Desde la ciudad de Ensenada el
estimado amigo Carlos Lazcano me invitó al IV Festival de la Antigua
California, en honor del padre jesuita Wenceslao Linck, fundador de la misión
de San Francisco de Borja Adac, evento a realizarse en estos últimos días de
septiembre.
Conferencias, exposiciones
fotográficas y recorridos históricos son parte del Festival organizado por el
Museo de Historia de Ensenada. En esta ocasión se contará con la presencia de
la historiadora Simona Binková, de la Universidad de Praga. República Checa, de
donde era originario Linck.
En el folleto que se publicó con
la investigación y textos de Carlos, se da a conocer que Wenceslao Linck llegó
a California en 1762 y ese mismo año fundó la misión de San Francisco de Borja
Adac, kilómetros más adelante de la misión de Santa Gertrudis La Magna. Estos
dos centros religiosos hoy se localizan en el Estado vecino de Baja California.
Esa región de la península
estaba poblada por los indios cochimí y fue a ellos a quienes les llevó la
palabra de Dios a través de su conversión a la religión católica. Dicen las
crónicas que la misión atendió a cientos de nuevos feligreses y que ello fue
posible gracias a un manantial que permitió la agricultura en pequeña escala,
la plantación de árboles frutales y la ganadería.
Cuando los jesuitas fueron
expulsados de California en 1768, los franciscanos y después los dominicos se
hicieron cargo de la misión, hasta el año de 1822 en que fue abandonada por
falta de habitantes. De esa fecha hasta el presente la misión ha permanecido
resguardada por la familia de don José Gerardo que atiende los antiguos huertos
y promueve los festejos del santo en el mes de octubre.
Linck fue el último de los
misioneros jesuitas que exploró la parte norte de la península hasta llegar
cerca de lo que es hoy la ciudad de Ensenada. En sus correrías llegó hasta la
sierra de San Pedro Mártir y la bahía de San Felipe, siempre en busca de sitios
adecuados para fundar misiones y de posibles puertos para el galeón de Manila.
Después de su retiro de
California, Linck siguió oficiando hasta el año de 1797 en que murió en su país
natal. Para los habitantes de la Baja California la vida y la obra de Wenceslao
Linck es un tanto desconocida, y es por eso que el Museo de Historia de
Ensenada ha preparado esos eventos en su memoria.
En crónica anterior he hecho
alusión a los padres jesuitas Jaime Bravo, Juan de Ugarte y Clemente Guillén y
de su participación en la fundación de la misión de Nuestra Señora del Pilar de
La Paz, en 1720. Anda por ahí un libro de mi autoría titulado “Tres hombres
ilustres de Sudcalifornia” en el que hago mención especial del padre Bravo y el
escaso conocimiento que se tiene de él.
Aparte de cofundadores de la
misión de La Paz, Juan de Ugarte —a quien el doctor Miguel Mathes le llamó el
Atlante de California— realizó una gran labor en la misión de San Francisco
Javier y Clemente Guillén hizo lo propio en la misión de Los Dolores. Son
personajes significativos en la historia de la Baja California. Y sin embargo…
En Ensenada existen la Sociedad
de la Antigua California, la Fundación Barca, el Museo de Historia, el Seminario
de Historia y muchos de sus habitantes preocupados por divulgar la historia
antigua de la península. Y lo demuestran en cada ocasión con la publicación de
libros, folletos, conferencias y exposiciones alusivas. Y festivales como el de
ahora en memoria de Wenceslao Linck.
En cambio nosotros durmiendo el
sueño de los justos. Cierto que contamos con la UABCS y otras instituciones
superiores, además del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. Pero ellas no
tienen fines específicos relacionados con la divulgación histórica de nuestra
entidad.
Para ello necesitamos una
institución independiente que se encargue de dar a conocer y divulgar nuestro
pasado. Y un mecenas que apoye las actividades de esa institución. ¿Será
posible?
Septiembre
26 de 2015.
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