Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

miércoles, 5 de mayo de 2021

LA HISTORIA EN DOCUMENTOS

Va para 52 años que se creó el Archivo Histórico Pablo L, Martínez. Vale la pena su celebración, sobre todo por su interesante pasado, ligado a los hechos más trascendentes de la vida de los forjadores de Baja California Sur.

En el año de 1823 se fundó el Archivo General de la Nación y en 1846, con la intervención de José María Lafragua se expidió el reglamento del mismo como una imperiosa necesidad dada la pérdida de documentos, destruidos o tirados a la basura.

Era el caso particular de nuestra entidad porque innumerables documentos generados en los diferentes periodos de nuestra historia desaparecieron, aunque muchos se encuentran en repositorios nacionales y extranjeros como la Bancroft en Estados Unidos, el Archivo de Indias de Sevilla, el Archivo General de la Nación y el Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la ciudad de México.

A pesar de los movimientos políticos y las intervenciones extranjeras, en nuestra entidad siempre hubo preocupación por salvaguardar la historia de nuestro pasado. Por ejemplo, en 1857, Ulises Urbano Lassépas hizo un llamado al gobierno local a fin de conservar los documentos, ya que los encargados de ellos los tenían en completo desorden. Y estaba el caso del filibustero William Walker cuando en 1853 se apoderó por sorpresa de La Paz y utilizó los legajos para preparar sus cartuchos.

Y de milagro se salvaron los demás, pues cuando Walker huyó rumbo a Ensenada se llevó todas las cajas con documentos. Pero como también llevó como prisionero al jefe político, éste logró liberarse y volver en el mismo barco a La Paz trayendo la documentación completa.

Las preocupaciones de Lassépas originó que en 1886, el presidente municipal Antonio Canalizo, emitiera un acuerdo para que los funcionarios del ayuntamiento organizaran debidamente los documentos generados en sus dependencias, incluso dio instrucciones para su correcto resguardo. Lo insólito de esas disposiciones es que varias de ellas se siguen respetando en la administración e documentos de los tiempos presentes.

Los gobiernos sucesivos resguardaron la documentación en la manera de lo posible, sin que los vaivenes revolucionarios los afectaran. Fue así como el gobernador Amado Aguirre (1927-1928) al enterarse que existían documentos valiosos de los periodos anteriores, ordenó la recopilación de ellos en un folleto que llevó el título de “Contribución para la historia de la Baja California”

El libro contiene 88 documentos, aunque es obligado decir que varios de ellos no se encuentran en el actual Archivo Histórico de la ciudad de La Paz. Es por eso de la importancia de la transcripción de esos documentos que en buena hora el gobernante los conservó para la posteridad.

El 9 de mayo de 1969, durante el gobierno de Hugo Cervantes del Río, se creó oficialmente el Archivo Histórico, gracias al apoyo del doctor Miguel León Portilla y de los funcionarios Armando Trasviña Taylor y Eligio Moisés Coronado.

Sin local propio, el archivo cambió varias veces de domicilio. El 26 de enero de 1987 se inauguró la Unidad Cultural Profesor Jesús Castro Agúndez y en la planta alta del edificio fue instalado el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez. Y fue el 5 de noviembre del 2013 cuando pasó a ocupar su propio local, un moderno y funcional edificio, uno de los mejores de nuestro país.

El acervo que contiene ofrece la oportunidad de investigar en los documentos en papel, pero también por medios digitales. Tiene una biblioteca de temas regionales y secciones de fotografías, planos y mapas, así como una hemeroteca. Su programa editorial ha hecho posible la edición de libros de historia y de cultura general. En ellos están los nombres de destacados historiadores como Eligio Moisés Coronado, Gilberto Ibarra Rivera, Edith González Cruz, Adelina Alameda Álvarez y Luis Alberto Trasviña Moreno. Además, otros investigadores y cronistas como Rosa María Mendoza, Elizabeth Acosta Mendía, Boby García y Jesús Chávez Jiménez.

En estos dos últimos años, el AHPLM continúa con sus actividades aunque un tanto limitadas por la pandemia. La edición de libros, los horarios de consulta, los conservatorios en honor de reconocidos historiadores y la divulgación de documentos y fotografías antiguas que resguarda, son muestras de la importancia que reviste este institución como salvaguarda de la memoria del pueblo sudcaliforniano.

Mayo 05 de 2021 

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