Vida y obra

Presentación del blog

A través de este blog, don Leonardo Reyes Silva ha puesto a disposición del público en general muchos de los trabajos publicados a lo largo de su vida. En estos textos se concentran años de investigación y dedicación a la historia y literatura de Baja California Sur. Mucho de este material es imposible encontrarlo en librerías.

De igual manera, nos entrega una serie de artículos (“A manera de crónica”), los cuales vieron la luz en diversos medios impresos. En ellos aborda temas muy variados: desde lo cotidiano, pasando por lo anecdótico y llegando a lo histórico.

No cabe duda que don Leonardo ha sido muy generoso en compartir su conocimiento sin más recompensa que la satisfacción de que muchos conozcan su región, y ahora, gracias a la tecnología, personas de todo el mundo podrán ver su trabajo.

Y es que para el profesor Reyes Silva el conocimiento de la historia y la literatura no siempre resulta atractivo aprenderlo del modo académico, pues muchas veces se presenta con un lenguaje especializado y erudito, apto para la comunidad científica, pero impenetrable para el ciudadano común.

Don Leonardo es un divulgador: resume, simplifica, selecciona una parte de la información con el fin de poner la ciencia al alcance del público. La historia divulgativa permite acercar al lector de una manera amigable y sencilla a los conocimientos que con rigor académico han sido obtenidos por la investigación histórica.

Enhorabuena por esta decisión tan acertada del ilustre maestro.

Gerardo Ceja García

Responsable del blog

jueves, 23 de diciembre de 2021

ALTAMIRANO Y LA NAVIDAD

Este mes de diciembre, como los anteriores, tiene singular presencia en procesiones, posadas, reuniones familiares, asistencia a comercios para comprar regalos, en fin un mes donde aprovechando las vacaciones de fin de año, la gente tiende a disfrutar estos días de la mejor manera. Pero todo lleva a un fin para la grey católica: los festejos de la Noche Buena, Navidad y Año Nuevo.

Recordar el nacimiento de Cristo se ha convertido en una tradición religiosa que se remonta muchos siglos atrás, desde la época del dominio del imperio romano en los pueblos de Judea. Allí, en uno de ellos llamado Belén nació quien con el tiempo se convertiría en el guía de una religión que permanece inalterable en el presente.

La parafernalia alrededor de este acontecimiento ha dado origen múltiples obras literarias —cuentos, leyendas, poemas, novelas y ensayos— que recrean el nacimiento de Cristo y sus avatares posteriores. Algunas novelas como Quo Vadis, Ben Hur, Fabiola también conocida como La iglesia de las Catacumbas, han sido desde la segunda mitad del siglo XIX lectura obligada para los que desean recrear los tiempos en que tuvo lugar el nacimiento de la religión cristiana.

En nuestro país Ignacio M. Altamirano escribió la novela “La Navidad en las montañas” en el año de 1871, durante la época más convulsionada de nuestro país por la Guerra de Reforma y de la Intervención francesa. El argumento de la novela describe a un capitán del ejército liberal que llega a un pequeño poblado localizado en la zona montañosa y el encuentro con el cura del lugar, quien convertido en un verdadero misionero de Cristo, convierte ese lugar en un pequeño paraíso donde la fraternidad y la convivencia son sus rasgos distintivos.

Coincide su llegada con los festejos de la Noche Buena y la Navidad por lo que le toca presenciar y escuchar las pastorelas y los villancicos, además de las tertulias de la gente del lugar. Por cierto, Altamirano confiesa que esta novela la escribió a instancias de un amigo suyo quien lo tuvo secuestrado durante tres días hasta que la terminó.

Los festejos de la Navidad están íntimamente relacionados con el origen del cristianismo y por eso existen múltiples textos que se refieren a la vida de Jesús, sobre todo originados en el siglo pasado. La mayoría de ellos fueron escritos por extranjeros, entre los que destacan “Un judío marginal: nueva visión del Jesús histórico” de John Meier. Este texto es el más completo sobre la vida de este profeta ya que comprende cuatro tomos sobre la vida de Jesús, sobre sus raíces, su contacto con San Juan Bautista, sus compañeros y la interpretación de su mensaje.

Otros autores han descrito el perfil humano de Jesús a través de sus obras, describiendo al hombre de carne y hueso, con sentimientos, defectos y virtudes. Así lo hacen Hans Kung en su libro “Jesús”, José Samaniego con su obra “El evangelio según Jesucristo” y R. Aguirre quien junto con C. Bernabé publicaron “Qué se sabe de Jesús Nazaret”.

Desde luego debo mencionar a los cuatro evangelios que hablan de Jesús en el nuevo testamento de la Biblia, donde San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan dan sus testimonios de la vida del profeta judío. Y de María Magdalena, la mujer que acompañó y ayudó a Jesús en sus peregrinaciones y estuvo presente en su sacrificio y en su resurrección.

Desde el punto de vista religioso es costumbre celebrar varias misas de Navidad. Así, la noche anterior (nochebuena) se celebra la Misa de Gallo conocida también como Misa de Medianoche. Así También la Misa del Día en la que el papa en la basílica de San Pedro bendice a todo los fieles, bendición conocida como Urbi et Orbi (a la ciudad –Roma—y al mundo.

Y la pregunta obligada ¿Ya compró los regalos para su familia y amigos cercanos? Ayudan para hacer más feliz la Navidad.

Diciembre 22 de 2021.

domingo, 19 de diciembre de 2021

WELCOME. ALL SAINTS

El sábado pasado mi hija Martha Patricia me invitó a viajar a la población de Todos Santos con la intención de llegar al vivero que tiene el buen amigo Heriberto Parra Hacke. En ese lugar Paty compró varias plantas pequeñas y a mí me regaló una de ellas llamada Corona de Cristo.

Tuvimos tiempo para recorrer la calle principal donde se encuentra el hotel California y comercios donde se venden artesanías, joyería fina, ropa y restaurantes. Todo con el mismo fin: atender al turismo mexicano, pero en especial al extranjero porque, al menos en esa calle, quizá por ser fin de semana, vimos muchos norteamericanos recorriendo las aceras, algunos mayores de edad.

Al pueblo de Todos Santos lo conocí allá por los años de los sesenta del siglo pasado. Me enteré de su historia y de las mujeres y los hombres que han forjado a través de su trabajo ese lugar, uno de los más hermosos de nuestra entidad.

En tres de mis libros escribí crónicas referentes a esa población, sobre todo al que titulé “La Paz y sus historias” en el que incluí un artículo mencionando sus orígenes y de cómo, a través del tiempo, su presencia ha sido significativa en momentos de salvaguardar la soberanía de este territorio de nuestro país.

Los patriotas todosanteños estuvieron presentes cuando en 1822 el corsario Lord Cochrane invadió San José del Cabo y un grupo de ellos llegó a Todos Santos pero fueron rechazados. O cuando el filibustero William Walker se apoderó de La Paz y patriotas de Todos Santos se aprestaron a combatirlo. Y en 1862 ofreció el contingente de sangre para luchar contra los franceses.

Ese fue Todos Santos en el pasado, pero ahora en el presente las cosas han cambiado. A principios de este siglo, Rossana Almada Alatorre publicó un ensayo sobre el imaginario colectivo cultural de esa población. Vaticinó en él la subordinación de la cultura local a la del grupo que pretende consolidarse como élite local: los norteamericanos.

Varios indicadores —dice Rossana— lo confirman: la presencia de extranjeros en la vida social del pueblo, el apropiamiento de los espacios céntricos, la compra de casas y terrenos y los negocios dedicados a la compraventa de bienes raíces. Y la influencia cada vez mayor del turismo norteamericano y extranjero.

De Todos Santos me traje dos cosas: una revista y una decepción. En varios comercios se obsequia la primera que lleva el nombre de “Journal del Pacífico” editada en inglés y español. En la parte superior de la portada dice: “The ULTIMATE GUIDE to Baja Sur Arts”. En sus páginas aparecen varios artículos de interés como el de la reutilización de la basura en los pueblos de Todos Santos y El Pescadero. Pero también en la publicidad se repiten ocho veces el término Baja refiriéndose a nuestra entidad. En el calendario de eventos culturales para el mes de febrero se anota el retiro anual “Escribiendo por la Baja”.

Y, desde luego, para no quedarse atrás, en el pueblo hay varios comercios con el nombre de Baja y ya estoy imaginando a la madre diciéndole a su hijo: “vete a la Baja y compra un litro de leche”. Y el niño con ese nombre ya sabe a donde ir.

No cabe duda, la invasión cultural extranjera llegó a Todos Santos, en eso de nombrar Baja Sur o Baja a nuestro estado. Creíamos que el problema estaba en el municipio de Los Cabos y ahí insistimos sobre la californidad como un recurso valioso para no olvidar que California es el vocablo que nos identifica. Allá hay defensores de lo nuestro, ahora es urgente que los haya en Todos Santos.

A mis lectores les extrañará el título de la presente crónica. A la entrada de un corredor comercial ubicado en la calle principal, se encuentra un letrero que dice: “exclusive-clothing, All Saints” (ropa exclusiva. Todos Santos). Así continúa la influencia extranjera, y si no ponemos remedio dentro de poco tiempo habrá otro letrero que diga: Welcome, All Saints.

Mientras tanto, las autoridades y la sociedad en general contemplan indiferentes la pérdida paulatina de nuestra identidad californiana. 

