Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

martes, 19 de enero de 2016

Leer para ser mejores

Desde hace varios años el Consejo de la Comunicación lleva a cabo una campaña tendiente a fomentar el hábito de la lectura y para ello se vale,--uno de tantos medios—de inserciones en los periódicos con las leyendas Leer para ser mejores, Leer para aprender y Lee 20 minutos al día. Acompañan a los anuncios fotografías de artistas y deportistas, entre ellas nuestra coterránea Paola Espinosa. En “El Sudcaliforniano” aparece todos los días la publicidad del Consejo.

Naturalmente al hablar del fomento a la lectura debemos hacer mención de las bibliotecas públicas, ya que son los lugares donde los niños y los jóvenes tienen la oportunidad de encontrar los libros de su preferencia y disfrutar de ellos el tiempo que deseen. Además, los pueden obtener en préstamo para leerlos cómodamente en sus casas, incluso en compañía de sus familiares.

Aquí en nuestra ciudad existen siete bibliotecas públicas y otras tantas de instituciones educativas. La Justo Sierra, a un lado del museo de Antropología e Historia, contiene cerca de diez mil libros diversos, entre ellos cuentos infantiles y novelas recientes. Por lo demás en el resto del Estado se encuentran funcionando 57 bibliotecas públicas que son aprovechadas por los estudiantes de los niveles básico y superior.

Y hablando de bibliotecas, en el periodo de gobierno del licenciado Ángel César Mendoza Arámburo se inauguró la Biblioteca de las Californias, con un acervo de libros referentes a la historia, la cultura y el arte de Baja California. Allí se encontraba la colección completa The Baja California Travels Series de la Dawson Book Shop y otros libros de autores extranjeros y mexicanos.

Durante el gobierno del licenciado Leonel Cota Montaño esa institución desapareció y a la fecha no se sabe bien a bien en manos de quien quedó ese importante acervo bibliotecario. Lástima porque muchos interesados en la historia de nuestro pasado acudían —yo entre ellos-- a esa biblioteca en busca de información.

La referencia viene al caso porque a fines del año pasado el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, a través de su Coordinación de Fomento Editorial, publicó un interesante libro titulado “Una expedición a la nación guaycura en las Californias” cuyo autor es James Arraj.

En una investigación que le llevó 24 años, Arraj hace referencia a muchos cronistas e historiadores como fuentes bibliográficas y como justificación a su trabajo. Por cierto, algunos de ellos de gran prestigio como Harry W. Crosby, Peter Masten Dunne, Ernest J. Burrus, Michael Mathes y por supuesto, varios investigadores sudcalifornianos como Eligio Moisés Coronado, Gilberto Ibarra Rivera y Harumi Fujita.

Y como fuentes bibliográficas quedan porque muchos de esos libros –al menos yo— no los conocemos. Un tanto por no estar traducidos al español y también por su alto precio. Puede ser que algunos de los historiadores de nuestra ciudad los hayan adquirido pero los guardan como oro molido.

Lo anterior nos lleva a sugerir la conveniencia de que el gobierno del Estado vuelva a crear la Biblioteca de las Californias en uno de los edificios que tiene disponibles y que los volúmenes iniciales sean proporcionados gratuitamente por los historiadores y escritores locales, además de las instituciones educativas que, como la UABCS, tienen colecciones de libros que han editado, así como el Instituto Sudcaliforniano de Cultura.

De tomarse en cuenta esta iniciativa, casi estamos seguros que la biblioteca contará desde sus inicios con no menos de 300 obras que se refieran a la Baja California. Y con el apoyo económico del gobierno y la iniciativa privada se podrán adquirir otras más hasta hacer de esa institución una de las más importantes de nuestra entidad.


Enero 18 de 2016.

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