La nueva administración estatal
ratificó a Christopher Amador Cervantes como director del Instituto
Sudcaliforniano de Cultura. Con ese nombramiento atenderá las diversas
actividades que desarrollan las instituciones afines como el Teatro de la Ciudad,
el Archivo Histórico Pablo L. Martínez, la galería de arte Carlos Olachea, la
Casa de la Cultura, la Escuela de Música y la Coordinación de Bibliotecas
Públicas.
En el decreto que creó el
Instituto en el año de 1994, también se incluyeron como dependencias del mismo
a XBCS Radio Cultural Sudcaliforniana y el Museo Regional de Antropología e Historia.
También la biblioteca de las Californias ya desaparecida por una mala decisión
de un gobierno anterior.
Paralelamente el I. S. C. deberá
impulsar las actividades de las academias de danza y grupos de teatro
independientes, las artes visuales, los documentales cinematográficos, así como
la producción editorial la que en los últimos años ha tenido un desarrollo
significativo. Por supuesto todo lo anterior será posible con un presupuesto
adecuado tanto de parte de la federación como del gobierno estatal.
Y hablando de los apoyos
económicos al desarrollo cultural —sobre todo a las artes— es justo aclarar que
éstos han provenido en gran parte del Conaculta mientras que el gasto corriente
ha sido por cuenta del Gobierno del Estado. Sería oportuno, ahora que se inicia
un nuevo sexenio, diseñar estrategias y evaluar el trabajo de los recursos
humanos con que cuenta el Instituto, así como analizar la productividad
económica de las diversas actividades culturales que se realizan.
Al respecto, es bueno recordar
que como sector de actividad económica, las industrias culturales y creativas a
nivel nacional, contribuyen con el 7.3 % del producto interno bruto, que colocan
a este sector como uno de los principales ramos productivos. En el caso
particular de nuestro estado habrá que hacer un diagnóstico del comportamiento
económico de la cultura y conocer que áreas son generadoras de ingresos.
Por otro lado, ahora que el
gobierno federal creó la Secretaría de Cultura independizándola de la SEP y con
la facultad de tener su propio presupuesto y con programas que no necesitan el
visto bueno de esa secretaría, esa decisión abre un campo muy extenso de
posibilidades. Una de ellas la de dejar de ser el patio trasero del gobierno
como ha ocurrido en los últimos sexenios. Pero para ser eficiente, la Federación
debe asignarle recursos suficientes, dado que va a necesitar una
reestructuración a fondo de las instituciones culturales del gobierno federal,
adelgazar quizá la burocracia y darle un mejor destino a los dineros que
manejará.
Aún no se sabe cómo será la
relación con los estados, porque muchos de ellos, incluyendo el nuestro, estaban
con directa dependencia con Conaculta y sus programas. En gran parte los
recursos para las actividades culturales provenían de ese Consejo y en menor
proporción del gobierno estatal.
Por otro lado es incongruente
que ahora que la cultura nacional será dirigida por una secretaría, aquí en
nuestro estado dependerá de la SEP cuando lo más cuerdo sería que se creara la
Secretaría de Cultura Estatal, con rango parecido a la del gobierno federal.
Pero en tanto se aclaran las
cosas y se reorganiza el equipo de trabajo junto con los programas a realizar
en el presente sexenio, habremos de darle un voto de confianza a Christopher Amador
a fin de que lleve a buen puerto la cultura sudcaliforniana.
Septiembre
19 de 2015.
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