Diciembre 15 de 2021

viernes, 3 de diciembre de 2021

LA BAJA MIL Y LA TRANSPENINSULAR

El ingeniero César Kernz Pérez es el autor de un interesante libro titulado “Misioneros de acero. La transpeninsular, 1972-1973”, editado por el Archivo Histórico Pablo L. Martínez en este año de 2021. A mi buen parecer fue un acierto su publicación, porque además de narrar de forma amena su experiencia como empleado de la compañía constructora ICA, describe su estancia en la parte norte de nuestra entidad, en especial el pueblo de Santa Rosalía.

Comisionado para participar en la construcción de la carretera en el tramo de San Ignacio al poblado de Punta Prieta, lugar situado en el estado de Baja California, el ingeniero Kernz detalla los pormenores de esa obra de ingeniería, personal de apoyo y la maquinaria utilizada. Narra también los obstáculos a que tuvieron que enfrentarse, en especial la falta de agua para la compactación y que en esa zona desértica era difícil encontrarla.

En uno de los últimos capítulos hace mención de la carrera Baja Mil la que en 1973 le tocó presenciar y se enteró de ella. Dice que se organizó por primera vez en el año de 1967 promovida por el señor Ed Pearlman a través de la empresa NORRA (National off Road Racing Association)

En ese entonces, ante un territorio desolado un evento de esta naturaleza fue bien recibido por los habitantes de toda la península. Incluso no les llamó la atención sobre su nombre Baja Mil. Pero ahora, después de transcurridos un poco más de 50 años, todavía se organiza esa carrera con el mismo nombre olvidando que la península se llama Baja California.

Allá, en el estado de Baja California se han alzado voces, entre ellas la de Carlos Lascano, criticando duramente la realización de esta carrera. Y no solamente por el despectivo Baja, sino también por los destrozos que causan al medio natural. Y lo que parece incongruente, es que ahora, cuando nos oponemos a que nos llamen habitantes de Baja Sur y defendamos el vocablo California, nadie o quizá uno que otro ha llamado la atención para que esa carrera deje de llamarse Baja Mil. Y, además, que pueda suprimirse ya que son negocios ajenos que no benefician a nuestra entidad.

En un artículo que publicó en el periódico El Vigía de Ensenada años atrás, Lascano describió el daño ambiental que causan estas carreras: erosión, fragmentación de ecosistemas, perturbación de zonas florísticas y faunísticas, degradación de la tierra, contaminación del subsuelo, destrucción de hábitats y contaminación acústica. Y justifica lo anterior afirmando que “Baja California es una de las regiones naturales más hermosas, biodiversas y mejor conservadas del mundo”.

Tiene razón Carlos cuando se lamenta: “Baja California es una tierra única, si la impactamos jamás volveremos a tener otra. En lugar de hacerle culto a los vehículos depredadores, ¿por qué no rendirle culto a una Tierra que nos sustenta y nos da vida? Y recientemente, durante el Encuentro de Escritores efectuado a fines del mes pasado, Rebeca Gutiérrez Avilés en su poemario “De tus entrañas, madre” ratifica el amor a la tierra:

“De ahí nacimos tus ingratos hijos,

Al verte así sangrante, dándonos vida,

Me aterra olvidarme de donde he venido.

El ingeniero Kernz estuvo en California hasta fines de 1973, pues por disposiciones de los directivos de la ICA lo concentraron en la Ciudad de México. Atrás quedaron los recuerdos de una tierra agreste a la que supieron dominar para lograr la construcción de una carretera que abrió el camino para el progreso de los habitantes de la península.

Pero aparte de llevarse las mejores impresiones de esta tierra, se llevó también a la novia, una hermosa joven de Santa Rosalía a la que hizo su esposa y madre de sus cuatro hijos que llevan el apellido de Kernz Covarrubias.

El libro del ingeniero César Kernz Pérez se suma a otros anteriores como “La carretera Transpeninsular” de Ulises Irigoyen, publicado en 1943, “Al margen de la carretera transpeninsular” de El Colegio de México y el artículo “La California inventada” de Héctor Mendoza Vargas y Karina Busto Ibarra.

En cuanto a libros dedicados a Santa Rosalía están “Centenario de Santa Rosalía” de Roberto Gastélum Arce, y “Memorias de un cachanía” de Guillermo Castro Miranda. Y el de Juan Romero Gil, “Santa Rosalía, un pueblo que se negó a morir” 

Diciembre 1º de 2021.

martes, 30 de noviembre de 2021

UN MES DE SUERTE

Me fue bien este mes de noviembre. Amigos de siempre me obsequiaron libros, todos relacionados con la historia de la Baja California. Así es que todo este tiempo me la pasé ampliando mis conocimientos aunque, a decir verdad, no he terminado de leerlos.

Los dos primeros llevan por títulos “California, biografía de una palabra” y “Hernán Cortés en California” de la autoría de Carlos Lascano Sahagún. Este último fue presentado durante los festejos del Día de la Californidad, en la ciudad de Cabo San Lucas, y después en la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

Por su parte, Luis Domínguez Bareño me regaló dos libros: “Tricentenario de las misiones del sur de las Californias” de su autoría junto con Armando Jesús Romero Monrteverde. El otro titulado “Misioneros de acero. La transpeninsular, 1972-1973” es del ingeniero César Kernz Pérez. Ambos fueron editados por el Archivo Histórico Pablo L. Martínez cuando fue director Domínguez Bareño.

Y ya en esta semana, la estimadas amiga Elizabeth Acosta Mendía me trajo a regalar el último libro del doctor en historia David Piñera Ramírez titulado “Miguel León Portilla: su palabra y presencia en Baja California”. En la contraportada del texto se lee lo siguiente:

“Al lado de la relevante imagen de Miguel León Portilla como estudioso de la cultura náhuatl y humanista, hay otro poco conocido: la de su profundo interés en la historia de la península de la Baja California. De eso trata este libro. Hace referencia a su abundante obra historiográfica enfocada en los grupos aborígenes y en la etapa misional de la región. Así surge el concepto de California Mexicana que él acuñó, para poner de manifiesto que el nombre California se aplicó originalmente al sur de la península y luego se fue extendiendo hacia el norte hasta llegar a Los Ángeles y San Francisco, pertenecientes en su momento a México. En esa virtud, poniéndose por encima del atraco sufrido en 1848, León Portilla, con un sentido histórico nacionalista, ondea la bandera de la California Mexicana”.

En el capítulo “Su sentido de Baja California como unidad peninsular” David Piñera dice: “Si bien los ámbitos del sur y el norte de la Baja California en la actualidad son muy distintos, en el fondo constituyen una unidad geográfica e histórica… En ocasiones las circunstancias lo orientaron a visitar con más frecuencia la parte norte de la península, lo que pareciera que se olvidaba de la otra, pero la realidad es que nunca perdió ese sentido de unidad peninsular”.

Consecuente con la cita anterior, el autor recrea la estancia de León Portilla en nuestra entidad, la que recorrió visitando las misiones jesuitas acompañado de su esposa y el valioso respaldo que dio origen al Archivo Histórico de la ciudad den La Paz. Recuerda su asistencia a las Semanas de Información Histórica efectuadas en el sexenio de 1981 a 1987, así como su visita a nuestra capital a fin de recibir el grado Honoris Causa de la UABCS, en el año de 2016.

El autor no menciona la presencia de León Portilla en el pueblo de Loreto con motivo de los 300 años de su fundación en el año de 1997. En esa ocasión presentó su libro “Loreto, capital de las Californias. Las cartas fundacionales de Juan María de Salvatierra”. Allí estuvieron Miguel Mathes y doña Carmen Boone Canovas, entre otros distinguidos visitantes.

León Portilla fue autor de interesantes libros sobre Baja California, entre ellos “La California Mexicana. Ensayos acerca de su historia” y “Testimonios Sudcalifornianos”. Pero su obra principal fue el rescate de los manuscritos del padre Miguel del Barco y la publicación de ellos bajo el título de “Historia natural y crónica de la Antigua California”.

Eligio Moisés Coronado cuenta una anécdota ocurrida durante su visita a los pueblos y misiones en el año de 1969. Cuando llegaron a la misión de San Francisco Javier, León Portilla se acercó a la iglesia llevando en sus manos un ejemplar de la Historia Natural y palpando una de sus paredes dijo: “Padre Miguel del Barco, aquí está su libro” Y es que Del Barco estuvo varias décadas encargado de esa misión.

Moisés Coronado —dice Piñera— fue testigo de como aquel hombre excepcional entablaba un diálogo con otro haciendo abstracción de los dos siglos que los separaban. Entendió también que un auténtico historiador vincula el pasado con el instante que se vive y que a la vez da a la historia la vitalidad del presente. 
Noviembre 24 de 2021

jueves, 4 de noviembre de 2021

¿QUÉ NOMBRE LE PONDREMOS?

En el año e 1980 —un poco más de 40 años— Francisco Arámburo publicó el libro “Siluetas de Sudcalifornia” y entre los artículos incluidos está el que llamó ¿Qué nombre le pondremos, matarili, lire, ron? Es un texto que en el mes de diciembre de 1979 salió publicado en el periódico El Sudcaliforniano.

Francisco se refiere al nombre que llevaría nuestro estado después que en 1974 el Congreso de la Unión aprobó esta nueva condición en lugar del antiguo Territorio de Baja California.

Critica el oportunismo del entonces Territorio Norte cuando en 1952 se convirtió en estado con el nombre de Baja California, y aquí nos dejaron igual. Y después, cuando se convirtió nuestra entidad en un estado más de la federación nos bautizaron con el nombre de Baja California Sur.

“Nos dejaron—dice Paco—con un nombre kilométrico, ilógico, injusto y poco práctico. Poco práctico porque en esta moderna época de dinamismo, rapidez, abreviaciones, se impone un nombre conciso, preciso y llano, preferentemente de una sola palabra”.

