Ayer me obsequiaron el programa
general de las fiestas tradicionales del pueblo mágico de Todos Santos. Durante
los días 9 al 12 del presente mes de octubre, se desarrollará un programa de
actividades religiosas y culturales en conmemoración de la fundación de la misión
jesuita de ese lugar en 1733 y de la virgen del Pilar que desde ese año es
venerada por los todosanteños.
Me llamó la atención que en el
programa no se incluyeran pláticas o
conferencias sobre la historia de esa comunidad de por sí importante, sobre
todo la de la misión y de la iglesia que permanece hasta la actualidad. De
seguro muchos visitantes desconocen esa historia y deben ser los habitantes de
ese pueblo quienes puedan ilustrarlos al respecto.
Existe mucha información sobre
el pasado de Todos Santos. Escritores distinguidos se han ocupado de ello,
entre ellos el gran ausente el profesor Néstor Agúndez Martínez. Yo mismo, en
un libro que escribí en el 2012, incluí dos crónicas referentes a esa población
que llevaron los títulos de Santa Rosa de las Palmas: una misión
bajacaliforniana y Todos Santos, una historia interesante.
En ese libro “La Paz y sus
historias”, escribí: “En Todo Santos, la misión que se fundó por los misioneros
jesuitas en 1733 llevó el nombre de Santa Rosa de las Palmas. En ese año el
padre Sigismundo Taraval se estableció
en ella, a fin de continuar la obra de evangelización entre los indios de esa
región. La misión conservó ese nombre hasta el año de 1749, ya que por haber
desaparecido la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz y sus escasos neófitos llevados a Todos
Santos, a partir de entonces se le comenzó a llamar la misión de Nuestra Señora
del Pilar de Todos Santos. La virgen fue trasladada a este lugar”.
Los jesuitas atendieron la
misión hasta el año de 1767. Después lo hicieron los franciscanos y
posteriormente los dominicos, entre ellos Mariano Fernández, Jacinto Fiol y de
1825 hasta 1840 el padre Gabriel González. En ese año la misión fue abandonada
definitivamente debido a la escasa población de neófitos.
Respecto a la segunda crónica
dije: “No podemos olvidar lo que es y ha sido esa comunidad sudcaliforniana. De
sus apellidos tradicionales como los Salgado, Espinoza, Calderón, Martínez,
Villarino, Albáñez, Márquez, Domínguez,
etc. De sus mujeres y hombres distinguidos del pasado y del presente como los
generales Manuel Márquez de León, Clodomiro Cota, Melitón Albáñez; del padre
Gabriel González que aunque nació en España se identifica con ese pueblo; de
doña Dionisia Villarino, digna exponente de las mujeres de esa tierra.
“No podemos ni debemos dejar de
mencionar a los todosanteños que en estas últimas décadas se han distinguido en
el servicio público como autoridades municipales, diputados y funcionarios del
gobierno estatal, entre ellos Esteban Pérez Espinoza, César Moreno Meza, Jorge
Santa Ana González y Manuel Salgado Calderón. Y de los hacedores de la educación
y la cultura como Néstor Agúndez, Oralia Fernández, Valente de Jesús Salgado,
José Salgado Pedrín y Heriberto Parra Hacke”.
“La identidad todosanteña va
para largo. Mientras existan sus hermosas huertas, el teatro Manuel Márquez de
León, la iglesia donde se venera a la Virgen del Pilar, el edificio de la
antigua escuela primaria Melitón Albáñez, las sabrosas coyotas y las crujientes
melcochas, Todos Santos no debe temer al futuro. Sus mujeres y sus hombres,
como en el ayer, defenderán lo que suyo porque es el patrimonio de sus familias
y es la herencia que dejarán a las futuras generaciones de ese tradicional
pueblo sudcaliforniano”.
09 de octubre de 2015.
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