Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

lunes, 18 de febrero de 2019

Bernardo de Gálvez

Virrey Bernardo de Gálvez
Uno de los personajes españoles que tuvo gran influencia en la época colonial de la Baja California fue José de Gálvez, Visitador del virreinato de la Nueva España. El rey Carlos III le dio ese nombramiento en 1765 con amplias facultades para corregir y hacer eficientes los aspectos administrativos y hacendarios, y también para pacificar y colonizar la región noroeste del país, incluyendo Sonora, Sinaloa, Chihuahua y las dos Californias, la Baja y la Alta.


A mediados de 1765, el buque Jasón navegaba con rumbo a Veracruz. Lo acompañaba un numeroso séquito, entre los que se encontraba un sobrino, hijo de su hermano Matías. Con el paso de los años, a este pariente al que le brindó toda su protección llegó a ser virrey interino de la Nueva España.

En el año de 1767, respaldado por el virrey Teodoro de Croix, puso en ejecución el destierro de los misioneros jesuitas de las colonias españolas. La orden afectó también a los religiosos establecidos en la Baja California quienes abandonaron la península al año siguiente. Fue también en ese año de 1768 cuando Gálvez llegó a la península a fin de llevar a cabo la organización del gobierno a fin de mejorar su economía y el desarrollo de la población. También cumplir con el encargo del rey de poblar la región de la Alta California amenazada por países extranjeros. Después de permanecer seis meses teniendo como base de operaciones el real de Santa Ana, regresó a la capital, con el fin de iniciar nuevas acciones.

Después de su regreso de California, en ese mismo año de 1768, José de Gálvez inició su campaña en Sonora con el fin de someter a las tribus indígenas. No obstante que contaba con una fuerza militar de mil hombres no le fue posible dominarlos y por más que hizo de pacificarlos no le fue posible. Quizá por ello fue que se enfermó y comenzó a tener alucinaciones. Sus desvaríos fueron tales que su sobrino de guarnición en ese entonces en Chihuahua fue por él y se lo llevó a México. Con el cambio de ambiente recobró la cordura recobrando el apoyo y la confianza del virrey de Croix.

Gálvez regresó a España en 1772 y dos años después al ganarse la confianza y reconocimiento del rey Carlos III, éste le dio el cargo de Ministro de Indias, un puesto de gran poder político, lo que le permitió ayudar a su familia en especial a su hermano Matías, quien llegó a ser virrey de la Nueva España. Y también a su sobrino Bernardo, hijo de Matías al que protegió en toda su carrera militar. La historia de este personaje es interesante.

Después de prestar su servicio en Chihuahua regresó a España participando en varias acciones militares y en 1775 el rey lo nombró Comandante militar de la Luisiana, una colonia en los Estados Unidos que pertenecía a España. En esos años ya se habían establecido las trece colonias norteamericanas dependientes de Inglaterra y había movimientos rebeldes para independizarse de ella. Bernardo simpatizaba con esa causa y de manera furtiva les proporcionaba armas, parque y alimentos.

Cuando el gobernador de Luisiana, Luis de Unzaga fue destinado a la Capitanía General de Venezuela, el rey dejó como interino a Bernardo y fue en esos años cuando Carlos III autorizó la guerra en contra de las fuerzas inglesas. La preparación del ejército se hizo en la Habana y por medio de una flota de numerosos barcos salieron para apoderarse del puerto de Pansacola, principal reducto de las fuerzas inglesas.

Los ingleses habían fortificado con cañones la entrada de la bahía de tal forma que era imposible que los barcos llegaran al puerto. Sin embargo, Bernardo se dio cuenta que los cañones apuntaban muy alto, por lo que se podía entrar sin peligro. Lo hizo del conocimiento del almirante de la flota pero este se negó aduciendo una posible derrota. Ante la negativa y para demostrar la seguridad de su plan, Gálvez tomó la decisión de internarse a bordo del Galveston, el bergantín insignia e izando la bandera española se internó en el estrecho bajo el fuego enemigo. Pero tenía razón pues los proyectiles pasaron por arriba y eso dio pauta para que el resto de los navíos se internaran haciendo fuego contra las defensas inglesas. Después de casi dos meses de combate lograron apoderarse del puerto.

Con ese gran triunfo militar, el rey lo felicitó a la par que le daba el grado de teniente general, el grado más alto en el ejército español. Dos años más tarde realizó otra campaña con el objeto de liberar a la isla de Jamaica del dominio inglés. Con los triunfos obtenidos, Carlos III lo nombró gobernador de la Luisiana y Florida, además de que le otorgó el título de Conde de Gálvez, un honor para un descendiente de plebeyos.

En tanto, en la ciudad de México, el virrey Matías de Gálvez había muerto después de una enfermedad que se caracterizó por calenturas, vómitos amarillos y verdes, náuseas y un sabor amargo en la boca. Se creyó en la posibilidad de que había sido envenenado. Su deceso fue a finales de 1784. Bernardo se enteró de su muerte estando en la Habana y porque recibió una carta del rey nombrándolo su sustituto. Resignado por la muerte de su padre, a mediados de 1785 llegó a México en su calidad de Virrey de la Nueva España.

Bernardo de Gálvez fue un gobernante apreciado por el pueblo por sus acciones en su beneficio. Dentro de las obras materiales introdujo el alumbrado público y continuó la construcción del Castillo de Chapultepec. Pero no obstante su preocupación por mejorar la vida de los habitantes de la Nueva España, fue acusado ante el rey de pretender independizar el virreinato del dominio español, aunque era completamente inocente. Quizá fue por ello que personas intrigantes tramaron quitarlo de en medio y no hallaron otra forma que envenenarlo. Al menos cuando enfermó, presentó los mismos síntomas que acabaron con su padre. Cuando murió, el 30 de noviembre de 1786, sus restos fueron trasladados al panteón de San Fernando, para que reposara al lado de su padre.

Por su parte su tío José de Gálvez perdió la confianza del rey, pues creyó la intriga del movimiento de independencia de la Nueva España. Destituido de sus cargos, acusado también de nepotismo pues dada su influencia ante el rey logró puestos y prebendas para su familia, se retiró a la vida privada muriendo en la ciudad de Aranjuez en 1787.

Lo raro fue que su enfermedad presentó los mismos síntomas que su hermano Matías y su sobrino Bernardo, por lo que se supuso que todos habían sido envenenados por orden del rey Carlos III, una medida muy en boga en esa época para quitarse los enemigos de en medio.

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