Respecto al término “baja”, supone la idea de inferioridad, algo de segundo término; una cosa baja está siempre en un plano inferior. Y continúa diciendo “Y respecto a la palabra “sur”, en inglés suena como “sewer” que significa cloaca, cañería”

En esos años hubo opiniones respecto al nombre que debería darse a nuestro estado. Hubo propuestas como Antigua California, California Mexicana, California Sur, Sudcalifornia o tan solo California.

A partir de esa fecha, siempre se ha cuestionado el nombre de nuestro estado, pero ha sido en los últimos años cuando se le comenzó en llamar “Baja Sur” eliminando el término California, sobre todo por los turistas norteamericanos muy dados a los apócopes, aunque por imitación muchos comercios e instituciones oficiales repiten ese desacato.

En crónicas anteriores he dado ejemplos de esta anómala equivocación, como aquel maestro que compuso un poema al que tituló “La juventud y mi Baja Sur” mismo que fue declamado por un alumno en un concurso nacional. O de aquel funcionario de turismo aprobando una manta publicitaria que decía “Bienvenidos a Baja Sur”

En fechas recientes se continúa repitiendo los vocablos Baja Sur para identificar a nuestra entidad. Una empresa automovilista se llama Kia Baja Sur. Y hace días durante un ciclo de conferencias en torno al problema del agua en nuestro estado, un expositor repitió varias veces esos vocablos en lugar de Baja California Sur.

Ante esta pérdida de identidad, diversos historiadores, escritores, periodistas y maestros han levantado su voz para defender que la palabra California no se olvide, ya que ha sido nuestra acompañante desde que Hernán Cortés pisó esta tierra en el año de 1535.

Al respecto, en una ocasión en que un gobernador del estado de Baja California hizo propaganda diciendo “Yo soy Baja” refiriéndose a su entidad, el historiador Carlos Lazcano le replicó en un artículo que tuvo difusión nacional. Además de reprocharle el olvido de la palabra California, lo ilustró de los porqués nunca debemos omitir su nombre que identifica a la península. Así lo dijo “Al desdibujarse el nombre California estamos perdiendo algo fundamental de nuestras raíces históricas y culturales. Los que vivimos en esta tierra no debemos permitirlo”

Carlos Lazcano a través de sus artículos en el periódico El Vigía y de sus libros publicados, siempre ha defendido la identidad de los bajacalifornianos, tal como lo hacen Eligio Moisés Coronado, Rosa María Mendoza, Sealtiel Enciso, Elizabeth Acosta y otras personas que conocen nuestro pasado.

Al hacerlo, no pretendemos restarle importancia a nuestra identidad proponiendo un nombre más breve eliminando los vocablos “baja y sur”; supone la afirmación de los nuestro, ese que durante mucho siglos ha sido el principal motivo de nuestra calidad de habitantes de esta región de México. Y es conservar para siempre la palabra que nos identifica: CALIFORNIA.

Y sí por nuestra postura algunas personas la critican creemos que están en su derecho, aunque a nosotros la historia nos respalda.

Noviembre 03 de 2021.

miércoles, 27 de octubre de 2021

COLÓN Y CORTÉS, DESCUBRIDORES

 En su libro “Bartolomé de las Casas” Bernat Hernández dice que en el siglo XX tuvo aceptación “una forma distinta de escribir la historia, una que, omitiendo la intervención de actores personales, ponía el acento en el análisis de estructuras económicas y demográficas de la sociedad o en la descripción de las condiciones geográficas y climáticas del territorio”.

Y continúa diciendo “Pero muchos son los signos de que esta fuente antes tan copiosa, ha quedado enteramente exhausta y de que conviene ensayar una aproximación de los hechos del pasado que tome en consideración la influencia de determinadas individualidades y de sus comportamientos paradigmáticos. Se trata de recuperar la perspectiva del Ethos personal en la explicación histórica”.

La semana pasada leí un artículo relacionado con Cristóbal Colón y Hernán Cortés escrito por el historiador Carlos Lazcano Sahagún. Los dos —afirma— fueron descubridores, el primero de un continente y el segundo de un imperio indígena dueño de una cultura extraordinaria.

Opiniones contrarias dicen que no fueron descubridores, sino más bien fue un encuentro entre dos mundos, tratando de restarle méritos a esas hazañas, Y es que el acto de descubrir significa hallar lo que estaba escondido o ignorado, sobre todo cuando se trata de las tierras o mares desconocidos.

Cuando Cristóbal Colón descubrió las islas de las Antillas y después en su cuarto viaje recorrió las costas de Costa Rica, Nicaragua y Honduras e incluso tomó posesión de ellas, su propósito inicial fue dar a conocer al mundo las nuevas tierras pobladas de indígenas y las riquezas que encontraron.

Lo mismo sucedió con la expedición de Hernán Cortés cuando se adentró en las tierras de lo que hoy es nuestro país y pudo dar noticias a través de sus Cartas de Relación del vasto territorio que iba descubriendo.

A Colón y Cortés la historia los recuerda a través de innumerables libros y ensayos. Sus vidas llenas de altibajos han merecido la atención de prestigiados historiadores que describen en detalle sus biografías y hechos más significativos.

Ahora que se mantiene una campaña de desagravio hacia los indígenas del continente culpando a los españoles de victimarios, sería bueno, como lo dice Javier Esparza en su libro “La cruzada del océano”, que “la conquista española de América es una de las mayores gestas jamás escritas por pueblo alguno. Lo es por el desafío físico, material, de dominar un territorio tan inmenso. Pero lo es, sobre todo, por los rasgos civilizadores que la conquista trajo consigo.

El libro de Esparza cuenta el descubrimiento, exploración, conquista y población de América desde el primer viaje de Colón en 1492, hasta la culminación de las grandes conquistas y exploraciones. Afirma que el libro aporta ante todo “la voluntad de reconocer la conquista en su justa dimensión. Además, la determinación de escapar, tanto de las leyendas rosas como de las leyendas negras, porque tanto unas como otras no son sino distorsiones de la realidad.

La cruzada del océano fue propiamente una conquista, es decir, una operación de dominio, de poder, y en su crónica surgen inevitablemente los mismos episodios de violencia, depredación y guerra que en cualquier otra conquista de cuantas la historia conoce.

Este libro como otros, dimensiona la importancia del descubrimiento y conquista de América lo que, por otro lado, tuvo la misión de convertir a la fe católica a pueblos que vivían al margen de ella. Fue por eso que junto a la evangelización se prohibió la esclavitud, la protección legal de los indígenas y el mestizaje. El resultado, --dice Javier Esparza-- de todo eso fue un mundo nuevo, un mundo que ya no era en de la cultura amerindia, pero tampoco era una España ultramarina, porque la América muy pronto tuvo su singular personalidad.

Esparza habla de Cristóbal Colón, Magallanes, Pizarro, Hernán Cortés. Al mencionar a este último incluye un capítulo dedicado a California y su descubrimiento. Tal como lo hizo últimamente Carlos Lazcano en su libro “La Bahía de Santa Cruz. Cortés en California”

Octubre 27 de 2021

LUZ, MÁS LUZ

En días pasados, los periódicos locales dieron la noticia que próximamente se construirá el primer parque eólico de La Paz. Su ubicación estará a la altura del kilómetro 35 de la carretera al norte.

Meses antes, una empresa privada construyó los aerogeneradores que ya pueden observarse por los que transitan por esa zona de Los Aripes. El proyecto podrá producir 50 MW que ayudarán a solucionar las deficiencias en el consumo de energía eléctrica.

La empresa responsable —dice la información— es un proyecto comunitario en colaboración con los habitantes del ejido donde se instalará este proyecto, que en breve será capaz de producir energía limpia para los paceños.

Y en esto de la energía limpia, debemos recordar la promesa del presidente López Obrador de instalar una planta de energía eléctrica a base de gas, misma que costará 6 mil millones de pesos. “Para 2023--afirmó—ya no se va a utilizar combustible”. Tal declaración la hizo en la reunión ordinaria de la CONAGO en el mes de febrero de 2020.

De continuar esos programas de energía limpia, se podrán instalar otras plantas eólicas a todo lo largo del estado pero, de preferencia, en las regiones de la Pacífico Norte, donde se han realizado estudios sobre el potencial eólico de esa zona de nuestra entidad.

Todo lo anterior viene al caso por los comentarios en torno a la iniciativa de reforma energética propuesta por el presidente y que ha involucrado a la iniciativa privada, partidos políticos y funcionarios del gobierno federal.

La iniciativa ha generado discusiones respecto a aprobar o no la reforma eléctrica. Al respecto, Carlos Ugalde opinó: “El dilema no es entre el bienestar del pueblo o apoyo a empresas extranjeras; tampoco es entre Lázaro Cárdenas o Salinas de Gortari. El verdadero dilema es entre fomentar energías limpias a bajo costo o darle el monopolio al gobierno para que produzca energía cara (subsidiada) y contaminante”.

Y en esto de las energías limpias la confusión o la falta de conocimientos ha permitido pifias como la reciente de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, quien aseguró que en invierno no puede producirse energía solar o eólica. Pronto encontró respuesta a su equivocación. La mayoría de los paneles solares no son térmicos sino fotovoltaicos. Para estas células fotoeléctricas no necesitan un sol radiante, sino que haya tan solo luz. Y en cuanto a la energía producida por el viento es mayor en invierno que en verano.

