Va
para 52 años que se creó el Archivo Histórico Pablo L, Martínez. Vale la pena
su celebración, sobre todo por su interesante pasado, ligado a los hechos más
trascendentes de la vida de los forjadores de Baja California Sur.
En
el año de 1823 se fundó el Archivo General de la Nación y en 1846, con la
intervención de José María Lafragua se expidió el reglamento del mismo como una
imperiosa necesidad dada la pérdida de documentos, destruidos o tirados a la
basura.
Era
el caso particular de nuestra entidad porque innumerables documentos generados
en los diferentes periodos de nuestra historia desaparecieron, aunque muchos se
encuentran en repositorios nacionales y extranjeros como la Bancroft en Estados
Unidos, el Archivo de Indias de Sevilla, el Archivo General de la Nación y el
Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la ciudad de México.
A
pesar de los movimientos políticos y las intervenciones extranjeras, en nuestra
entidad siempre hubo preocupación por salvaguardar la historia de nuestro
pasado. Por ejemplo, en 1857, Ulises Urbano Lassépas hizo un llamado al
gobierno local a fin de conservar los documentos, ya que los encargados de
ellos los tenían en completo desorden. Y estaba el caso del filibustero William
Walker cuando en 1853 se apoderó por sorpresa de La Paz y utilizó los legajos
para preparar sus cartuchos.
Y
de milagro se salvaron los demás, pues cuando Walker huyó rumbo a Ensenada se
llevó todas las cajas con documentos. Pero como también llevó como prisionero
al jefe político, éste logró liberarse y volver en el mismo barco a La Paz
trayendo la documentación completa.
Las
preocupaciones de Lassépas originó que en 1886, el presidente municipal Antonio
Canalizo, emitiera un acuerdo para que los funcionarios del ayuntamiento
organizaran debidamente los documentos generados en sus dependencias, incluso
dio instrucciones para su correcto resguardo. Lo insólito de esas disposiciones
es que varias de ellas se siguen respetando en la administración e documentos
de los tiempos presentes.
Los
gobiernos sucesivos resguardaron la documentación en la manera de lo posible,
sin que los vaivenes revolucionarios los afectaran. Fue así como el gobernador
Amado Aguirre (1927-1928) al enterarse que existían documentos valiosos de los
periodos anteriores, ordenó la recopilación de ellos en un folleto que llevó el
título de “Contribución para la historia de la Baja California”
El
libro contiene 88 documentos, aunque es obligado decir que varios de ellos no
se encuentran en el actual Archivo Histórico de la ciudad de La Paz. Es por eso
de la importancia de la transcripción de esos documentos que en buena hora el
gobernante los conservó para la posteridad.
El
9 de mayo de 1969, durante el gobierno de Hugo Cervantes del Río, se creó
oficialmente el Archivo Histórico, gracias al apoyo del doctor Miguel León
Portilla y de los funcionarios Armando Trasviña Taylor y Eligio Moisés
Coronado.
Sin
local propio, el archivo cambió varias veces de domicilio. El 26 de enero de
1987 se inauguró la Unidad Cultural Profesor Jesús Castro Agúndez y en la
planta alta del edificio fue instalado el Archivo Histórico “Pablo L. Martínez.
Y fue el 5 de noviembre del 2013 cuando pasó a ocupar su propio local, un
moderno y funcional edificio, uno de los mejores de nuestro país.
El
acervo que contiene ofrece la oportunidad de investigar en los documentos en
papel, pero también por medios digitales. Tiene una biblioteca de temas
regionales y secciones de fotografías, planos y mapas, así como una hemeroteca.
Su programa editorial ha hecho posible la edición de libros de historia y de
cultura general. En ellos están los nombres de destacados historiadores como
Eligio Moisés Coronado, Gilberto Ibarra Rivera, Edith González Cruz, Adelina
Alameda Álvarez y Luis Alberto Trasviña Moreno. Además, otros investigadores y
cronistas como Rosa María Mendoza, Elizabeth Acosta Mendía, Boby García y Jesús
Chávez Jiménez.
En
estos dos últimos años, el AHPLM continúa con sus actividades aunque un tanto
limitadas por la pandemia. La edición de libros, los horarios de consulta, los
conservatorios en honor de reconocidos historiadores y la divulgación de
documentos y fotografías antiguas que resguarda, son muestras de la importancia
que reviste este institución como salvaguarda de la memoria del pueblo
sudcaliforniano.
Mayo 05 de 2021
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