Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

domingo, 23 de julio de 2017

Dante, Salvatierra y el Purgatorio

Con motivo de los 300 años de la muerte del padre Juan María de Salvatierra, en las últimas semanas se han organizado diverso actos conmemorativos, entre ellos una seria de conferencias y la colocación de una placa alusiva en una de las esquinas de la calle que lleva su nombre. Además de las presentaciones de libros referentes al periodo misional jesuita en la Baja California, destacando el que refiere al sacrificio de dos misioneros a manos de los indígenas pericús, en el año de 1734.

Al margen de la vida y la obra de Salvatierra, la historiografía reciente revela muchas de sus inquietudes espirituales durante su estancia entre los antiguos habitantes peninsulares. En particular, su actitud mística y la defensa de Dios ante las amenazas del diablo. Y, desde luego, la salvación de las almas a través del purgatorio.

Sobre el particular, entre los años de 1304 a 1321, Dante Alighiere escribió su famoso poema “La Divina Comedia” en el que, acompañado de Beatriz y el poeta Virgilio, viajan a través del infierno, el purgatorio y el paraíso. En las diversas esferas o círculos, el paraíso representa el saber y la ciencia divina; el infierno representa al ser humano frente a sus pecados y sus funestas consecuencias; el purgatorio, la lenta purificación de sus culpas hasta la liberación.

Salvatierra en incontables ocasiones hizo mención de los pecados cometidos por el hombre y la intervención del maligno para evitar su conversión a la fe de cristo y de la virgen María, representada por los jesuitas en las figuras de las vírgenes de Loreto, del Pilar y de Los Dolores. Y en sus homilías a los indígenas insistía en la salvación de las almas las cuales, por su inclinación al demonio, permanecían en el purgatorio.

Es interesante pensar de que medios se valían los misioneros para que los neófitos comprendieran los conceptos de infierno, purgatorio y paraíso. Corre la anécdota de cuando el padre Juan de Ugarte trataba de adoctrinar a los indios sobre sus pecados que los llevarían al infierno. “En ese lugar, donde existe un fuego infernal —les decía— están todos los que no obedecen los mandatos de Dios” Y entonces uno de los oyentes —era el mes de diciembre— le replicó: “ Hu, pues entonces es mejor estar allá, porque aquí hace un frío de los demonios”.

Salvatierra, por su parte, no se olvidó de las almas de los difuntos, porque se lamentaba que éstas quedaban encerradas en las cárceles del purgatorio y se hayan quedado como a la mitad del camino, sin poder ayudarse ellos mismos. En cada oportunidad rezaba el oficio de difuntos y les cantaba la misa de réquiem.

Pero la advocación del purgatorio tenía para Salvatierra otra intención. En la religión católica todo creyente que moría quedaba en suspenso, es decir, entre el infierno y el paraíso. Y sólo mediante las oraciones dirigidas al Ser Supremo era posible que esas almas llegaran al paraíso. Por eso, cuando un benefactor de las misiones californianas moría, Juan María se apresuraba a oficiar misas a fin de que su estancia en el purgatorio fuera breve y por consecuencia bendecido por Dios para su llegada al paraíso. Con ese ejemplo, los consiguientes aportadores de dádivas no dudaban en ayudar a los jesuitas, ya que así aseguraban su paso al reino celestial.

El historiador español Salvador Bernabeu Albert refiriéndose a la evangelización de los indígenas californios y de la presencia ominosa del diablo causante de su estancia en el purgatorio, dice: “Es necesario que Dante visite California, pues, como acertadamente lo señala Bolívar Echeverría, la idea de los jesuitas es la de hacer que la gente viva todo el tiempo en el límite, en el borde entre lo terrenal y lo celestial…”.

Julio 21 de 2017.

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