El presidente tiene mucho interés en que el Congreso de la Unión apruebe la reforma. En las mañaneras lo ha reiterado, incluso ha solicitado el apoyo de los partidos políticos en especial al PRI , dado que el voto negativo de sus diputados pueden frustrar sus intenciones. Y como opinan muchos, el otrora poderoso partido se deja querer antes de decidirse en pro o en contra.

Pero volviendo al tema actual que representa el déficit de energía eléctrica en nuestro estado, las autoridades siempre han señalado su preocupación insistiendo en la instalación de parques eólicos y solares. En el Plan Estatal de Desarrollo del gobierno anterior presentó como alternativa para solucionar el problema de la “aplicación de nuevas técnicas que se han venido desarrollando para el uso de energías no convencionales, tales como la energía eólica, energía solar, energía de mareas y oleajes”.

Ahora, con nuevas autoridades en el gobierno del estado de seguro continuarán con esos programas de energías limpias, lo que permitirá que empresas públicas y privadas lleven a cabo la instalación de plantas de energías limpias en todo el territorio de nuestra entidad.

Pero existe una traba. Ahora, con la reforma energética propuesta por el presidente esos planes podrán venirse abajo, a menos que los senadores y diputados que nos representan en el Congreso de la Unión voten a favor de las energías limpias. De lo contrario estarán afectando seriamente el bienestar del pueblo de Baja California Sur.

Octubre 12 de 2021

jueves, 7 de octubre de 2021

27 DE SEPTIEMBRE DE 1821

    Hoy, 27 de septiembre, es el día más feliz en la historia de México. Agustín está nervioso y al mismo tiempo seguro de que la mejor forma de ganar es enfrentar el miedo y vivir el momento, o al menos disfrutar su triunfo.

    Decide vestirse de civil no de militar como el resto; lleva pantalones claros, un abrigo negro de terciopelo, sus mejores botas de montar y una camisa de blanco algodón. Hoy Agustín cumple 38 años.

    Avanza desde Tacubaya seguido de su Estado Mayor y comitiva. Vicente Guerrero está ahí con sus hombres, lo mismo que Vicente Filisola, que José Antonio Echávarri y el ya notorio veracruzano Antonio López de Santa Ana.

    A las diez de la mañana llegan a la entrada de la ciudad de México, el arco de piedra donde empieza la calle de Plateros. Ahí lo espera el alcalde José Ormachea. Agustín baja del caballo y estrecha la mano de aquel hombre de patillas grandes.

    —Vine de acuerdo a lo que hemos pactado —dice Agustín

    —Y se quedará con mucho más. Con todo el honor y reconocimiento que se merece, me gustaría entregarle las llaves de la ciudad. Usted entra triunfal como el padre Hidalgo no pudo hacerlo hace once años. Usted logró con la tinta lo que otros no pudieron hacerlo con la pólvora.

    Agustín entra por los portones del Real Palacio como lo había hecho en 1808, pero esta vez no lo hace en secreto. Sube las escaleras de piedra y unos criados lo guían hasta el balcón donde lo espera el virrey. Desde ahí, tanto Agustín como O´Donojú levantan las manos. El pueblo ruge de felicidad.

    —Mexicanos —grita Agustín— ya están en el caso de saludar a la Patria independiente como anuncié en Iguala; ya recorrí el inmenso espacio que hay desde la esclavitud a la libertad y toqué los diversos resortes para que todo mexicano manifieste su opinión escondida. Ya me ven en la capital del imperio más opulento sin dejar atrás ríos de sangre, ni campos talados, ni viudas desoladas, ni desgraciados hijos que llenen de maldiciones al asesino de su padre; por el contrario, recorridas quedan las principales provincias de estos reinos y todas uniformadas en la celebridad, han dirigido al ejército trigarante vivas expresivas y al cielo votos de gran gratitud. Se instalará una junta de gobierno, se reunirán las Cortes, se sancionará la ley que debe haceros venturosos, y yo os exhorto a que olviden las palabras alarmantes y de exterminio y solo pronuncien unión y amistad íntima.

    Tras un aplauso unánime, Juan de O´Donojú con voz temblorosa grita con énfasis “Mexicanos, ha terminado la guerra”.

    Agustín añade: “Mexicanos, ya conocéis el modo de ser libres, a ustedes les corresponde el de ser felices”. (Fragmentos tomados del libro “Iturbide, el otro padre de la patria” de Pedro J. Fernández. Editorial Grijalvo, 2018)

    De hecho la consumación de la independencia dependió del Plan de Iguala, formulado por Agustín de Iturbide el 24 de febrero de 1821. Gracias al mencionado Plan fue posible la conciliación de insurgentes y realistas cómo el paso más importante para la independencia de México.

    Meses antes Iturbide había recibido órdenes del gobierno virreinal a fin de sofocar los movimientos libertarios de Vicente Guerrero, el último caudillo insurgente. Pero ante la imposibilidad de vencerlo, optó por un acuerdo entre ambos buscando el fin de la guerra. Después de varias entrevistas Guerrero aceptó la invitación de Iturbide y fue así como nació el Plan de Iguala. Es histórico que tal acuerdo fue sellado en lo que se ha conocido como el abrazo de Acatempan.

    Cuando el virrey Don Juan O’Donojú llegó a México, Iturbide lo hizo firmar el Plan de Iguala el cual quedó plasmado en los Tratados de Córdoba.

    —Convocad —expresó el virrey— a una junta de Notables que gobierne en caso de que Fernando VII no venga, ponedme en ella y firmaremos el trato. Que sea la junta la que convoque a un congreso y elija un gobernante para la monarquía constitucional que ha planteado. He sido llamado para asegurar la felicidad de esta tierra. Eso haré.

Octubre 6 de 2021

sábado, 18 de septiembre de 2021

UN CUMPLEAÑOS Y CRISTÓBAL COLÓN

    El domingo pasado, con motivo de llegar a los 91 años, mis hijos me invitaron a un desayuno en uno de los restaurantes al norte de la ciudad. Después, al mediodía, mi nieta Martha y su esposo Carlos me ofrecieron una comida en otro lugar especializado en platillos españoles.

    En la sobre mesa Martha me regaló un texto escrito por ella, bajo el título “91 y contando”. Es de una sola página y entresacando unas frases de su contenido, dice: “Cuando llego sin avisar entro sigilosamente revisando cada una de las habitaciones, mientras el ruido del teclado de la computadora me va guiando. A veces puedo estar detrás de él por varios minutos sin que me perciba, pues es tanta su concentración que su mundo exterior desaparece. Crónica tras crónica, relato tras relato, sus dedos tienen que ser más rápidos que su imaginación. Y como siempre, con un cálido beso lo sorprendo. Y ahí está su sonrisa que sin decirme nada me dice mucho”.

    Al término de la comida y con una taza con café en la mano, surge la pregunta: “Abue, ¿Por qué el gobierno de la Ciudad de México decidió quitar la estatua de Cristóbal Colón del Paseo de la Reforma?”. La pregunta mereció una somera explicación de las justificaciones dadas por las autoridades capitalinas, de que Colón formó parte de los conquistadores españoles que diezmaron y esclavizaron a los indígenas no sólo de México sino de todo el continente americano a partir de 1492, año en que Cristóbal Colón descubrió América.

    Al igual que Colón otros, como Pedrarias Dávila, Cristóbal de Olid, Nuño Beltrán de Guzmán, Hernán Cortés y Francisco Pizarro, fueron los causantes de la muerte de miles de indios, después de someterlos a una esclavitud generadora de riquezas para beneficio de España.

    Desde luego, tal apreciación carece de validez histórica. El escritor José Javier Esparza es enfático al afirmar: “Los excesos de la literatura indigenista nos han vendido la imagen del pérfido depredador español que llega a las Indias a explotar al buen indio que dormitaba tranquilamente en su bohío. Es una imagen ridícula. Primero y ante todo, los indios son tan protagonistas de la conquista como los propios españoles”.

    Y en verdad, Colón logró instalarse en La Española con la ayuda de los tainos. Cortés nunca hubiera podido apoderarse de Tenochtitlan sin la fuerza que representaban los tlaxcaltecas, o bien Pizarro quien conquistó el imperio inca acompañado de los tallanes, huancas y los chachopoyas. Estos grupos indígenas se unieron a los españoles porque eran explotados por los aztecas y los incas. Y es que como dice Javier Esparza, las comunidades amerindias eran sociedades muy conflictivas, muy violentas, donde unos pueblos sometían a otros sin la menor compasión.

    Octavio Paz, nuestro premio nobel de Literatura, dijo al respecto: “Los españoles y los portugueses unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos y guerreaban entre ellos. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Si las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas”.

    Opiniones como las anteriores debieron ser consideradas por las autoridades que pretenden quitar la estatua de Cristóbal Colón del Paseo de la Reforma. Además de que el Almirante debe ser considerado como el autor de una hazaña sin precedentes, al llegar a un continente que cambió definitivamente la realidad geográfica del mundo de ese entonces.

    Cristóbal Colón, tal como lo dice Samuel Eliot Morison, merece por ese hecho histórico el reconocimiento de la América Latina. Aparte de otras cualidades, fue un extraordinario navegante. “Como marino y navegante fue el más grande de su época. Jamás un título fue más justamente conferido que aquel que más celosamente conservó, el de Almirante del Mar Océano”.

    Así es que brindemos porque Colón vuelva a su sitio, ese que forma parte desde hace dos siglos de la fisonomía cultural de la ciudad de los palacios. 

