Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

lunes, 7 de diciembre de 2015

1967 y el periódico “El Sudcaliforniano”

Don Carlos Morgan (+) y Mario Vázquez Raña (+), director 
general de  Organización Editorial Mexicana.
Mi encuentro con el periódico que fundara Carlos Morgan Martínez en 1967 no fue de mi gusto. No había pasado un año de su presencia en nuestra ciudad de La Paz, cuando apareció un artículo en su primera plana criticándome por haber tenido la audacia de fungir como perito de joyas arqueológicas.

El asunto sucedió así. Un día de tantos recibí la invitación de las autoridades judiciales para que actuara como perito para determinar la autenticidad de unas piezas arqueológicas que tenía en venta un señor que llego del interior de la república. Lo tenían detenido en los separos de la policía junto con la mercancía.

La conclusión fue inmediata. Después de observar con detenimiento las piezas e incluso raspar en su superficie, me di cuenta que eran burdas imitaciones de las que abundan en los centros arqueológicos del centro de la república y de las zonas de Tabasco y Yucatán. Además, el precio que pedía por ellas distaba mucho del valor real de las verdaderas.

No son genuinas —me decía asustado el vendedor— ni tampoco las robé. Las compré en un mercado artesanal donde hay muchas de ellas.

Total, con mi declaración el asustado señor quedó libre, pero con la advertencia de que en futuras ocasiones debería mostrar el recibo de compra del comercio expendedor. Y, desde luego, mi experiencia sirvió porque en mis viajes que hacía al interior de la república adquirí varias muestras arqueológicas de imitación.

En esos años del inicio del periódico ya se publicaba en nuestra ciudad “El Eco de California” que se especializaba en temas regionales, al contrario de “El Sudcaliforniano” que contenía información nacional y del extranjero. Por eso, los envidiosos le llamaban “el papelote del nombre prestado” y a don Carlos “el pirata Morgan”.

Cuando Carlos Morgan se retiró de la dirección del periódico, fundó después “El Diario Peninsular” y “El Forjador”. Este último me publicó varios artículos, lo mismo que “El Eco” y el “BCS”. Y después de muchos años, a partir del año de 1999, “El Sudcaliforniano” me publicó casi 200 crónicas muchas de las cuales me sirvieron para publicar cuatro libros. Fue cuando era director el estimado amigo y excelente periodista Jesús Chávez Jiménez, y después el actual don José Escobar García quien por varios años ha sabido llevar a ese diario por los caminos de un verdadero medio de comunicación masiva.
                                                                                         
Y como siempre, no faltan anécdotas en la vida de este medio informativo. Humberto de los Ríos, un viejo amigo de las imprentas relata que en una ocasión don Carlos Morgan solicitó su ayuda para maquilar la información del periódico dado que su linotipo se había descompuesto. Así que durante tres o cuatro días el contenido de “El Sudcaliforniano” se maquiló en los talleres de “El Eco de California” donde trabajaba Humberto. Por supuesto la ayuda fue un tanto sigilosa a fin de que no se diera cuenta Félix Alberto Ortega Romero, propietario de este último periódico, por aquello de la competencia.

En la actualidad “El Sudcaliforniano” es un órgano informativo reconocido por la sociedad. Con un tiraje de 20,000 ejemplares se distribuye en las principales ciudades y pueblos de nuestro Estado. Además de las noticias, tiene secciones de sociales, deportivas, policíacas y de los cinco municipios. Cuenta, además, con una sección de información nacional e internacional y otra titulada La República. En su sección de Opinión colaboran prestigiados comentaristas y periodistas de renombre del ambiente nacional. Y le da cabida a otros de nuestra ciudad quienes escriben crónicas, asuntos culturales y análisis de la problemática local.

Por todo ello quiero pensar que tenemos “El Sudcaliforniano” para rato.

Diciembre 05 de 2015

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