Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

lunes, 23 de marzo de 2020

Los perros

Ayer por la tarde con motivo de un incidente que voy a relatar, me acordé de un libro del escritor Mario Vargas Llosa titulado “La ciudad y los perros”. Aclaro que la única relación con el incidente es por el término “perro”, ya que la novela narra lo acaecido en un colegio de Lima, Perú y lo que relato es un hecho real, tal y como lo cuento.

Una nieta, Martha Reyes, nos invitó a mi esposa y el que escribe a visitar su casa en el poblado de El Centenario con la promesa de una carne asada para la comida. Y como esa clase de invitaciones no se rechazan, llegamos pasadas las dos de la tarde y saludamos a su esposo Carlos y le dimos un abrazo a su hija Romina, una graciosa niña de ocho años.

Entre plática y plática, Martha y Carlos son buenos conversadores, se nos pasó el tiempo, así es que cuando nos dimos cuenta tres horas habían pasado. Y es que había temas importantes que comentar, en especial la pandemia del coronavirus con su cauda de muertes en todo el mundo, incluyendo nuestro país. Y la crítica a una parte del pueblo mexicano que no respeta las recomendaciones a fin de evitar los contagios.

Se ha escrito mucho sobre las maneras de prevenir el contagio y una de ella es permanecer en sus casas. Insisten en que hay que convencer a la gente de que la pandemia es un peligro real y ese peligro ya llegó y anda por las calles de nuestro país. Y que lo mejor para una persona de no contagiarse es no salir de su casa. Pero a ello se opone el presidente López Obrador, cuando después de su gira por Oaxaca el sábado pasado declaró lo siguiente “No dejen de salir. Todavía estamos en la primera fase. Yo les voy a decir cuando no salgan. Pero si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes, a las fondas, porque eso es fortalecer la economía familiar, la economía popular”.

Bueno y también como está afectando a muchas personas y negocios las restricciones con causa de esa enfermedad. Por ejemplo algunos restaurantes en la ciudad de La Paz obligados a cerrar de inmediato con la suspensión de los empleados y la pérdida de los alimentos perecederos adquiridos para el consumo de los clientes. O el retiro de los llamados “cerillitos”, personas de la tercera edad, cuyo sustento económico era las propinas que recibían de los clientes. En fin.

Cuando menos lo esperábamos se hizo tarde y por ello nos dispusimos a regresar a la ciudad. Atentos como siempre, Martha y Carlos nos acompañaron hasta el vehículo a fin de despedirse, mientras sus dos perritas jugueteaban a nuestro alrededor. Dos hermosos animalitos compañeros de su hija Romina. De pronto nos dimos cuenta que por la calle lateral caminaba un joven con correas en su mano sujetando a dos perros, uno de ellos de la raza Bull Terry. Verlos y correr a su encuentro, una de las perritas se acercó ignorando el peligro que ello significaba. Y ante el intento de los perros por agredirla, el joven le dio una patada para alejarla.

Martha corrió para socorrerla tomándola en sus brazos, pero la indignación por la cobarde acción del sujeto la hizo increparlo duramente. Lo mismo hizo Carlos y yo también intervine porque agresiones como esa no se podían tolerar. Pero el cobarde no entendió razones, aduciendo que evitó que los perros la mordieran. –Si son bravos porque los paseas con el peligro de que ataquen a personas no solamente animales— le replicó Carlos.

Pero el sujeto se montó en sus trece. Lo que sí observamos es que en una de sus manos sostenía una vara gruesa que de seguro la utilizaba contra otros perros que se le acercaban. Total, esa persona seguirá en las calles llevando un peligro hasta que alguien con autoridad se lo impida. Y ojalá que la patada no tenga consecuencias porque de tenerlas lastimará el corazón de mi querida bisnieta.

Y claro, con eso de la cruel patada a la perrita, y por la concatenación de recuerdos, busqué en mi librero la obra de Vargas Llosa y le di una releída. Cuando pase el peligro del coronavirus visitaré de nuevo a mi nieta y les platicaré el contenido de esa famosa novela, al mismo tiempo les recordaré del hombre de los perros y su cobarde acción para un animalito indefenso.

Marzo 22 de 2020

No hay comentarios.:

Publicar un comentario