Septiembre 15 de 2021

sábado, 11 de septiembre de 2021

EL ÚLTIMO INFORME PRESIDENCIAL

     A ocho días del tercer informe del presidente López Obrador, aún se sigue comentando su contenido, los avances en el desarrollo del país, así de cómo el gobierno ha enfrentado las situaciones críticas como la pandemia, la inseguridad, el deterioro económico, la delincuencia organizada, el narcotráfico, entre otros aspectos.

    Voces críticas de políticos, periodistas y corrientes de opinión pública, afirman que los logros del gobierno de la 4T no son como lo dice el informe, sino más bien adolecen de veracidad y que sólo se ha buscado mantener la confianza en un gobierno que no ha podido rendir buenas cuentas a los mexicanos.

    El hecho de que ocupemos el cuarto lugar mundial por decesos debidos a la pandemia del Covid-19 no es para sentirnos orgullosos; la muerte de cien mil personas a manos de la criminalidad rebasa los límites de seguridad de la población; los feminicidios en aumento, los altos índices de pobreza y las deficiencias en la atención a la salud de niños y adultos, son aspectos que no fueron tomados en cuenta en el informe presidencial. Al contrario, como bien lo dice una corriente de opinión del periódico El Universal, el presidente invoca en su informe “un país lleno de justicia, de éxitos de riquezas y, sobre todo, de futuro, de esperanzas, de un mejor mañana. Es una lástima que los ciudadanos de esa utopía sólo habiten en su cabeza”.

    Por allá del año de 1980, compré el libro “Utopía” de Thomas Moro, en el que el autor imagina una isla desconocida en la que se llevaría a cabo la organización ideal de la sociedad; una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en plena armonía. Desde luego no es la utopía a la que aspira nuestro presidente, sino más bien se asemeja a la distopía porque la sociedad que él pregona es ficticia, irrealizable en sí misma.

    Las distopías se conocen porque son propias de gobiernos tiránicos, deshumanizados y por llevar a los pueblos a graves crisis de crecimiento. Por supuesto, es atrevido afirmar que lo anterior es lo que está sucediendo en nuestro país por culpa del presidente, aunque sí podemos repetir lo que escribiera Luis Cárdenas en un artículo reciente: “Preocupa, lejos del síndrome de Hubris, que el presidente que más conoce la realidad de su pueblo, se empeñe en cegarla por su propia arrogancia”. Y es que la palabra hubris significa precisamente arrogancia. Se caracteriza por un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, la aparición de excentricidades y desprecio hacia las opiniones de los demás.

    Resulta difícil ¿o fácil? encuadrar al presidente dentro del síndrome de hubris, pero las características de ese trastorno quedan como anillo al dedo al primer mandatario, al menos por su comportamiento político: alejamiento progresivo de la realidad, desprecio por los consejos de quienes lo rodean, el rival debe ser vencido a cualquier precio.

    La realidad que hoy vive nuestro país no es la misma que difunde nuestro presidente; lo contradicen los altos índices de la criminalidad, el aumento de contagios por la Covid-19, la economía en declive, la inseguridad en la población.

    El presidente sólo escucha su propia voz. Tenía en su gabinete funcionarios capaces de reorientar el rumbo con sus opiniones, pero las despreció e incluso los obligó a renunciar. Un secretario de Hacienda, un director del Seguro Social y un consejero jurídico son los casos más notables.

    Su lucha de cuartel contra los periodistas y medios de información se ha llegado al extremo acusándolos de conservadores, neoliberales y enemigos de la 4T. Sus ataques personales no llevan otro fin que acabar con la oposición que representan. Si no que lo digan Loret, López Dóriga, Camín. Y de los periódicos y revistas ni se diga. El Universal, Reforma, Nexos, Letras Libres, que son exorcizados diariamente por el presidente López Obrador.

    Quizá el síndrome de hubris resaltó cuando a la mitad del informe, el presidente exclamó con voz más alta que de costumbre “¡Tengan para que aprendan, tecnócratas!” La arrogancia en vivo. 

Septiembre 8 de 2021

jueves, 26 de agosto de 2021

UN LIBRO SIN SUERTE

    En el año de 2019 escribí un libro al que le puse por título Relatos Mañaneros, en el que incluí 30 narraciones de temas diversos que van desde Las plantas milagrosas hasta Joaquín Murrieta, pasando por El miedo no anda en burro y El jorobado y las caguamas.

    En sexenios pasados, el Gobierno del Estado a través de la Dirección de Cultura y después del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, incluyeron dentro de sus actividades la edición de libros y revistas de autores locales, razón por la cual se convirtieron en los salvavidas para los escritores que deseaban que publicasen sus textos, literarios en su mayor parte.

    Así es que solicité tomaran en cuenta mi texto para que se editara en el 2020. Hasta eso que lo aceptaron, pero por alguna razón no fue posible incluirlo, a pesar de que fue revisado y corregido por una comisión formada exprofeso. Cuando pregunté a la responsable de fomento editorial del ISC, me aseguró que este año de 2021 mandarían editar mi libro a la Ciudad de México.

    Pasaron los meses y a mediados del año, con eso de que la espera desespera, acudí a la oficina del Fomento Editorial para preguntar por mi libro y la respuesta me dejó decepcionado y triste. De nueva cuenta no fue posible editarlo porque la Secretaría de Cultura redujo el apoyo presupuestal que año tras año destinaba a las actividades de creación artística, en particular la literaria.

    Así es que el original de mi libro siguió durmiendo en una de las gavetas de mi biblioteca. Creo que lo mismo pasó con las obras de otros escritores que enviaron sus originales al Instituto. Seguramente piensan y yo también que lo peor que puede pasarle a un escritor es crear algo y no pueda publicarse.

    En nuestra ciudad existen instituciones con talleres gráficos como la UABCS, el COBACH, CICIMAR pero son de uso particular. En el municipio de La Paz funcionaba una imprenta en años anteriores y en ella, además de la papelería oficial, editaba libros y folletos relacionados con la historia y la cultura de esta región y del estado en general. En varias ocasiones en esos talleres se imprimieron algunos de mis libros.

    Formando parte del Instituto Sudcaliforniano de Cultura está el Archivo Histórico Pablo L. Martínez. En los últimos años, aparte de sus actividades normales, se ha dedicado a la noble tarea de editar libros de autores sudcalifornianos. Año con año, se han presentado no menos de cincuenta libros de escritores como Eligio Moisés Coronado, Rosa María Mendoza, Gilberto Ibarra, Estela Davis. Raúl Antonio Cota y Elizabeth Acosta Mendía.

    A mi texto original de Relatos Mañaneros se sumó Las Perlas de California escrito a mediados de 2020. Los dos sin muchas esperanzas de su publicación por parte del ISC o del AHPLM, aunque por mi optimismo espero que se tomen en cuenta en la nueva administración estatal.

    Pero también llevado de mi desconfianza, opté por una solución por lo pronto: mandé imprimir 50 ejemplares de la obra Las Perlas de California, mismos que han sido adquiridos por amigos y amantes de la historia californiana. Y hace unos días me entregaron otros 50 libros de Relatos Mañaneros para entregarlos a las personas que se interesen en su contenido.

    He gastado en ellos unos diez mil pesos extraídos de mi modesto ingreso personal, pero lo hice con gusto porque sé que no hay mayor satisfacción de un escritor que ver reflejado en un libro lo que ha creado su imaginación y talento. Y en mi caso, con una vida que se puede acabar en cualquier momento, quise que mis dos últimos libros fueran testigos de mis afanes de escritor. 

Agosto 26 de 2021

miércoles, 25 de agosto de 2021

LA CULTURA Y BRENDA LOZANO

    Días atrás, con el visto bueno de Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, la escritora Brenda Lozano fue designada agregada cultural de la embajada de México en España. Su nombramiento fue con base a sus méritos y desempeño en el medio cultural de nuestro país.

    Brenda es narradora, ensayista y autora de novelas como Todo o nada y Brujas, además de ser articulista en el diario español El País. Editó la revista Make en la ciudad de Chicago e impartió cursos y talleres universitarios y en proyectos de cine y arte contemporáneos.

    En el año de 2015 fue reconocida como una de las escritoras más importantes de México. También forma parte de “Bogotá 89”, una selección de los autores más destacados de América Latina.

    Su designación como agregada cultural en España me hizo recordar a Octavio Paz quien fue embajador de nuestro país en la India en los años de 1962 a 1968. Las experiencias vividas en esa región las tradujo a través de sus textos en verso y en prosa, como el libro “Ladera Norte” y el ensayo “Costumbre de la India”

    En ese último año de 1968, Octavio Paz renunció como embajador debido a la sangrienta represión del movimiento estudiantil de ese año, ordenada por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.

    Otro embajador prestigio nacional fue el escritor Carlos Fuentes, quien lo fue en los años de 1972 a 1976, en Francia, Su fama como novelista e intelectual fueron los méritos para su nombramiento y, por supuesto, supo corresponder con su distinguida actuación en los medios culturales de ese país, ayudando a fortalecer las relaciones entre México y esa nación europea.

    Cuando murió en el 2012, dejó como legado un poco más de 50 libros, ensayos y guiones de cine. Al igual que Octavio Paz, en 1977 renunció al puesto de embajador en protesta por el nombramiento del expresidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador de México en España.

    En uno de los homenajes a Fuentes, el académico de la lengua francesa Jean d´Omerson dijo de él: “Era un hombre de múltiples facetas. No estaba perdido en su mundo como otros escritores. Era un hombre de Estado, un gran periodista como Víctor Hugo o Camus pero, sobre todo, un inmenso escritor”.

