más allá del hecho histórico.
Aprovecha la patriótica participación del capitán Manuel Pineda para sugerir
que sus restos —se encuentran en esta ciudad de La Paz— sean exhumados y
llevados a la Rotonda. Pero se lamenta de que no exista una investigación
completa sobre la vida y la obra de nuestro héroe.
Al respecto, y en abundancia de su propuesta, debo informarle
que aunque no existe información sobre su nacimiento, familia y preparación
castrense, si se puede encontrar en diversos textos su arribo a tierras
bajacalifornianas y ejercer el mando de los defensores de nuestra soberanía
nacional. Y no sólo en Mulegé sino en La Paz, San José del Cabo y Todos Santos.
En 1984, la Universidad Autónoma de Baja California publicó
un folleto titulado “Testimonios sobre la invasión norteamericana a Baja
California, 1846-1848” y en 1992, la historiadora Ángela Moyano Pahisa escribió
un libro al que llamó “La resistencia de las Californias a la invasión
norteamericana”. Los dos textos ofrecen una visión clara y completa de esa
intervención en nuestra en nuestra entidad.
Además, en ese mismo año de 1992, el pasante en historia de
la UABCS, Rubén García Arce, presentó su tesis a la que denominó “La invasión
norteamericana a la Baja California”, lo que le valió el título de Licenciado
en Ciencias Políticas y Administración Pública. Desde luego, existen otros
textos que se refieren a lo mismo, entre ellos la Historia General de Baja
California Sur, editada por la UABCS en el año de 2002
Así es que, cuando las instituciones públicas o privadas de
nuestro estado deseen promover que los restos de Manuel Pineda sean llevados a
la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, la información que se tiene será
suficiente para justificar la petición al gobierno quien es el que, junto con
el congreso local, el indicado para aceptar dicha solicitud.
Lo mismo se puede decir de Néstor Agúndez Martínez. La
información proporcionada por el XV ayuntamiento de La Paz y de otras
instituciones como la asociación civil de Escritores Sudcalifornianos. Debe ser
suficiente para el Consejo de la Rotonda apruebe que los restos de este distinguido
poeta y promotor cultural descansen en el lugar que merece: La Rotonda de los
Sudcalifornianos Ilustres.
Enero
11 de 2017
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