    Pero volviendo al caso de Brenda Lozano, después de ser enjuiciada en las redes sociales por su nombramiento y considerarla incapaz de representar a nuestro país en España, y sobre todo, por la descalificación que hiciera de ella el presidente López Obrador, la respuesta de la escritora fue categórica y valiente: “Me encuentro en medio de una guerra política y lucha de poder. Todo esto no tiene que ver conmigo porque siempre he estado a favor de la libertad de expresión y el pensamiento crítico”.

    Dicen los que saben y no son pocos, que en realidad es la lucha de facciones, entre los grupos que respaldan a Claudia Sheinbaum como a Marcelo Ebrard, pretensos a candidatos a la presidencia de la república en el 2024. Y que por medio del periodista servil Pedro Salmerón, tal nombramiento ha servido como “anillo al dedo” a fin de desacreditar las aspiraciones del actual secretario de Relaciones Exteriores.

    Enrique Márquez quien renunció como director ejecutivo de Diplomacia Cultural de la SRE y quien fue el que le extendió el nombramiento a Brenda, salió en defensa de ella. Así lo dijo: “No soy partidario de incursionar en los espacios malsanos de la miseria de la política que parece querer apoderarse del país y específicamente de los espacios de la cultura. Lo desesperante es que esa guerra sucia se ha volcado de un modo inadmisible por bárbara e injustificada en contra de Brenda Lozano que representa la nueva inteligencia social con la que las mujeres y los jóvenes están buscando un mejor futuro para México”.

    Cuando este artículo aparezca en el periódico El Sudcaliforniano, el resultado de esta intriga quedará a favor de uno de los contrincantes. Ya veremos. 

Agosto 25 de 2021.

miércoles, 18 de agosto de 2021

LA CIENCIA, SIEMPRE LA CIENCIA

    Años atrás siempre me había gustado leer los artículos relacionados con la ciencia que aparecían en el periódico Milenio de la Ciudad de México. El responsable era Martín Bonfil Olivera de la dirección general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.

    En uno de sus artículos afirmaba que contrariamente a lo que muchas veces se escuchaba, la ciencia no es siempre fácil ni divertida. Por el contrario, es una labor exigente, superespecializada y agotadora, llena de obstáculos y desengaños.

    Toda sociedad que aspire a ser moderna debe garantizar a sus ciudadanos el acceso a la educación y la cultura, y a ese producto del intelecto humano que llamamos ciencia. El acceso a la cultura científica es un derecho de todos y una labor de importancia estratégica de cualquier país.

    Consecuente con estos objetivos, en el CIBNOR establecido en nuestra ciudad de La Paz, existe un departamento que lleva adelante el programa de acercamiento de la ciencia a la educación (PACE) con actividades como los videogramas Inmuno-peques divulgado a nivel nacional, Mamita, un coronavirus me quiere comer, editado en un folleto, Edukatina, Taller científico dirigido a los niños y recientemente la próxima edición de un libro dedicado a los alumnos de tercer grado de educación primaria: Mujeres científicas de Baja California Sur, en colaboración con la SEP estatal.

    Lo que está haciendo el CIBNOR para acercar la ciencia a la educación, nos lleva a las investigaciones en torno a la pandemia del Covid-19 y las consecuencias que pueden tener en los niños y jóvenes ante el inminente regreso a las escuelas en el mes de septiembre.

    Los conocimientos científicos han demostrado que no bastan los cubrebocas, la sana distancia y el aseo constante, sino que se debe tener en cuenta un ambiente ventilado en los salones de clases. El regreso a las escuelas sin tomar en cuenta la ventilación, puede originar una serie de contagios capaces de enfermar a los niños, los maestros, los padres de familia.

    El doctor en química, catedrático de la universidad de Colorado en los Estados Unidos, José Luis Jiménez, es un reconocido especialista en aerosoles, esas pequeñas partículas que flotan en el aire y son los principales transmisores de Covid-19 que está asolando a la humanidad. Dice el doctor Jiménez que la inhalación es el principal medio de contagio del nuevo coronavirus en su variante delta. Cuando alguien tose, habla o incluso respira, lanza pequeñas gotas al aire circulante; las más pequeñas pueden flotar en el aire durante horas y existe una fuerte evidencia de que pueden portar coronavirus vivos si esa persona está infectada.

    Si el regreso a clases presenciales se lleva a cabo en recintos cerrados no son suficientes el cubrebocas o la limpieza y desinfección de las escuelas. Es indispensable el uso correcto del cubrebocas y purificar el aire de los salones a fin de evitar los contagios. Usar cualquier cubrebocas o un pañuelo como lo recomendó el sabio de la 4t, no sirven. Para lograr la filtración de aerosoles es indispensable adquirir cubrebocas KN95 o bien N95 que pueden ser proporcionados por la SEP.

    Pero la ventilación juega un papel importante para evitar los contagios, Es necesaria una ventilación cruzada con un mayor flujo del aire desde el exterior remozando así el aire del interior de los salones de clases. Además, a fin de asegurarse de la ventilación adecuada se debe controlar mediante el uso de medidores del dióxido de carbono (CO2) producido al expirar y que puede acumularse y ser inspirado por otros. Para evitarlo se requieren medidores de CO2, así como purificadores de aire que deben ser utilizados por los maestros. Sin ellos el peligro del contagio del covid-19 en los alumnos será un peligro latente que la SEP debe evitar, si desea que los alumnos regresen a las clases presenciales. 

Agosto 18 de 2021.

miércoles, 11 de agosto de 2021

    A inicios de esta semana Jesús Flores Romero, antiguo militante del PRI y candidato a ocupar la presidencia de ese instituto político en nuestro Estado, dijo en una entrevista: “Hoy el respeto a la militancia y consejeros nacionales, estatales y municipales así como los sectores y organizaciones, es indispensable para construir el partido político que necesita el pueblo de Baja California Sur.”

    Sus palabras me hicieron recordar otras, pronunciadas por Rosario Guerra. Ella dijo: “Hay que evitar que las decisiones sean copulares en las que el grupo dirigente no toma en cuenta el bien del país o del partido sino tan solo su futuro político. Lo que el líder del PRI debe hacer es reunirse con todos los priistas, limar asperezas, motivar la unidad, dejar que se refunde el partido sobre bases democráticas que consoliden militancia y votos”.

   Sobre bases democráticas. En efecto, como dijera en una ocasión el ensayista británico Edward Morgan Forster, una democracia donde prevalezca el respeto que todos nos debemos; cuando se da esa voluntad de convivencia se puede dialogar y debatir. Se puede escuchar y ser escuchado. Esa civilidad no tiene por qué derivar en una coincidencia de opiniones, pero si hay buena fe se siembra al menos la duda que es la semilla de la verdad.

 La posición de Jesús es oportuna y valiente. Ante el peligro de seguir perdiendo militantes refugiándose en otros partidos, es urgente la refundación que fije los rumbos adecuados y reactive la militancia partidista, convencidos de ser un partido de oposición y por tanto agresivo y contestatario.

    Pero aún hay más. En los graves momentos que vive el partido se requiere de dirigentes capaces y de experiencia política probada. En el PRI estatal existen cuadros de suficiente capacidad, seguros de sacar adelante los principios y programa de acción y, sobre todo, devolver la confianza a los miles de ciudadanos que siguen leales a este partido.

   Aunque en una democracia todos tienen derecho a participar, lo cierto es que en estos tiempos cruciales vale más la experiencia que los tanteos de la juventud, sobre todo con aquellos que por decisiones cupulares ocupan puestos de dirigencia sin antes haber pasado por los escalones de una carrera política como son los comités seccionales, los sectores y los comités municipales.

    En este mes de agosto, de acuerdo con la convocatoria emitida por el CEN del PRI, los consejeros nacionales, estatales y municipales —unos 400— darán su voto a favor de la planilla para presidente y secretario general del partido en nuestro estado. Y será la Comisión Estatal de Procesos Internos la responsable de organizar, conducir y validar el proceso.

    A juicio de varios militantes la convocatoria pone varios requisitos para los que aspiren a esos cargos, uno de los cuales es conseguir determinados porcentajes de apoyo de las organizaciones del partido. Otro, el proselitismo se hará con recursos propios y aportaciones o donaciones de origen lícito. Y ante esto último, nos preguntamos ¿Cuánto capital necesitará un candidato para llevar a cabo sus actividades de campaña?

    En fin, llueva o truene, con dedazo o sin él, habrá cambio de directiva en el PRI estatal. Ojalá y los elegidos estén a la altura de los cambios que necesita el partido, sin sometimientos y con plena libertad para encauzarlo hacia metas definidas, pero sobre todo encarando verdades y resentimientos debido a las malas decisiones políticas del pasado reciente.

    El PRI en las pasadas elecciones demostró que es una fuerza capaz de enfrentarse con éxito al partido en el poder, y que con unidad de propósitos puede lograr cambiar el rumbo equivocado de la administración pública que hoy gobierna nuestro país.

    Así es que una gran parte de esa responsabilidad recaerá en la Comisión Estatal de Procesos Internos, cuyo fallo de las elecciones deberá estar apegado a principios democráticos, con equidad y transparencia. Como debe ser.

Agosto 11 de 2021

miércoles, 4 de agosto de 2021

LA PAJA EN EL OJO

    ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. (San Lucas, 6:41-42).

    Alberto Moravia fue un escritor italiano del siglo pasado. Es autor de novelas como El Conformista y El aburrimiento. Esta última refleja las tensiones íntimas provocadas por el autocomplaciente mundo burgués. Es el retrato de un hombre contemporáneo sin valores, ni sostén. Es una reflexión sobre la dificultad de otorgar un sentido inequívoco a nuestra conducta.

    Hago mención de este escritor italiano porque en sus reflexiones políticas expresó que “curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos de los gobiernos que ha votado”. Y de ahí nace el eterno dilema de si los gobernantes son el reflejo del pueblo o sí, por el contrario, el pueblo es el reflejo de sus gobernantes.

    Por supuesto un gobernante lo es porque una parte mayoritaria del pueblo confió depositando su voto a favor de él, con la esperanza de una mejor forma de vida en lo económico y en lo social. En tal sentido el gobernante debe ser el reflejo de ese pueblo y cumplir con los compromisos contraídos en sus periodos de campaña.

    En cambio cuando un pueblo o parte del mismo pretende que sus deseos se reflejen en el gobernante, haciendo caso omiso al poder de las instituciones, entonces se puede dar lugar a la anarquía, en que la violación de las leyes se vuelca en decisiones populares. Es el caso de las consultas apoyadas en lo que pueblo sabio decida

    Por razones un tanto arbitrarias, algunos jefes de estado utilizan la llamada democracia directa o participativa a fin de solicitar la opinión sobre asuntos delicados que atañen al buen desempeño de un gobierno, ya sean políticos, económicos o sociales e incluso jurídicos, como las reformas a la constitución.

    La consulta del pueblo en casos especiales es necesaria. En el siglo pasado y principios del actual, se han dado casos de consulta como la de 1986, cuando España ingresó a la organización del Tratado del Atlántico Norte. O en 1988 cuando se llevó la consulta al pueblo chileno para decidir la salida o permanencia del dictador Augusto Pinochet. Y también en 1992, cuando los países de Europa tuvieron que aprobar el uso de una moneda común. Por último, en 2016 donde los británicos debían optar por permanecer a la Unión Europea.

    Las anteriores fueron consultas de trascendencia histórica, avaladas por las instituciones vigentes en esos países. En cambio ha habido otras carentes de legalidad efectuadas por decisiones autoritarias de gobernantes.

    Un caso particular es la consulta verificada el 1º de este mes de agosto en nuestro país, autorizada por la Constitución. Se pidió al pueblo de México decidir si estaban de acuerdo a “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos”. De antes ya se sabía la intención soterrada de la consulta: llevar a juicio a los expresidentes, como lo externaron en diversas ocasiones las autoridades del gobierno, el partido Morena y los serviles amparados en los medios de comunicación.

    A fin de cuentas la consulta no dio los resultados esperados. A lo mejor el pueblo sabio ya abrió los ojos y es por eso del fracaso de la mencionada encuesta. Un fracaso que costó 500 millones de pesos que hubieran podido servir para proteger la salud de los niños de México.

    Cuando tratamos de enjuiciar los excesos de gobiernos anteriores—priistas y panistas—olvidamos que también se dan casos parecidos en el gobierno actual. Los actos de corrupción, el nepotismo, la riqueza inexplicable y una pésima administración pública, demuestran que también es necesario juzgar a los responsables de este estado de cosas, pues de lo contrario los caminos equivocados llevarán a nuestro país a la ruina.

    Conviene recordar que cuando nos erigimos en jueces de los demás, estamos viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro.

Agosto 04 de 2021.

miércoles, 28 de julio de 2021

DIVIDE Y VENCERÁS

    Cayo Julio César fue un dictador romano que gobernó desde el año 27 A. C. hasta el 14 D. C. año también de su muerte. De sus hechos uno de los más conocidos fue, cuando tratando de apoderarse de una región sublevada, se atrevió a cruzar el río Rubicón y pronunciar la frase “Alea jacta est” (la suerte está echada).

    Aunque también el momento de su asesinato y pronunciar la frase “¿Tú también, Bruto?”, dirigida a un miembro de su familia. Lo que no se conoce mucho es como estratega militar solo comparable con Alejandro Magno y Napoleón. Y de que también fue un historiador latino al igual que Salustio y Tito Libio.

    Julio César fue el narrador de sus propias hazañas en las diversas batallas que libró durante su vida, entre ellas la conquista de las Galias que le merecieron el reconocimiento del pueblo romano.

    Otra faceta desconocida de Julio César fue su comportamiento personal. Philipp Vanderberg en su libro “César y Cleopatra” dice que era un tanto afeminado, pues sus vestimentas y actitudes amaneradas lo identificaban como homosexual, aunque más bien fue bisexual dado las innumerables mujeres que pasaron por su recámara.

    Prueba de ello es su relación amorosa con Cleopatra, una princesa de origen macedonio, a quien César la elevó al trono de Egipto, ordenando que se considerara divina su imagen como la diosa Venus. Ambos, dice Vanderberg, mantuvieron una intensa relación que cambiaría el curso de la historia. Vale la pena leer el libro citado.

    Cuando Julio César enfrentó a un grupo de pueblos unidos en una liga opuesta al poder de Roma, luego de vencerla surgió el problema de cómo controlar esos grupos a fin de que no constituyeran un peligro. De ahí nació la idea de tener el control de ellos y su territorio, fragmentando el poder de los grupos existentes, de tal forma que no pudieran unirse en busca de un objetivo común y tenerlos así sojuzgados.

    Se atribuye a Julio César la frase “Dívide et impera” (divide y domina) con la que, si alguien desea controlar un gobierno con mínimo esfuerzo, debe crear confusión dividiendo al pueblo entre buenos y malos. Esta estrategia permite a un gobierno despótico mantener el dominio de una población más o menos numerosa.

    Esta, digamos máxima, ha sido aplicada por numerosos dictadores tanto en épocas pretéritas como en las más recientes. Los ejemplos los dan el gobierno de Hitler defendiendo a la raza aria opuesta a otras como la judía, lo que causó millones de sacrificados en los hornos crematorios de la Alemania nazi. O el más reciente en la dictadura del país de Cuba, donde el poder se aseguró dividiendo al pueblo en gusanos y revolucionarios. Por cierto, en el último movimiento social del 11 de julio, los grupos contrarios al régimen, así como la prensa extranjera y los mismos cubanos en rebeldía, han dado a conocer las pésimas, por no decir terribles condiciones, económicas, políticas y sociales en que vive ese atrasado país.

    Y como siempre, Enrique Krauze, con sus opiniones proféticas, expuso la vergonzosa situación del pueblo cubano, en un análisis crítico escrito en el mes de julio del 2015, al que llamó “La nueva Cuba”. Y también de otros como Pablo Hiriart en su artículo reciente “Los defensores de la tiranía”.

    No podemos olvidar también el uso del “Divide y vencerás” por el presidente de México. Desde el principio de su mandato ha desunido a los mexicanos en fifís y pobres, en neoliberales y transformadores, en los neoliberales causantes de todos los males que sufre nuestro país y los que desean su progreso.

    La encuesta próxima del 1º de julio así lo demuestra. Dividir a los mexicanos en su afán de enjuiciar a los expresidentes, no es otra cosa que mantenerse en el poder tal como lo hizo en su tiempo el dictador Julio César. Afortunadamente el pueblo sabio como lo llama no responderá a su intento divisionista.

Julio 28 de 2021

miércoles, 21 de julio de 2021

“LA CARGADA” EN LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL

    Una característica que permeo años atrás, de 1929 al año 2000, fue la elección del candidato a la presidencia de la república. En ese largo período los presidentes en turno elegían a su sucesor apoyándose en el partido hegemónico el PNR, después en el PRM y por último en el PRI.

    De esa forma y por el clásico “dedazo” salieron electos Pascual Ortiz Rubio, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.

    A partir del año dos mil, con la participación de otros partidos como el PAN y el PRD, la preeminencia del presidente disminuyó, y aunque todavía intervino en la selección del sucesor, la decisión no tuvo la suficiente fuerza política para lograr el triunfo en las elecciones.

    La oposición cambio el panorama político de México. El PAN obtuvo la presidencia en los dos sexenios siguientes con Vicente Fox y Felipe Calderón. En el 2012 el PRI volvió al poder con Enrique Peña Nieto. Ahora, bajo la presidencia de López Obrador, fundador y dueño del partido Morena las cosas vuelven a ser como antes, es decir, ha divulgado los nombres de los funcionarios que pueden aspirar a sucederlo después que termine su mandato en el 2024.

    Pero ahora, por las señales emitidas, el presidente tiene preferencia por Claudia Sheinbaum, la jefa de la Ciudad de México y por Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores. Muy al contrario de la forma como se seleccionaba el candidato en los tiempos del PRI.

    Durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz buscaron la oportunidad Emilio Martínez Manautou, secretario de la Presidencia; Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda; Alfonso Corona del Rosal, jefe del Departamento del Distrito Federal y Luis Echeverría Álvarez, secretario de Gobernación. El 20 de octubre de 1969, el entonces presidente del PRI, Alfonso Martínez Domínguez escuchó la decisión presidencial: “Nos vamos con don Luis, porque tiene talento, corazón y valentía”. Y la maquinaria se echó a andar.

    Un caso más sucedió en el período de gobierno de Miguel de la Madrid. Los funcionarios que sonaban eran Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda; Alfredo del Mazo, secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal; Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación; Carlos Salinas de Gortari, de Programación y Presupuesto; Miguel González Avelar, de la SEP; Sergio García Ramírez, Procurador General de la República y Ramón Aguirre Velázquez, jefe del Departamento del Distrito Federal.

    Los medios de comunicación y los grupos de apoyo de los pretensos originaron una serie de confusiones, pues primero dieron por seguro a Alfredo del Mazo, pero luego aseguraron que el bueno sería García Ramírez. Al final, el presidente de la Madrid escuchó la opinión de Fidel Velázquez, líder de la CTM: “Señor presidente, los trabajadores de México estamos conscientes de la capacidad del licenciado Bartlett y también sentimos que el licenciado Salinas de Gortari es un excepcional mexicano y muy capaz en las cuestiones de política económica…

    Hizo una pausa e intentó proseguir, pero el presidente lo interrumpió: “Gracias don Fidel, me es grato coincidir con ustedes de que el licenciado Salinas es el mejor preparado para enfrentar los difíciles retos del próximo sexenio”. Y allá, en la sede del PRI, Jorge de la Vega Domínguez daba la noticia a los cientos de militantes reunidos: “Nuestro partido y los sectores campesino, obrero y popular han decidido designar como su candidato a la presidencia de la república al licenciado Carlos Salinas de Gortari”. No era la noticia esperada, pues todos creían que el elegido sería García Ramírez.

    El 6 de julio 1988 se llevaron a cabo las elecciones y los oponentes de Salinas fueron Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional, Manuel J. Clouthier del PAN y Rosario Ibarra del PRT. Los resultados fueron muy discutidos, ya que luego del triunfo de Salinas, acusaron al gobierno de fraude con el famoso “se cayó el sistema”. Y el principal acusado fue el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz.

    Volviendo el tema de los destapados por el presidente López Obrador, los analistas políticos aseguran que es un nuevo distractor a propósito a fin de olvidar los graves problemas de inseguridad que vive nuestro país, y la ocupación de varias regiones a manos de los cárteles. Para eso están sirviendo las “corcholatas”

Julio 21 de 2021. 

jueves, 15 de julio de 2021

LA POPULARIDAD Y EL PODER

     En el año de 1994 adquirí un libro titulado “El pueblo por escrito” de Genevieve Bolleme. Es un texto de 250 páginas con numerosos pies de páginas que hablan de la exhaustiva investigación que realizó la autora.

    Hace poco más de veinte años lo popular está de moda en la literatura, en la lingüística, en el folclor y en la historia. De esta última Genevieve hace referencia a los alcances que tiene lo popular en los dominios del poder y de la política.

    En el año de 1779, Denis Diderot en la Enciclopedia escribió: “Se denominan populares a quienes buscan atraerse la buena voluntad del pueblo. En todos los estados libres, siempre se ha desconfiado de los hombres populares”. Y refiriéndose al pasado expresó: “Los tiranos más odiosos que han oprimido a Roma no dejaban de hacerse populares por las diversiones que procuraban a un pueblo que les perdonaba todos sus excesos siempre que hubiera pan y circo”.

    En el mundo actual existen muchos mandatarios que utilizan los términos pueblo y popular como justificación de sus actos de gobierno. El mismo presidente de nuestro país sostiene su poder en alianza con el pueblo bueno, el pueblo sabio que lo apoya en las buenas y en las malas. Apoyándose en él toma decisiones contrarias a la ley y los derechos humanos, con una frase lapidaria: “Que el pueblo decida”.

    Lo que no debe ignorarse es el uso que se hace de las palabras pueblo y popular a sabiendas de su ambigüedad, pero que son útiles para fines políticos pues se repiten y con ellas se llevan a cabo movilizaciones, protestas y adhesiones ingenuas, y todo por acrecentar y conservar el poder.

    En Latinoamérica, por no hablar de países europeos como Alemania e Italia en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Venezuela, Brasil y Cuba bajo el régimen de Chávez, Lula y Fidel Castro buscaron atraerse la buena voluntad del pueblo. Por supuesto se olvidaron que en los estados democráticos siempre se ha desconfiado de los hombres populares.

    Sin embargo la popularidad llevada al extremo conduce a los populistas a una pasión desenfrenada buscando a cualquier precio los aplausos del pueblo, o bien de aquellos que conforman y divulgan la opinión pública.

    Es por eso de la constante comunicación con el “pueblo bueno” como lo llama nuestro presidente, y que da lugar a sus repetidas visitas a ciudades y pueblos de nuestro país. Y uno de sus argumentos para lograr ese apoyo es culpar a los anteriores gobiernos de los atrasos en el desarrollo de México, un tema recurrente en todas sus apariciones públicas a tal grado que esa constante cantaleta llega a considerarse verdad.

    Al respecto, Luis Antonio Espino (Letras Libres) dice que las palabras pueden ser como pequeñísimas dosis de arsénico, nos las vamos tragando sin darnos cuenta, y parecen no tener ningún efecto, hasta que después de un tiempo la reacción tóxica aparece. Y remata: “Nadie que diga sentir amor por el pueblo pueda desear que una parte de la sociedad sea odiada por otra”.

    Otro ensayista apellidado Sade fue más incisivo: “Cuantos nombres célebres existen elevados a la apoteosis por el pueblo, que luego la historia ha cubierto de un profundo desprecio. La manía de hacerse popular ha perdido a un gran número de personas inteligentes y, en diversas épocas, los gobiernos se han lamentado de los resultados funestos que les han procurado esos hombres que amaban menos el Estado que su popularidad”.

    Así es que no se debe confiar en el exceso de popularidad y la confianza en el pueblo sabio. No por nada, pero es bien sabido que éste es celoso, irritable, frívolo y, sobre todo, inseguro en sus convicciones. Lo comprueban los resultados de la pasada elección en la que una gran parte de la ciudadanía de la Ciudad de México dio la espalda a un presidente, quien siempre aseguró que el pueblo estaba de su lado.

    La popularidad es un arma de dos filos: se obtiene con las promesas, pero se pierde cuando no se cumplen. Es el caso México cuando se prometió acabar con la corrupción y la delincuencia organizada; cuando ha aumentado la pobreza y la economía está en su peor momento. Tarde que temprano el pueblo saldrá del engaño y esa popularidad rodará por los suelos. No falta mucho.

Julio 14 de 2021

jueves, 8 de julio de 2021

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

    “Artículo 19” es una organización independiente de derechos humanos que trabaja alrededor del mundo para proteger y promover el derecho a la libertad de expresión. Ese artículo aparece en la Declaración de los Derechos Humanos que dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones y el de difundir sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

    Este derecho aparece en la mayoría de las constituciones de los países incluyendo a México, aunque en los momentos actuales tal parece que se está olvidando. Países gobernados por dictadores siempre han obstaculizado las corrientes críticas de opinión poniendo diques a empresas y periodistas o en el peor caso exponiéndolos a la picota pública para desacreditarlos.

    Lo anterior viene al caso por un complemento a la información proporcionada por el presidente de nuestro país que todas las mañanas comunica a gran parte de la población. Se trata de “Quien es quien en las mentiras” en el que se pone en evidencia a la prensa de oposición, citando nombres de periodistas críticos del gobierno actual.

    Al respecto, en una reciente reunión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el relator Pedro Vaca dijo lo siguiente: “El problema no es que se cuestione a la prensa, sino que sea la cabeza del Estado la que defina los criterios bajo los cuales la prensa mienta o no. Además de estigmatizar promueve la censura previa mediante la inhibición o el amedrentamiento, afectando así a la libertad de expresión, la pluralidad mediática y el derecho de informar e informarse de la sociedad”.

    En esa misma reunión, el representante de Artículo 19 expresó que “La estrategia y estigmatización pretende desviar la atención pública de temas apremiantes para la sociedad como son la violencia, la impunidad, la corrupción y la falta de efectividad para solucionarlos. Se anula el mensaje atacando al mensajero”.

    La prensa en entredicho, sujeta a la opinión del mandamás del palacio y sus seguidores, alucinados por sus mensajes no de concordia, sino más bien de odio, puesta en práctica para atacar y reprimir la disidencia pacífica. Ante esta nueva arremetida contra los medios de información, un periodista Carlos Loret de Mola, contestó tajante “No me callarán”.

    Ojalá y esta situación no vaya más allá, porque se puede llegar a prohibir los libros de escritores como Roger Bartra, Laurie Ann Ximenez, Carlos Elizondo, Luis Antonio Espino, Francisco Martín Moreno. Y a lo mejor otros como los de Ece Temelkuran y Esperanza Casullo.

    El 10 de mayo de 1933 es una fecha de ignominia en Alemania. Fue el día en que se inició la quema de libros por orden del partido nazi por considerarlos nocivos a la nueva ideología del nacional socialismo. Fueron miles y miles de libros calcinados de autores consagrados, tanto de la propia Alemania como de Francia, Estados Unidos y Rusia. En la hoguera las juventudes hitlerianas desaparecieron los nombres de Bertold Brecht, Sigmund Freud, Franz Kafka, Karl Marx, Stefan Sweig, André Guide, Ernst Hemingway, Jack London, León Tolstoi, Máximo Gorki, Lenín y otros muchos más.

    Un caso similar ocurrió en Argentina durante la dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, que implantó el terrorismo de estado, de censura y represión. El 30 de agosto de 1980 y días posteriores se quemaron más de millón y medio de libros los más de autores extranjeros. Otro país. Chile, también sufrió durante la dictadura de Augusto Pinochet, quien en 1973 ordenó la quema de libros considerados subversivos como los textos marxistas.

    Desde luego, en la historia mundial existan muchos casos de la destrucción de libros por medio de la hoguera, pero en Latinoamérica son contados los países que se valen de este medio para acallar las voces de descontento, por lo que es válido pensar que eso no sucederá en México, pese a la actitud un tanto impositiva del presidente.

    Vale la pena contar una anécdota al respecto. En una ocasión, los militares chilenos encontraron en la biblioteca del poeta Pablo Neruda unos libros sobre cubismo, y creyendo que se referían a Cuba, en ese entonces con un gobierno socialista, los incautaron y los quemaron. 
Julio 7 de 2021